El cubano Miguel Portal, el máximo hacedor de medallas de Baja California, murió el jueves 14 a causa del coronavirus, completamente solo en la cama del Hospital Regional de Especialidades no. 30 del IMSS. Los directivos del Instituto del Deporte y Cultura Física de Baja California, para el cual trabajaba, se desentendieron de ese entrenador “que formó atletas por amor”. Indignados por el desdén oficial, sus pupilos reunieron dinero para recuperar el cuerpo e incinerarlo.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Miguel Orestes Portal Rodríguez. Masculino de 56 años. Lugar y fecha de nacimiento: Villa Clara, Cuba, 9 de noviembre de 1963. Lugar y fecha de fallecimiento: Mexicali, Baja California, jueves 14 de mayo de 2020. Hora de la muerte: 3:20 p.m. Causas de la defunción: síndrome de dificultad respiratoria aguda y neumonía por probable covid-19. Intervalo aproximado entre el inicio de la enfermedad y la muerte: dos días.
Es el certificado de defunción del entrenador de atletismo Miguel Portal, una de las 151 personas que hasta el jueves 21 de mayo habían muerto contagiadas de coronavirus en ese municipio, el quinto del país con mayor número de casos.
Pero Portal no estuvo enfermo sólo dos días. El martes 12, cuando ya le costaba mucho respirar, fue al Hospital Regional de Especialidades número 30 del IMSS, el único de Mexicali que atiende a pacientes con covid-19. Lo acompañó otro entrenador cubano que, como él, vive en las villas de la Ciudad Deportiva del Instituto del Deporte y Cultura Física de Baja California (Inde), donde desde hace unas semanas también habita personal médico de la Secretaría de Salud del estado.
Portal empezó a tener síntomas por lo menos una semana antes de morir. En su estado de cuenta bancaria están reflejadas varias compras de medicamentos que hizo por montos de 2 mil 500 y 3 mil pesos cada una entre el martes 5 y el martes 12 de mayo. A uno de sus hijos, por teléfono, le contó que se sentía mal.
Durante siete días Miguel Portal resistió estoico hasta que la falta de aire lo empujó a la sala de urgencias, donde le hicieron la prueba para saber si era el coronavirus el que lo estaba atacando. Como muchos, se supone que no era un caso grave. A pesar de su condición, estaba estable. El miércoles 13 los resultados confirmaron la presencia del virus, pero nada de qué preocuparse.
El parte médico indicaba que en unos cuatros días sería dado de alta. Podría irse a su casa a estar en cuarentena. En cuestión de horas la salud del entrenador decayó al grado de que los médicos informaron a las 11:00 horas del jueves 14 que entraría a la unidad de cuidados intensivos, que tendrían que intubarlo y le aplicarían la maniobra de ponerlo boca abajo para ayudarlo a oxigenar.
Tres horas después, Portal, el padre del atletismo en Mexicali, el máximo hacedor de medallas de Baja California, murió solo en la cama de un hospital sin poder despedirse de nadie.
Un forjador de atletas
El 22 de octubre de 2003 Portal aterrizó en Mexicali, la ciudad fronteriza mexicana de temperaturas extremas. Mediante el convenio que hace más de 20 años firmaron los gobiernos de México y Cuba, al entrenador le dieron la responsabilidad de fundar la escuela de atletismo.
Durante cuatro años y siete meses trabajó con ese esquema, en el que a los entrenadores les retienen la mayor parte del salario y lo entregan al gobierno de su país. Lo que sobre es para ellos. Portal se partió el lomo enseñando a niños y jóvenes atletismo, deporte que él comenzó a practicar desde los nueve años. Fue un saltador de altura excepcional y corredor de 110 metros con vallas.
Como todo cubano, Portal también jugó beisbol, no tanto como softbol, y cuando a los 18 años se graduó como profesor de deportes supo que con el atletismo se ganaría la vida. En Cuba alcanzó el rango de entrenador nacional. Casi cuatro décadas las dedicó a enseñar a lanzar bala, disco, jabalina y martillo.
En Mexicali, junto con la cubana María Chongo creó el equipo llamado Portal-Chongo, donde se formaron destacados deportistas como Mario Bebé Cota; María Fernanda Orozco, medalla de plata en lanzamiento de bala en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing 2014; Karely Verduzco, y Tania Jiménez.
En 2004 guio al equipo de atletismo de Baja California a la Olimpiada Nacional, estado al que hizo brillar hasta 2008, cuando concluyó su contrato y regresó a Cuba.
A Mario Cota lo llevó por primera vez a una competencia regional en 2004, cuando sus marcas no lo pintaban como un buen atleta. Portal vivió un largo proceso de formación con él, a quien le enseñó a lanzar la bala y el disco y lo hizo campeón nacional en 2007.
En 2008 fueron juntos al Campeonato Mundial Juvenil de Atletismo en Polonia. Con eso se despidió de México. Cota no quiso separarse de su entrenador y se mudó a Cuba para seguir trabajando con él. Durante un año y siete meses, Mario fue un hijo más de Portal, quien lo acogió en su casa. En la isla siguió puliendo ese diamante hasta que ambos volvieron a México en 2010.
Ese año, en los Juegos Centroamericanos de Mayagüez obtuvo medalla de bronce en lanzamiento de disco, resultado que repitió cuatro años después en Veracruz 2014, donde también se colgó un oro en lanzamiento de bala.
“Para mí, Miguel es como mi padre. Viví con él casi dos años. No lo volví a ver ni me despedí de él. Son los planes de Dios. Voy a seguir con toda la fortaleza porque el me formó en la vida, me formó en mi deporte, me hizo alguien en México”, cuenta Cota.
Por eso no ha podido digerir la manera tan absurda como los médicos del Hospital Regional de Especialidades trataron el caso de un extranjero sin familia en México ni la indiferencia de quienes dirigen el deporte en Baja California, por no hacerse cargo de atender correctamente el fallecimiento no de un simple empleado, sino de un entrenador que le dio gloria deportiva al estado.
Le duele haberse enterado por un conocido que Portal estaba internado con síntomas de coronavirus, que aunque dejó su teléfono para ser la persona de contacto que se hiciera cargo del enfermo no lo aceptaron y que ninguna autoridad del Inde, como patrón del entrenador, se apersonó en el hospital.
El jueves 14 llamaron del hospital a Cota para avisarle que Portal estaba muy grave, que buscaban a una persona que se hiciera responsable. Él levantó la mano. Otra vez le dijeron que no, que tenía que ser un familiar. Les explicó que es extranjero, sin familia en México, pero empleado del gobierno estatal.
“Después me llamó otra persona, a las seis de la tarde, y me dijo que fuera alguien a sacar el cuerpo y que tenía hasta las 12 del viernes 15 para que un familiar lo reconociera, que ya se tenía que sacar el cuerpo porque la gente que fallece por covid-19 no puede estar ahí, porque ya están muy llenos los refrigeradores donde los meten y que estaban aventando los cuerpos a la fosa común.
“No podía ir yo, el Inde no se hizo cargo. Es cruel, es inhumano. Le dije a mi mamá: ‘Lo quieren echar a la fosa común’. Yo no sabía que pueden hacer eso. Le dije: ‘Su hijo viene en camino’ y volvió a decir mañana a las 12 o a la fosa común. En el Inde sabían que lo ingresaron y que murió, tiene un contrato con ellos.
“No entiendo, estoy muy triste. Es tan frío, quiere decir que nomás era un empleado y que no hay un sentimiento hacia él como Miguel sí apasionadamente entrenaba a sus atletas. Ve todo el trabajo que hizo, los atletas que formó por amor. A ellos les tocaba cumplir. Quisiera no haber pasado por esto y no tener este sentimiento de cómo para algunas personas vale tan poco mi entrenador”, cuestiona Cota.
Solidaridad deportiva
El lazo familiar que creó Mario Cota con la familia Portal le permitió ponerse en contacto con el hijo de Miguel, del mismo nombre, quien vive en Estados Unidos. A él le tocó dar la mala noticia y el pésame. En Villa Clara viven Magaly, la esposa de Miguel, y su otro hijo, Alejandro. Ellos son sus dependientes económicos; de un día para otro se quedaron sin sustento.
En medio de la desesperación por no saber qué hacer, a Cota le tendieron la mano lo mismo entrenadores, médicos, atletas, exatletas y hasta padres de familia que adoraban a Portal. Uno de ellos, un médico, padre de una deportista, fue al Hospital Regional y solicitó que le permitieran reconocer el cuerpo y llevárselo a la funeraria Santa Elena, en el centro de Mexicali.
Cuando el sábado 16 por la mañana el hijo de Portal llegó a la casa de Cota –gracias a que otro entrenador lo ayudó a cruzar la frontera en su coche y lo llevó hasta Mexicali– ambos se fueron a la funeraria para contratar el servicio de cremación. Como era fin de semana, aún no estaba listo el certificado de defunción y necesitaban otros papeles para concluir el trámite. Tuvieron que esperar hasta el lunes 18.
Karely Verduzco se hizo cargo de los trámites a partir de ese lunes. Con el dinero que entre todos recaudaron pagó la cremación, las actas de defunción y junto con Miguel Portal hijo obtuvo los permisos para trasladar la urna del entrenador a Cuba. En Varadero tirarán sus cenizas al mar.
“No lo han cremado. La funeraria tiene lista de espera. Nos dijeron que a ver si para el viernes 22 nos entregan las cenizas”, dice Verduzco, una lanzadora de martillo retirada que entrenó con Portal.
Durante 11 años Verduzco entrenó con Portal. Cinco veces fue campeona nacional en esa disciplina y compitió en el Campeonato Centroamericano Juvenil de Atletismo. Le indigna que no haya sido el
Inde el que informara a la familia, que hasta ahora no haya dado ni el pésame, que no se haya hecho cargo de ningún gasto ni se haya preocupado por quien dejó la piel en beneficio del deporte mexicano.
“Falleció y no les importa. A ver, se te fue el entrenador que más medallas dio en los últimos 18 años. Nunca en Baja California se habían ganado tantas medallas. Miguel hizo un ejército de chamacos que ganaban y ganaban medallas. A ellos (a los del Inde) no se les murió cualquier entrenador. Espero que consigan a alguien de ese nivel que lo reemplace. ¿Qué va a pasar con todos esos niños que se quedaron sin entrenador? Todos se nos acercan a Bebé Cota y a los exatletas y nos preguntan. ¿A ellos quién les va a explicar?”
Portal estaba contratado por honorarios en el Inde de Baja California. No tenía ninguna prestación. A Verduzco le preocupa el desamparo en el que ha quedado la viuda del entrenador y pide que, en la medida de sus posibilidades, quien pueda ayude con un donativo para enviarlo a la familia.
Un extraño contagio
En noviembre de 2019 David González Camacho asumió la dirección del Inde de Baja California. Cuestionó a su antecesor, Saúl Castro, quien se mantuvo en el cargo tres sexenios. La principal crítica a su gestión fue el abandono en el que encontró las instalaciones deportivas del estado.
En una de esas instalaciones, en las villas de la Ciudad Deportiva de Mexicali, vivió Portal. Sus pertenencias siguen ahí. Por la contingencia sólo entra y sale el personal médico que la Secretaría de Salud solicitó al Inde les diera un espacio en las villas donde también viven otros entrenadores: Pedro Báez, de boxeo (está con su esposa y dos hijos); los cubanos María Chongo y su esposo Julio Pérez, de atletismo; Manuel Díaz, de tiro con arco; Eusebio Almaguer, de triatlón, y el metodólogo Manuel García.
González Camacho refiere que Portal no se contagió de coronavirus en las villas, porque los médicos están alojados lejos de donde están los entrenadores. Asegura que la instalación ha sido sanitizada en dos ocasiones, una antes y otra después del fallecimiento del cubano.
“Cuando el señor murió investigué porque me preocupé. El encargado del Inde en Mexicali (Armando Padilla) vio qué está pasando y el problema es que el señor no se infectó ahí. La información que tengo es que él trabajaba, salía en las tardes como conductor de una compañía de transportación privada y nosotros no sabíamos eso. El señor era una persona adulta con capacidad suficiente para entender que el coronavirus está en todas partes. Salía y regresaba.”
El director del Deporte de Baja California dice que está a la espera de que la Secretaría de Salud indique cuál es el protocolo a seguir dado que una persona contagiada estuvo cerca de los mencionados médicos que trabajan en el Hospital Regional. No sabe si pondrán en cuarentena a los doctores y a los entrenadores o si a todos les realizarán la prueba para saber si son contagiados asintomáticos.
Niega que el Inde se haya desentendido de la situación y asegura que por teléfono y correo electrónico le ofrecieron ayuda a Miguel Portal hijo para hacerse cargo de los gastos funerarios. “No tuvimos contestación de él. Estuvimos al pendiente, pero el muchacho se fue por el lado de los atletas del entrenador. No tiene caso polemizar en esto. Estoy tranquilo. Hicimos las cosas correctas. Yo sentí que el hijo traía mucho dolor y esa fue una de las causas por las que él estaba resolviendo sus problemas. Nosotros acordamos apoyarlo económicamente y él no se ha comunicado con nosotros”, explica González.
Cota asegura que fue hasta el domingo 17 cuando una persona del Inde le pidió el teléfono del hijo de Miguel Portal, quien desde que llegó a Mexicali se hospedó con él en su casa.
El metodólogo de alto rendimiento del Inde en Mexicali, Valle y San Felipe, Marlon López Cabrera, añade que Portal no fue abandonado a su suerte, que él estuvo al pendiente gracias a que su cuñada es médico en el Hospital Regional. Dice que cuando falleció, de inmediato avisó a sus superiores.
“Por el hecho de que no teníamos vínculo familiar la parte médica no nos tocaba. Se recomendó que el Inde hiciera un oficio de que no hay familiar responsable del cuerpo. Si no hubiera tenido yo ese contacto, no nos hubiéramos enterado que falleció, porque esa es la realidad que está viviendo el hospital: quizá te enteres uno o dos días después del fallecimiento de tus seres queridos, porque una vez ingresado es casi imposible tener información de los pacientes y menos si no eres familiar”, indica.
Reportaje publicado el 24 de mayo en la edición 2273 de la revista Proceso.