Cultura

Dostoyevski, 200 años: "Crimen e impunidad", la novela de hoy

Adicto a la obra del autor ruso, el profesor Eloy Urroz califica al escritor de “el gran novelista de la existencia humana”. De ahí que colocado en la conversación con Proceso de cara al presente mexicano, juegue con un posible título para una novela.
jueves, 11 de noviembre de 2021 · 18:35

Estudioso que entró a Fiódor Dostoyevski por la fascinación y se volvió un adicto a su obra, Eloy Urroz, profesor de literatura latinoamericana en la Universidad de South Carolina, Estados Unidos, califica al escritor de “el gran novelista de la existencia humana”. De ahí que colocado en la conversación con Proceso de cara al presente mexicano, juegue con un posible título para una novela. En dos semanas Difusión Cultural de la UNAM concluirá por su canal de YouTube su curso Grandes maestros, con ocasión del bicentenario de su nacimiento.

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “Dostoyevski: El mejor novelista de todos los tiempos”, es más que el título del curso que el ensayista y narrador Eloy Urroz (Nueva York, 1967) imparte en la serie Grandes maestros de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Conmemora así el 200 aniversario del natalicio del escritor ruso.

Para Urroz, naturalizado mexicano y formado en lengua y literatura hispánicas de la Facultad de Filosofía y Letras de esta universidad, y miembro de la llamada Generación del Crack, Fiódor Mijailovich Dostoyevski supo tocar en sus novelas “la fibra que a todos por igual nos incumbe, que es la de la existencia humana”:

“Yo diría que es el gran novelista de la existencia humana. Si hay un leit motiv, un tema recurrente en todas sus novelas es el del sentido de la vida, de la existencia: para qué estamos aquí, qué queremos hacer, y a partir de ahí todas las luchas internas, interiores, psicológicas, que luego hasta se revierten o traspasan en los dilemas morales de sus protagonistas. En su obra siempre estamos atestiguando dilemas, situaciones, conflictos en los que caen sus protagonistas, porque ya sea que ellos mismos son conflictivos, actúan sin saber a ciencia cierta por qué lo hacen o lo que hacen. En ese sentido él no diré que inaugura, pero sí es uno de los grandes pioneros de la novela irracionalista, es un gran irracionalista.”

Detalla el coautor con Jorge Volpi y el ya fallecido Ignacio Padilla (a quienes conoció en la preparatoria) del libro Variaciones sobre un tema de Faulkner, que el propio Dostoyevski se consideraba un irracionalista y quiso demostrar en sus novelas lo irracional del ser humano. No porque lo creyera malo, pero pensaba que el racionalismo de la Ilustración del siglo XVIII “nos había llevado a un callejón sin salida” y “había elementos psíquicos irracionales que a veces nos llevan a hacer cosas sin saber por qué las hacemos”:

“Él se dedicó a observar y, si no a explicar, por lo menos a plasmar lo que pasaba constantemente a su alrededor, por eso son así sus novelas, porque se necesita la agudeza, la observación y luego ponerlo en situaciones y en dramas humanos que es lo que vemos reflejado en su obra, esa es la maravilla ¿no?”

Entre sus libros pueden mencionarse Pobres gentes, La Patrona, Niétochka Nezvánova, Stepánchikovo y sus habitantes en sus inicios, pero  quizá la más conocida es Crimen y castigo, más que El jugador, El idiota, Los demonios… Para Urroz es complicado saber cuál es la mejor novela, aunque sitúa Los hermanos Karamazov muy por encima:

“Pienso que no solamente es su mejor novela. La mejor novela de todos los tiempos jamás escrita, en cualquier lengua, en cualquier siglo, en cualquier momento es Los hermanos Karamazov, por encima de Crimen y castigo, Guerra y paz de León Tolstoi, Los Miserables de Hugo, la que me digan”.

Sugiere que un lector medio empiece a leer a Dostoyevski con Crimen y castigo, definitivamente, o con El jugador”.

Vía telefónica desde South Carolina, Estados Unidos, donde radica como profesor de literatura latinoamericana en The Citadel, Urroz explica cómo ideó su curso Grandes maestros, del creador nacido en Moscú el 3 de octubre o el 11 de noviembre de 1821 (no hay certeza), y fallecido en San Petersburgo en 1881:

Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2349 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 7 de noviembre de 2021.

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