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Más de 100 luchadores han perdido la pelea con el coronavirus

A poco más de un año de que se declarara la pandemia, suman ya más de 100 los luchadores profesionales fallecidos en la Ciudad de México. Pero todo indica que debe haber más víctimas del covid-19, pues no se lleva el control de los peleadores que realizan funciones clandestinas.
viernes, 26 de marzo de 2021 · 18:47

La pandemia ya se cobró más de un centenar de víctimas entre los profesionales de la lucha libre, disciplina que fue declarada Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México en 2018. Y el coronavirus también golpea a los sobrevivientes: al suspenderse las funciones, los gladiadores en activo se quedaron sin ingresos y no tienen ninguna prestación laboral, mientras que los retirados carecen de pensión. Todos tuvieron que salir a ganarse la vida de cualquier forma, incluida la venta de sus máscaras y el cobro por autógrafos, fotos, mensajes de voz… y peleas clandestinas. 

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-  A poco más de un año de que se declarara la pandemia de coronavirus, suman ya más de 100 los luchadores profesionales fallecidos, reporta la Comisión de Lucha Libre Profesional del Distrito Federal (hoy Ciudad de México). Pero todo indica que debe haber más víctimas del covid-19, pues el organismo no lleva el control de los peleadores que realizan funciones clandestinas. 

La comisión sólo tiene conocimiento de los decesos que le son notificados, aclara en entrevista su titular, El Fantasma, quien formara parte de tantas carteleras estelares de esta popular disciplina. 

En México, dice, no hay evidencias ni registros de alguna actividad deportiva más golpeada por el covid-19 que la lucha libre profesional, considerada Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México desde julio de 2018.

A partir de marzo de 2020, cuando se interrumpieron todas las funciones para prevenir el avance de los contagios, los luchadores profesionales quedaron desamparados por los sucesivos confinamientos y las consecuentes restricciones a su actividad profesional. Permanezcan activos o ya en el retiro, su situación es crítica: no reciben ayuda de las empresas para las que laboran o trabajaron durante años, además de carecer de prestaciones como Seguro Social, Infonavit y pensión. 

Los luchadores profesionales sobreviven precariamente: “Estamos acostumbrados a que si luchamos, comemos; si no luchamos no comemos”, señala El Fantasma. Sólo cobran por acto realizado. Por esa razón “es muy triste el final de un luchador”, como dice Blue Demon Jr. 

Aun los gladiadores consagrados subsisten con la venta de máscaras con su firma; playeras, gorras y cubrebocas con su imagen; el cobro por mensajes de voz o de felicitaciones; autógrafos o fotos de celular con los aficionados. Los afortunados reciben el apoyo de familiares o emprendieron un negocio de tacos, tortas, hamburguesas y jugos.

Ante este escenario, el presidente de la comisión exhorta a sus compañeros que participan en funciones no reconocidas por ningún organismo: 

“No vale la pena morir por 150 o 500 pesos que les ofrece, por mucho, el promotor si en realidad cumple... A esos jovencitos les pido que no lo hagan. Se infectan muchos colegas que acudieron a luchas clandestinas. Los compañeros ignorantes, con el perdón de la palabra, que ni siquiera son luchadores o no cuentan con licencia, van, luchan cuerpo a cuerpo y se contagian; llegan a sus casas e infectan a la familia y hasta mueren.”

Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2316 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 21 de marzo de 2021.

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