Ciudadanos en Movimiento

Tudor es mi amigo, pero no conozco ninguna mafia rumana: López Salazar

El dirigente de la asociación política Ciudadanos en Movimiento, Israel López Salazar, niega cualquier relación con la llamada Mafia Rumana, aunque reconoce que tiene amistad con el empresario Florian Tudor.
sábado, 27 de marzo de 2021 · 14:28

Señalado por su supuesta cercanía con René Bejarano y Dolores Padierna, y por otro lado por vínculos con el empresario Florian Tudor –supuesto cabecilla de la llamada Mafia Rumana–, el dirigente de Ciudadanos en Movimiento, Israel López Salazar, desgrana en entrevista su versión acerca de los señalamientos que pretenden relacionarlo con actividades ilícitas. Para él, se trata de una “cacería de brujas” de las autoridades de Quintana Roo y de una intriga para minar la candidatura de Padierna a la alcaldía Cuauhtémoc de la Ciudad de México.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– El dirigente de la asociación política Ciudadanos en Movimiento, Israel López Salazar, niega cualquier relación de negocios –clonación de tarjetas– con la llamada Mafia Rumana, aunque reconoce que tiene amistad con el empresario Florian Tudor.

En entrevista con Proceso tras ser incluido por el diario Milenio en una red que presuntamente operaba para Tudor –quien ha negado estar implicado en cualquier acto ilícito y acusó al exsecretario de Seguridad Pública de Quintana Roo, Alberto Capella, de iniciar una persecución en su contra–, López Salazar afirma que se está usando su nombre para atacar la candidatura de Dolores Padierna a la alcaldía de Cuauhtémoc y niega que en la actualidad tenga una relación política o laboral con René Bejarano, esposo de la diputada federal.

Según Milenio, López Salazar usó sus fotografías en la toma de posesión del presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para defraudar a personas a las que promete cargos en la administración pública, acusación que él rechaza.

Relata que aun cuando fue parte del Movimiento Nacional por la Esperanza, que dirige Bejarano, la relación política se rompió cuando fue acusado de un presunto fraude en Quintana Roo. Los denunciantes se desistieron de dicha impu­tación al acreditarse que el vehículo prestado por ellos a la campaña política de Morena en 2018 pertenecía a una tercera persona, que solicitó su devolución. “Los defraudadores fueron ellos, por eso tuvieron que desistirse de la denuncia penal”, explica el entrevistado.

Lamenta que Bejarano no le haya dado oportunidad de defenderse hace dos años y que ahora esté pasando por lo mismo, por lo que pide analizar el trasfondo político de las nuevas acusaciones y solicita frenar la “cacería de brujas” contra él y Padierna.

Añade que, así como ha colaborado con Bejarano, también apoyó la campaña de Marcelo Ebrard cuando compitió por la Jefatura de Gobierno en 2006 y la precandidatura de Ricardo Monreal al gobierno de la Ciudad de México en 2018, además de las aspiraciones políticas de Alejandro Rojas Díaz-Durán, cercano a Monreal, que buscaba ser candidato de Morena en la alcaldía Cuauhtémoc.

Asegura López Salazar que hasta el momento no ha sido notificado de ninguna investigación en su contra por parte de la Fiscalía General de la República ni por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda, derivado de sus presuntos vínculos personales con Tudor.

Aclara que a pesar de su amistad con éste, cada quien emprenderá su propia defensa, no van a compartir representantes legales. Además, pide acabar con las “politiquerías baratas” que dañaron su repu­tación personal y pusieron en peligro a su familia.

“Me da mucha tristeza cómo aprovechan sus politiquerías baratas y sus inventos de participación en mafias inventadas; no tengo ninguna relación comercial ni de interés con ningún rumano. No conozco a ninguna mafia rumana”, asevera. 

Dice que no piensa comparecer ante ninguna fiscalía estatal o federal mientras no sea notificado de una indagatoria en su contra. “No he sido notificado de una investigación, y como no tengo miedo de nada y no estoy relacionado con ninguna organización delictiva, ni ningún grupo, no tengo por qué esconderme”. 

Amigo de Tudor

Sobre su relación con personajes provenientes de Rumania, López Salazar primero rechaza “cualquier tipo de relación personal, comercial o profesional” con personas de nacionalidad rumana, aunque posteriormente admite el vínculo de amistad con Florian Tudor:

“Sí tengo amigos rumanos; conocí a un amigo rumano por un accidente automovilístico, pero son relaciones personales, no hay ninguna relación fiscal ni nada comercial con él. 

“A la persona que señalan como líder de la mafia rumana, que creo lo están inventando, por supuesto que lo conozco. Es primo de esa persona que tuvo el accidente automovilístico; cuando yo ayudé a esa persona, resultó que uno de sus familiares es Tudor. Lo traté en varias ocasiones y no creo que sea ningún delincuente. Si tienen una prueba, tendrán que aclararlo las autoridades. Yo hice un acto humano y de buena voluntad, apoyé a uno de sus primos en un accidente y toda la relación ha sido de agradecimiento y amistad.”

López Salazar también reconoce que está enterado de los problemas legales que enfrenta el empresario –radicado en México desde hace una década–, pero aclara que en la narración de Tudor todo obedece a una persecución política y a una serie de “cateos ilegales” que han sufrido sus negocios por parte de las autoridades de Quintana Roo. “Me mostró sentencias de que un juez había decretado los cateos ilegales”.

“Yo creo que sus abogados y los jueces ya están analizando su caso y no me compete a mí. Lo considero una excelente persona, lo han pintado de mafioso –quizá la cara de malo no le ayuda– pero nunca le conocí una actividad ilícita, nunca me propuso hacer ninguna cosa ilegal. Supe que tenía empresas que daban servicios a los bancos.”

López Salazar revela que en algún momento quiso ayudar a Florian Tudor a “combatir las injusticias” de las autoridades quintanarroenses, pero niega que le haya presentado políticos y explicó que su labor fue únicamente de “asesoría” con la finalidad de que conociera las leyes mexicanas y las instituciones que existen para que pudiera defenderse, entre ellas la Comisión Nacional de los Derechos Humanos;

“Fue más un consejo por la amistad, por lo del accidente y la gratitud, y me buscaron por el tema de que soy mexicano, pero hasta ahí; no hubo mayor colaboración ni temas de representación legal ni nada de apoyo político. Nunca le presenté a nadie.”

Reitera que, al no existir ninguna relación comercial o de interés económico en algún tipo de negocio, se defenderán por separado: “Él tiene sus abogados y yo los míos”. 

–¿Cuándo fue el accidente del que habla? 

–Hace cinco años aproximadamente. En Insurgentes, iba yo detrás de este coche que manejaba el primo, y era de noche, muy tarde ya. Otro auto se pasó el alto y lo impactó, yo casi choco también. Me bajé, lo auxilié y llamé a los servicios de emergencia. Nos pasamos los teléfonos y listo, así nació la relación.

Apoyos a Ebrard y Monreal 

Sobre los señalamientos en su contra, López Salazar explica que es “una cacería de brujas” sin pruebas ni carpeta de investigación o investigación judicial que lo vincule con un grupo delictivo. El propósito, dice, es “manchar el nombre de políticos” como Dolores Padierna y René Bejarano, que se desvincularon de él desde 2019.

“Yo colaboré –narra– con el profesor René, con Dolores Padierna en algunas ocasiones llegaba a ir a sus eventos. Creía en su proyecto y su forma de trabajar en la calle. El Movimiento Nacional por la Esperanza coincidía con el proyecto político que yo llevaba muchos años trabajando; entonces quise unirme con él y lo apoyé.”

Indica que no acudió a la Fiscalía de Justicia de Quintana Roo para conocer la denuncia porque los supuestos quejosos dieron marcha atrás, lo que ya no se difundió en los medios de comunicación.

“Empecé a recibir amenazas en mi celular. Me pedían que regresara una camioneta. Al final del día, amigos en común investigaron que el dueño de la camioneta había sido utilizado por terceras personas y que el defraudado había sido él, por lo que la camioneta regresó a su verdadero dueño y tengo entendido que por eso retiraron la denuncia”, explica.

Agrega que los denunciantes, Gabriela Pallares y Manuel Taco, son políticos de Quintana Roo que buscaban acercarse a Morena para negociar alguna candidatura a nivel estatal, pero no lo consiguieron:

“Querían un cargo público, relacionarse, estar en los eventos. Nunca se les ofreció nada, ni René ni Dolores ni su servidor. Y no teníamos nada que ofrecerles, eso era tema de un proceso de elección, que en este caso corría a través de Yeid­ckol Polevnsky y de otras personas que desconozco dentro de Morena, porque en ese momento el partido estaba sin pies ni cabeza… y lo sigue estando”.

Sin embargo fue a partir de esos señalamientos en su contra que se desvinculó de Bejarano y Padierna, quienes nunca le dieron una oportunidad de defenderse:

“Cuando el profesor René se entera de esto, a lo mejor de forma inteligente, pero sin escucharme, simplemente optó por señalarme y culparme. Hasta dijo que cuando se dio cuenta de mis problemas se alejó de mí… efectivamente lo hizo así. Me extraña que una persona tan sabia e inteligente como el profesor René no haya tomado una decisión salomónica y no me haya escuchado.”

Por último, se extraña de que se le asocie sólo con Bejarano y Padierna, ya que desde 2005 ha trabajado en otras campañas políticas:

“También estuve con Andrés Manuel López Obrador, apoyando a Alejandro Rojas Díaz-Durán y a Marcelo Ebrard. En el equipo de Ebrard estuve cuando compitió en 2006 por la jefatura (de Gobierno) de la Ciudad de México y en su precampaña de 2005. También estuve con Ricardo Monreal, ahora que compitió por la gubernatura de la Ciudad de México con Claudia Sheinbaum y Martí Batres. Creo que el doctor es muy brillante y hubiera ganado tres a uno si hubiera sido candidato de Morena”.

Reportaje publicado el 21 de marzo en la edición 2316 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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