Futbol

Una liga donde se sienten fuera de lugar

Nacida en 2017, la Liga MX Femenil opera sin perspectiva de género y aún no ofrece condiciones óptimas para que sus casi 500 jugadoras puedan asumirse como profesionales del futbol. Proceso ofrece una radiografía sobre esta liga y da cuenta de las carencias que padece su activo más importante.
martes, 9 de marzo de 2021 · 07:02

Nacida en 2017, la Liga MX Femenil opera sin perspectiva de género y aún no ofrece condiciones óptimas para que sus casi 500 jugadoras puedan asumirse como profesionales del futbol. En esta edición, Proceso ofrece una radiografía sobre esta liga profesional y da cuenta de las carencias que padece su activo más importante: las futbolistas. Si bien algunas organizaciones destacan por ofrecer salarios y condiciones superiores, en ninguno de los equipos hay protocolos contra el acoso y abuso sexual, ni consideran aspectos hormonales, anatómicos y biomecánicos en los entrenamientos. La censura y la autocensura reinan en el futbol femenil.

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Es el vestidor del club femenil Universidad … Una jugadora mayor de edad acosa sexualmente a una menor de edad. En el equipo no existen reglas claras –ni en la Liga MX Femenil–  sobre cómo deben comportarse las jugadoras en un espacio de trabajo donde conviven niñas y adolescentes con mujeres que rebasan los 30 años. 

La directiva de las Pumas habla con los padres de la menor de edad para avisarles que el problema es atendido. A la agresora le informan que su contrato será rescindido. Al final, el resto de las jugadoras aboga por su compañera y evitan su despido. 

En agosto de 2017 el extinto Morelia femenil presume que debutó a Layla García, una niña de 12 años, ocho meses y 17 días, quien por sus características físicas y buen futbol también fue llamada a la Selección Sub-15. 

Al poco tiempo, el cuerpo técnico michoacano reconoce que fue un error debutarla a tan corta edad porque a Layla le falta madurez mental. Con los reflectores de la prensa encima, ella exige ser titular; se instala en la desobediencia y se niega a aceptar que está en formación. Pide su salida del club. 

Después de deambular por el Toluca, León y Xolas de Tijuana, la futbolista de hoy 16 años apenas acumula 675 minutos jugados que equivalen a menos de ocho partidos en más de tres años. 

Es la mitad del Torneo Apertura 2017 y las jugadoras de las Centellas del Necaxa se unen para levantar la voz. El preparador físico las acosa sexualmente… Las futbolistas muestran las evidencias. 

Aunque el equipo carece de un protocolo antiacoso y contra el abuso sexual –al igual que los otros clubes de la liga–, despide al agresor, pero sin una acusación de por medio y tampoco alerta a otros equipos sobre su conducta. 

Los conjuntos femeniles se han limitado a prohibir el contacto con los jugadores y en algunos contratos se especifica que las futbolistas no pueden entablar relaciones sentimentales con los jugadores, integrantes del cuerpo técnico o empleados administrativos.

En un hecho inédito, una jugadora de la Liga MX Femenil es diagnosticada con desarrollo sexual diferente tras un control antidopaje realizado en una concentración con la Selección Nacional. 

Su cuerpo produce mayores niveles de testosterona que deben ser regulados “para no tener ventaja” sobre otras futbolistas. 

El asunto tomó por sorpresa a su club que no supo cómo manejar el caso y quedó en manos del Comité Nacional Antidopaje, donde se siguieron los lineamientos que marca el Código Mundial Antidopaje. 

En los 18 equipos femeniles tampoco existe un protocolo para atender temas de diversidad sexual ni se ha discutido si las jugadoras trans pueden ser registradas, como ya ocurre en el futbol argentino. 

Además, en los clubes de la Liga MX Femenil prevalece la política del silencio; la censura y la autocensura son una constante. Por miedo a ser despedidas, las protagonistas se rehúsan a hablar con nombre y apellido sobre las condiciones en las que trabajan. 

“Tenemos tan poco, nos aferramos a eso y no vamos a decir algo que no va arreglar nuestra situación”, dice una veterana. Las futbolistas son adoctrinadas para “no quemar” a la organización. En los contratos está estipulado que no pueden abordar esos temas. 

“En mi club tengo prohibido dar entrevistas por mi cuenta. En (el área de) Comunicación revisan qué tipo de entrevista se solicita y revisan las preguntas. El personal de prensa nos dice lo que debemos responder, las respuestas no pueden salir de mí. Nunca puedes dejar mal parado al club y siempre tienes que decir cosas maravillosas que en realidad no existen”, asegura otra jugadora. 

Este reportaje fue elaborado con los testimonios anónimos de las jugadoras, integrantes de los cuerpos técnicos y personal de staff, mujeres y hombres convencidos de visibilizar las necesidades del futbol femenil ante la urgencia de que sean atendidas. Ninguna directiva del futbol femenil mexicano respondió a la solicitud de entrevista que se les envió. 

Tratadas como hombres

La Liga MX Femenil arrancó el 28 de julio de 2017 con una estructura de competencia creada a imagen y semejanza del torneo varonil y que hoy tiene registradas a 494 jugadoras. De manera atrabancada, la Federación Mexicana de Futbol le dio a los 18 clubes de la Liga MX la responsabilidad de crear un equipo para mujeres que los metió en tales aprietos económicos que algunos de ellos intentaron abortar el proyecto a principios de 2019.

Pero esto es impensable: para ser sede de la Copa Mundial de futbol de 2026 -junto con Estados Unidos y Canadá-, México debe contar con una liga femenil. Es un requisito indispensable que impone la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA).

A tres años y medio del nacimiento de la liga mexicana de futbol para mujeres, la FIFA la calificó como “la abanderada de las Américas”, por los logros que ha tenido durante este lapso, principalmente, en el número de asistentes a los estadios, los millones de aficionados que la siguen en las transmisiones de televisión y redes sociales, así como el impacto que tuvo en la Selección Sub-17, que en 2018 fue subcampeona mundial: 11 de las 21 seleccionadas pertenecían a un equipo mexicano. 

Layla García. La debutante más joven de la liga. Foto: Cristian de Marchena/ AP

Pero el máximo organismo del futbol mundial olvidó un tema esencial: la perspectiva de género. Es una deuda que el futbol mexicano tiene con sus jugadoras. 

Si bien el tema de la disparidad salarial ha sido el más recurrente desde que inició la liga, porque los sueldos son insuficientes para cubrir las necesidades básicas de una profesional, existen otros problemas por atender que no se resolverían, ni siquera, pagando sueldos justos: la programación de entrenamientos de acuerdo con los periodos menstruales (como lo hace el Chelsea Femenil –de Inglaterra– y la selección de Estados Unidos), cargas de trabajo especiales para evitar las lesiones de la parte interna de las rodillas (ligamento cruzado, que son las más frecuentes en las futbolistas) y también acordes a la edad de las jugadoras, atención médica y de fisiatría libre de acoso y abuso sexual, servicio de nutrición especializado para mujeres deportistas y entrenamiento especializado para porteras. El futbol femenil no puede ser tratado como si fuera varonil. 

“Algo que le ha costado a los clubes es la adaptación. Tienen 100 años desarrollando el futbol de hombres; les metes mujeres y de todas las edades –en la liga la jugadora más chica tiene 14 años y la más grande 37–, entonces tienen que aprender a trabajar en un ecosistema del que no tienen idea. 

“El reto es capacitar para llegar a la profesionalización, debemos tener expertos en cada área. Han ido aprendiendo sobre la marcha, ahora lo que dicen es: ‘Vamos poco a poco’. 

“Queremos ser la mejor liga del mundo y tenemos el potencial, pero el futbol es un reflejo de nuestra sociedad. Algo que está muy claro y no podemos dejar de lado es la sociedad machista en la que vivimos”, explica Mariana Gutiérrez Bernárdez, presidenta de la Liga MX Femenil.

–A la Liga Femenil le falta perspectiva de género –se le comenta a la presidenta.

–No es la versión femenil de una liga de hombres, hay que adaptarnos a las necesidades. Insisto: no dejamos de vivir en una sociedad machista, ir cambiando es cuestión de tiempo y hay que predicar con el ejemplo. 

“Algo que aprendimos es que el papá ve a la hija en el futbol como un gasto; por el contrario, al hijo lo ve como una inversión, porque si el hijo pega, es la nueva estrella. 

“Ellas, de la noche a la mañana, se convirtieron en profesionales; entonces, también estamos cambiando la mentalidad del papá para que también las vean como inversión. Los chavitos de fuerzas básicas se van desde los 13 años de su casa. Separar de su núcleo familiar a una niña de esa edad requiere una adaptación para la cual el equipo debe estar preparado”.

Resulta absurdo que en las premiaciones de las finales de la Liga MX Femenil no sea Mariana Gutiérrez quien en solitario entregue el trofeo y las medallas las campeonas y subcampeonas. Quien siempre ha sido el protagonista en esas ceremonias es el ahora expresidente de la Liga MX, Enrique Bonilla. 

Licenciada en diseño textil con maestría en negocios y comercialización del futbol, que tomó el curso para ser entrenadora de futbol y que proviene del sector amateur de la Federación Mexicana de Futbol, Gutiérrez Bernárdez asegura en entrevista con Proceso que ya se están dando los primeros pasos para que las cinco mujeres y los 13 hombres que dirigen en la Liga MX comiencen a diseñar sus entrenamientos con base en los periodos menstruales de las futbolistas y su edad, y con la conciencia de que las cargas de trabajo no pueden aplicarse como si fueran hombres, porque esto ha causado que las jugadoras padezcan lesiones en las rodillas.  

Chelsea femenil. Perspectiva de género. Foto: Tess Derry/ PA Images

Apenas el torneo pasado la liga detectó que la mala planeación de los entrenamientos y la sobrecarga de trabajo detonan lesiones de rodilla en las jugadoras a media temporada; algunos casos son de tal gravedad que las lesionadas tienen que permanecer un año fuera de las canchas.

Como no todos los entrenadores, médicos, fisiatras, kinesiólogos y nutriólogos cuentan con la capacitación para atender correctamente a las futbolistas, porque pocos habían trabajado con mujeres, están obligados a “desaprender”, es decir, a dejar de operar el futbol femenil como si fuera varonil. Para entrenar mujeres futbolistas deben considerarse aspectos hormonales, anatómicos y biomecánicos. 

“En el Centro de Innovación Tecnológica (CITEC) sí se hacía investigación sobre el futbol varonil, pero no del femenil. Empezamos a utilizar sus herramientas –el chaleco wimu con un GPS, que permite medir distintas variables en partidos y entrenamientos– y también a partir del Guardianes 2020 empezamos a enseñar a los clubes cómo trabajar con la fisiología de la mujer. Todos los cuerpos técnicos cuentan con una doctora (excepto Pachuca y Atlas) y mujeres en distintas áreas de atención a las jugadoras. 

“Especialistas en futbol femenil, como Esther Morencos –preparadora física de la selección española femenil de hockey sobre pasto–, nos están dando la capacitación y especialización. 

“Ella nos dio una master class sobre la importancia del ciclo menstrual que puede impactar en las rodillas. Estamos en un intercambio de conocimiento con los clubes que nos permitirá acelerar los procesos sin saltarnos las etapas de formación. Le damos valor a la jugadora para que ella también entienda su cuerpo y lo conozca”, detalla Gutiérrez.

Les dan uniformes usados

No basta con diseñar un torneo femenil idéntico al que se disputa en la Liga MX si el apoyo institucional y financiero no es el mismo, puesto que crea condiciones de desigualdad que impactan de manera negativa en el desarrollo profesional de las futbolistas. 

Dependiendo del club al que pertenecen, las jugadoras de la Liga MX enfrentan en mayor o menor medida las siguientes desigualdades: largos viajes en autobús a las sedes donde jugarán como visitantes, no tienen concentraciones, lo que implica que muchas veces, aunque viajen en avión, llegan directo a los partidos.

No todas cuentan con una casa club ni servicio de comedor, los vestidores no están adaptados para las mujeres; los clubes se niegan a negociar los contratos con los representantes y orillan a las jugadoras a firmar contratos multianuales con fuertes castigos económicos si desean terminarlos con anticipación.

Hay más: a las mujeres les dan o les prestan playeras y shorts de segunda mano que suelen ser de los jugadores de las categorías inferiores, no las dotan de suficientes uniformes ni de chamarras para el frío, las mantienen hacinadas en habitaciones de hoteles cuando llegan a tener concentraciones, carecen de equipamiento deportivo y ropa para entrenar, las instalaciones para ellas son de menor calidad a las que usan los jugadores del equipo de primera división; carecen de personal suficiente, como fisiatras y kinesiólogos para atenderlas. El salario que acuerdan por diez meses los clubes se los prorratean a 12. 

Pumas vs. Pachuca. Primer partido de la liga femenil realizado el 28 de julio de 2017. Foto: Cortesía LIGA MX

En algunos equipos el acceso al comedor se basa en los premios y castigos. Si una jugadora incumplió con los objetivos de pérdida de grasa, ya no puede alimentarse ahí. 

Las jugadoras comen de acuerdo a su presupuesto. No está demás aclarar que, al igual que los hombres, la compra de los tachones y espinilleras corre por cuenta de las futbolistas. Unos zapatos para futbol de la peor calidad cuestan casi mil pesos, unos para profesionales, como ellas, pueden subir hasta cinco mil. Hay jugadoras que disputan los partidos con el mismo calzado con el que entrenan. 

En la Liga MX Femenil está muy bien marcado cuáles son los equipos que más recursos invierten y ofrecen un trato digno a sus futbolistas. Algunos sí cumplen con la Ley Federal del Trabajo y hasta las inscriben ante el Instituto Mexicano del Seguro Social; otros, incluso, les contratan seguros de gastos médicos mayores. 

Rayadas de Monterrey y Tigres Femenil no sólo pagan los mejores salarios (oscilan entre los 20 mil y 80 mil pesos mensuales) de la liga femenil que, por mucho, superan la media de los tres mil 500 pesos mensuales, sino que además ofrecen las mejores condiciones en entrenamientos, viajes a partidos, alimentación, pagan las escuelas de las que aún estudian y si no hay casa club, las apoyan con dinero para rentar una vivienda. 

Chivas, el único que les da servicio de podología; Pachuca, que paga las escuelas de los hijos de las jugadoras que son madres, y América tienen salarios generosos para algunas jugadoras, sobre todo para las mexicoamericanas, lo cual también ha generado división en los vestidores. 

Gutiérrez Bermández. "Cambiar lleva tiempo". Foto: Cortesía LIGA MX / IMAGO 7

Aumento de 400 pesos

En ocasiones, lo sueldos no se basan en el rendimiento deportivo, sino en si la jugadora tiene una buena relación con el director o la directora deportiva. 

Asimismo algunas jugadoras consideran que hay mujeres en puestos importantes, como entrenadora o directora deportiva, más por cumplir con una cuota de género que por capacidad, y eso también las perjudica. 

Los equipos arriba mencionados prácticamente prestan los mismos servicios a las mujeres que a los hombres, pero hay “detalles” en los que las futbolistas sienten los golpes de la discriminación. 

“De alguna manera todos los equipos femeniles se sienten ‘intrusos’. Muchas veces no hay un intento explícito de discriminar, pero hay ‘micro machismos’, sucesos en los que te das cuenta que el equipo femenil no está en su cabeza. 

“Nos tratan como si fuéramos una categoría de fuerzas básicas, pero peor: en el trato te discriminan o te hacen sentir que eres mujer y no hombre, como no poder usar el gym mejor acondicionado, que tiene al lado la zona de rehabilitación, aunque el primer equipo esté de vacaciones porque justamente parece que sólo es para ellos.

“Nos encantaría no tener que hablar de este tipo de cosas, no tener que cuestionar un orden que nunca fue pensado para tener mujeres ahí. Esas cosas te siguen diciendo todo el tiempo: ‘Eres diferente y te valoro menos’, ‘tienes que pelear por estas cosas porque no fueron pensadas para ti’. Te hablo de la alberca para rehabilitación o un aparato del gym. No es posible sólo usarlo y ya”, explica una jugadora. 

Los clubes que peores condiciones ofrecen son Necaxa, Cruz Azul, Bravas de Ciudad Juárez y Mazatlán FC. La directiva de las Centellas, por ejemplo, no les paga a las jugadoras que son menores de edad, pero para este torneo subieron los sueldos de las que sí cobran de 3 mil 500 a 3 mil 900 pesos. Los mejores sueldos ascienden a cinco mil pesos mensuales. Desde 2017, Necaxa les adeuda los tres mil pesos que se comprometió a pagar a las participantes en la Copa de la Liga MX Femenil. 

Gutiérrez explica que cada equipo opera conforme a objetivos diferentes, como Toluca y Puebla (ambas escuadras suman 12 menores de edad), que pretenden desarrollar a sus jugadoras.

En el resto de los equipos hay una lucha constante por –más allá del salario– tener las condiciones míninas para asumirse como profesionales del futbol.

“Las jugadoras referentes y de peso futbolístico son quienes tendrían que aglutinarnos a todas, pero si ellas están en equipos sin problemas graves, eso no va a pasar. La realidad de las jugadoras de Tigres y Monterrey es diametralmente distinta a las del resto. Divide y vencerás. 

“La desigualdad entre las jugadoras, e incluso en el mismo equipo, hace difícil que pase. Además, hay presiones sobre quienes se pronuncian. Todas sabemos cuándo pisamos callos, por eso hay mucha autocensura. 

“Si la jugadora siente que tiene algo que perder (aunque sea poco), no demanda más. Las pocas que están muy bien no van a pisar ningún callo porque son beneficiadas del sistema. Alguien así no va a ensuciarse por las demás”, dice otra futbolista. 

Rayadas y Tigres. En el norte, los mejores salarios. Foto: Twitter 

Invasión mexicoamericana

En la Liga MX Femenil conviven distintos tipos de jugadoras: las universitarias, algunas ostentan títulos de doctorado y maestría como Cintia Monreal (portera del Atlético San Luis) y Desirée Monsiváis (delantera del Monterrey); las que provienen del llano, las juveniles que han participado en Olimpiadas Nacionales y están terminando la secundaria o el bachillerato, y las mexicoamericanas que cada vez son más (el límite es de seis por cada equipo). Las extranjeras aún no están permitidas.  

Con excepción de las de doble nacionalidad, el resto dejó de ser amateur para convertirse en profesional de la noche a la mañana. La FIFA define a un “jugador (a) profesional” como alguien que “tiene un contrato escrito con un club y a quien se le paga más por su actividad futbolística que los gastos en los que incurre. Todos los demás se consideran amateurs”.

El deporte de alto rendimiento implica dedicación de tiempo completo para entrenar, descansar y alimentarse correctamente. En la Liga MX Femenil hasta hace unos meses algunos equipos ni siquiera dotaban de hidratación a las jugadoras –la deshidratación es el factor más limitante del rendimiento–, mucho menos de suplementos alimenticios. Algunos de ellos siguen sin hacerlo. 

La calendarización de los jueves de partidos, cuando inicia la jornada, y los lunes, cuando concluye, ocasiona que a veces un equipo juegue esos dos días. Esto implica que las jugadoras sólo tienen 48 horas para intentar recuperarse (más el viaje a la sede), lo cual no es ideal para ellas, que son jugadoras de “medio tiempo”, porque impacta de manera negativa en su rendimiento. Lo mismo ocurre en las jornadas dobles. 

Las carencias en el ámbito de la nutrición, y también la deficiente preparación física, se notan en las jugadoras: la proporción de componentes corporales, principalmente la masa grasa y la masa muscular, están lejos de los valores ideales que se reportan en jugadoras de futbol de alto nivel. No por eso dejan de ser habilidosas, pero sí son más propensas a las lesiones. 

La mayoría de los clubes no hace un seguimiento correcto en las jugadoras. Muchas sólo reciben un plan de alimentación por torneo y carecen del servicio de comedor. 

“La nutrición es otro reflejo de la sociedad. Las mexicoamericanas evidenciaron sus hábitos y los nuestros. De donde vienen prefieren comer manzanas y almendras y acá la garnacha nos encanta. Se necesita una composición corporal para llegar a un máximo rendimiento. También es responsabilidad de las jugadoras ejecutar los planes de alimentación, la presencia de las mexicoamericanas ha sacado a las mexicanas de su zona de confort. 

“Cambiar hábitos conlleva tiempo y esfuerzo. Los clubes tienen objetivos y las jugadoras también están aprendiendo a llevar una nueva vida. Los clubes saben que con esos sueldos la jugadora no puede estar sólo en el futbol porque estudian o trabajan. 

“Esta es la primera generación de jugadoras y cuerpos técnicos que estamos formando, están abriendo oportunidades para las demás. El valor de la liga femenil es intangible porque las futuras generaciones están creciendo con una liga y el futbol femenil se está normalizando. Ahorita no vemos eso reflejado en sus sueldos, espero que nos toque verlo”, indica Gutiérrez.

Necaxa. Condiciones inferiores. Foto: Cortesía LIGA MX/ IMAGO 7

La presidenta de la Liga MX Femenil dice que este proyecto se pensó con objetivos a cumplirse en 10 años, a diferencia de los cuatro con los que se trabaja en la varonil o en las selecciones nacionales. 

Considera que cuando la liga cumpla sus primeros cinco años podrán tener parámetros más claros, sobre todo pensando en que debe ser el semillero de las selecciones nacionales. 

Por lo pronto, anuncia que con especialistas en la materia ya están analizando cómo diseñar los protocolos de protección a las menores de edad, así como los antiacoso y abuso sexual. 

Por disposición de la FIFA, las federaciones deberán proteger a las embarazadas con un periodo de descanso laboral retribuido de 14 semanas como mínimo. Durante este tiempo la futbolista percibirá al menos dos terceras partes del salario que estipule su contrato. Ocho de las 14 semanas de la baja deberán tener lugar tras dar a luz.

Cecilia Santiago, exportera del América y quien actualmente juega con el PSV de la Liga de Holanda, pide a los clubes mexicanos que no dejen de invertir en el futbol femenil; pese a que no vean resultados pronto, les dice que piensen que en algunos años verán los frutos. Llama a no abandonar a las juveniles porque son el futuro del futbol femenil mexicano.

“La Liga MX es como un bebé de tres años, hay que darle cuidados, educación y pasar por muchos procesos porque México es un país machista. Hay que darle esta oportunidad a las mujeres, que sea una chispa que cambie a la sociedad. 

“Dedicarse al futbol en un país machista es muy difícil. Hay que alzar la voz porque si no lo hacemos nosotras, nadie lo va a hacer; los hombres no van a dar una batalla por las injusticias que no viven en carne propia. Las mujeres debemos tomar las riendas”, sentencia.  (Con la colaboración de Diego Andrade y Ricardo Olín)    

 

Reportaje especial publicado en la edición 2314 del semanario Proceso, cuya versión digital puedes adquirir aquí. 

 

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