Energía

La movida de Lozoya

En 2014, el entonces director de Pemex urdió un plan para promover el relevo de Antonio Brufau como presidente de Repsol. Pero el "asalto" a la petrolera, como lo calificó en ese momento la prensa española, fracasó.
miércoles, 19 de mayo de 2021 · 18:57

Madrid (Proceso).- En la comparecencia de Rafael Araujo Bernabé, responsable de seguridad de Repsol, ante el juez de la Audiencia Nacional, el 15 de diciembre pasado, se confirmó que el excomisario José Manuel Villarejo había sido contratado nuevamente por Repsol en 2014 para investigar los motivos por los que el entonces representante de Pemex ante la petrolera española, Arturo Henríquez Autrey, se había ausentado de una sesión de la comisión ejecutiva.

El director general de Procura y Abastecimiento de Pemex durante el gobierno de Enrique Peña Nieto había sido enviado a España por su jefe, Emilio Lozoya, para esa sesión, pero sobre todo para hablar con Borja Prado, presidente de Endesa, sobre el litigio que el entonces director general de Pemex había reabierto con la cúpula de Repsol.

Sin embargo, Henríquez había sido ubicado con Borja Prado en el aeropuerto de Madrid-Barajas cuando abordaba el jet privado del presidente de Endesa, con quien viajó a Alemania para asistir a un partido de la Champions League entre el Real Madrid y el Bayern Múnich, el 30 de abril de 2014, según la información filtrada a la prensa española (Proceso 2056).

En la citada audiencia se confirmó que el excomisario Villarejo fue contratado para investigar ese episodio, por lo que cobró 24 mil euros, según confirmaron a Proceso fuentes judiciales. Sostienen que incluso se entregó una fotografía del funcionario de Pemex en la sala VIP del aeropuerto.

Los agentes de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional encargados de las pesquisas sobre la pieza separada “Wine”, de la Operación Tándem, habían descubierto este segundo contrato de Repsol con Villarejo.

Según la investigación, fue Luis Suárez de Lezo, secretario general del Consejo de Administración de Repsol, quien ordenó investigar la ausencia de Henríquez. La instrucción fue ejecutada por el director de seguridad de la compañía, Rafael Araujo, que encargó ese trabajo a la agencia de Villarejo.

Repsol panista

En el equipo del presidente Peña Nieto, en especial Lozoya, consideraban que Repsol mantenía vínculos muy estrechos con el PAN, cuyos gobiernos (los de Vicente Fox y Felipe Calderón) la habían beneficiado. Lozoya compartía una posición crítica a la gestión de Antonio Brufau, como había sucedido con Juan José Suárez Coppel, su antecesor en Pemex. Por ello se dispuso a mover hilos dentro de Repsol para provocar el relevo de Brufau (Proceso 2022).

El entonces director general de Pemex señaló al respecto en noviembre de 2013: “Estoy muy decepcionado con la evolución de Repsol durante la gestión de Brufau. Queremos mejores resultados para nuestra participación en la compañía”. Así, urdió un plan para convocar una junta extraordinaria de Repsol, en abril de 2014, para promover el relevo de Brufau, que aparte de presidente era el consejero delegado.

A esos encuentros en las oficinas de Pemex en Houston asistieron José Manuel Carrera Panizzo, director general del área internacional y consejero delegado del grupo en España, y Henríquez Autrey.

También participaron Javier Villasante, responsable del área internacional de Cuatrecasas, bufete español que llevaba los asuntos legales de Pemex; directivos del banco francés Crédit Agricole; ejecutivos de una empresa especializada en captar inversionistas y asesores de la firma de comunicación internacional Bruswick Group.

Pero el “asalto” a Repsol, como lo calificó la prensa española, fracasó. En la reunión de la comisión ejecutiva Brufau promovió el nombramiento de Josu Jon Imaz como nuevo consejero delegado de Repsol y con ello se blindó ante Pemex. Esto sucedió casi a la misma hora que Henríquez se encontraba en Alemania, por eso la prensa española ha calificado de “fuga” el episodio con el excolaborador de Lozoya.

Pemex en el “Informe King”

La Fiscalía Anticorrupción española tuvo los primeros indicios ilícitos contra Villarejo cuando recibió en 2017 documentación sobre el llamado “Informe King”, que el comisario elaboró sobre la fortuna de Gabriel Mbaga Obiang, uno de los hijos del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, quien tenía la ambición de llegar al poder.

El informe –por el que Villarejo cobró más de 5 millones de euros– contiene información de las cuentas de Mbaga Obiang en bancos de varios países a través de un entramado societario con ramificaciones en sociedades off-shore en Ginebra, Delaware, Hong Kong, Montreal, Zúrich y Liechtenstein, según el documento al que este semanario tuvo acceso.

El encargo habría sido hecho por Francisco Menéndez, representante de Gepetrol (la petrolera de Guinea Ecuatorial) en España, para entregarlo al otro hijo del presidente, Teodorín, que buscaba posicionarse mejor que su hermano Gabriel en la sucesión presidencial de su país.

Dice el informe que “GM mantuvo varias reuniones celebradas en el Hotel Puente Romano de Marbella, con responsables de la petrolera mexicana Pemex, con la presencia del abogado Matías Cortés, con el fin de establecer nuevas alianzas, solicitando una suculenta comisión pendiente de recibir”.

El referido informe no cita el nombre de ningún funcionario de Pemex, aunque el periodo referido es de 2012.

Matías Cortés, hoy fallecido, era uno de los abogados habituales de las élites política y financiera de España. Durante décadas mantuvo estrechos vínculos como abogado y consejero con Jesús de Polanco y su Grupo Prisa, la editora del diario El País, y con Luis del Rivero, entonces presidente de Sacyr. Este abogado cobraba al menos 1 millón de euros por minuta, según refería la publicación digital Hispanidad, cuando murió en abril de 2012.

Estos contactos entre el aspirante a dirigir Guinea Ecuatorial y la petrolera mexicana –señaló Villarejo– se repitieron en la planta 34 de la Torre Picasso, donde Pemex tuvo su sede central en Madrid. En el mismo edificio tenía su oficina del Grupo Cenyt el excomisario y espía Villarejo.

El informe de Villarejo revela que los contactos de Pemex con Gabriel Mbaga Obiang fueron “supervisados por Gerardo Olmos, miembro de sus SS (servicios secretos) adscrito a la embajada mexicana en España”.

En aquel momento Olmos era el representante del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) en España. De lo que no hay evidencia es de si prosperó el convenio entre GM y Pemex.

Texto publicado en el número 2324 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 16 de mayo de 2021.

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