Cultura

El periplo de Colón y la escultura sin autor

Para el arquitecto y escultor Fernando González Gortázar "resulta increíble la ligereza, la improvisación, la inconsistencia y la frivolidad" con las que se abordan frecuentemente los problemas estéticos de la ciudad.
viernes, 24 de septiembre de 2021 · 18:46

Las decisiones sobre los espacios públicos para el arte en la CDMX han estado permeadas por la unilateralidad oficial. El tema afloró con el traslado de la estatua de Cristóbal Colón en el Paseo de la Reforma y su sustitución por una cabeza de mujer indígena. Mientras que para el arquitecto y escultor Fernando González Gortázar “resulta increíble la ligereza, la improvisación, la inconsistencia y la frivolidad” con las que se abordan frecuentemente los problemas estéticos de la ciudad, el director de escena Luis de Tavira aboga por “la actualidad de un diálogo entre las diversidades históricas que nos constituyen como un posible nosotros”.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Todo comenzó la madrugada del 10 de octubre de 2020, dos días antes del llamado Día de la Raza, cuando en medio de un semáforo sanitario amarillo por la covid-19 se retiró el Conjunto Escultórico de Cristóbal Colón de Paseo de la Reforma. Y así, una glorieta y referente urbanístico en la ciudad desde 1877 se quedó sin obra  y sin nombre.

De cara al día 12, el gobierno capitalino se movilizó con rapidez, pues días antes había cobrado fuerza el movimiento #LoVamosADerribar mediante una carta pública en la que varios colectivos de izquierda citaban vía redes sociales al embate contra el navegante genovés:

“Es un acto soberano –asumían– el derribo de monumentos execrables y como homenaje a los millones de indígenas y afrodescendientes masacrados, nuestros ancestros…”.

Según la Secretaría de Cultura, Colón “fue retirado para ser restaurado de manera profunda” con el apoyo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) del INBAL, y anunciaba que tras el análisis se establecería una fecha de restitución.

Todo el conjunto fue retirado: Además de Colón, las representaciones de los frailes Pedro de Gante, Bartolomé de las Casas, Juan Pérez de Marchena y Diego de Deza. Uno de los grafitis que rodeaban las vallas metálicas en torno al mero basamento decía: “¡HASTA NUNCA GENOCIDA!”.

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Por casi 10 meses nada se supo de ellos, hasta que el pasado 5 de septiembre, Día Internacional de las Mujeres Indígenas, la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, afirmó –en la inauguración del Parque Cantera en Coyoacán– que había recibido un punto de acuerdo del Senado de la República promovido por la exlegisladora Jesusa Rodríguez, y respaldado por cartas de mujeres indígenas, para retirar permanentemente a Colón de la glorieta.

No se precisó si la decisión de trasladarlo al Parque América, en Polanco, formó parte del acuerdo o lo determinó el gobierno de la CDMX, pero Sheinbaum afirmó que sería llevado ahí, a “un lugar digno, con autorización del INAH”. Y en su lugar se colocaría una obra dedicada a la mujer indígena: “Tlali” –tierra, en náhuatl– del artista Pedro Reyes, una pieza de 6.5 metros de alto con basamento de tezontle.

Este texto es un adelanto del reportaje publicado en el número 2342 de la edición impresa de Proceso, en circulación desde el 19 de septiembre de 2021.

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