Gabriel Boric
La generación del cambio
El presidente electo es producto de las movilizaciones estudiantiles que cimbraron Chile en 2011 y que pusieron al descubierto una de las fallas del hasta entonces elogiado modelo chileno: la imposibilidad de millones de jóvenes de acceder a la educación superior por las altas colegiaturas.BOGOTÁ.- Gabriel Boric no sólo se convertirá, a partir del 11 de marzo próximo, en el presidente más joven de América Latina, sino también, en el único que usa tatuajes visibles –tiene en ambos brazos–, que ha aceptado públicamente que ha fumado mariguana y que vive en unión libre con su pareja.
A dos meses de cumplir 36 años, el presidente electo de Chile se comporta como cualquier joven de su generación. Esto, a pesar de que para la campaña electoral se delineó la barba, se cortó el cabello y comenzó a usar sacos sin corbatas, en vez de chaquetones negros, así como gafas que lo hacen lucir un poco menos “cabro”, como les dicen los chilenos a los jóvenes.
Boric vive en pareja con la antropóloga y dirigente feminista Irina Karamanos, quien no será primera dama, pero jugará un papel en el futuro gobierno.
Ella tiene 32 años y es parte, como su novio y varios de sus aliados, de la generación del cambio que se apresta a tomar las riendas de un país que ha logrado progreso económico pero que enfrenta enormes desequilibrios sociales.
El presidente electo es producto de las movilizaciones estudiantiles que cimbraron Chile en 2011 y que pusieron al descubierto una de las fallas del hasta entonces elogiado modelo chileno: la imposibilidad de millones de jóvenes de acceder a la educación superior por las altas colegiaturas de las universidades privatizadas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
De esas protestas, cuya exigencia era la creación de un sistema de educación pública, surgieron Boric y los ahora también diputados Giorgio Jackson, Camila Vallejo, Karol Cariola y Gonzalo Winter, todos ellos treintañeros que pertenecen a diferentes partidos políticos de izquierda que se aglutinaron en la coalición Apruebo Dignidad para respaldar la candidatura del hoy presidente electo.
Jackson es el principal consejero político del futuro presidente y se da por descontado que será ministro, probablemente del Interior. Y Camila Vallejo, quien milita en el Partido Comunista, también forma parte del círculo más cercano de Boric. Ella se menciona como próxima ministra del Trabajo, de Desarrollo Social o de la Mujer.
La hora de gobernar
“Lo que estamos viendo en Chile es un cambio generacional importantísimo en el que se consolida un proyecto que esos jóvenes liderazgos han venido impulsando en los últimos 10 años desde el movimiento estudiantil de 2011”, señala la politóloga Federica Sánchez Staniak.
Dice que un elemento adicional es que se trata de una generación que ha actuado en política al margen de las tradicionales coaliciones de centroizquierda (la Concertación) y centroderecha (la Alianza por Chile) que se han alternado en el poder desde el retorno de la democracia, tras la dictadura militar, en 1990.
De acuerdo con la doctora en ciencias políticas de la Universidad Católica de Chile, este grupo de jóvenes dirigentes que asumirá el gobierno refleja “la crisis de partidos” que vive América Latina, donde la ciudadanía “observa con hastío a las opciones políticas tradicionales” ante sus deplorables resultados en materia social, política y en lucha contra la corrupción.
Sánchez Staniak considera que esa nueva generación tiene un proyecto de izquierda, “pero ya en el gobierno su tendencia va a ser hacia la moderación y hacia un espacio de centroizquierda que le permita concertar con otras fuerzas políticas las reformas estructurales que contempla en su agenda”.
Boric carece de mayoría en el Congreso y ha dicho que aspira a lograr acuerdos con la centroderecha para impulsar una reforma fiscal que le permita financiar el aumento del gasto público que tiene contemplado en materia de educación, salud, pensiones y políticas ambientales y de género.
Los operadores políticos del futuro presidente en el Congreso pueden ser los exdirigentes estudiantiles Giorgio Jackson y Camila Vallejo, que en ambos casos han acumulado ocho años de experiencia legislativa.
Otros políticos treintañeros que acompañarán al dirigente izquierdista son la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, y la diputada Karol Carilla, ambas del Partido Comunista –una organización política con larga tradición parlamentaria en Chile–, y los alcaldes de Valparaíso, Jorge Sharp, y de Maipú, Tomás Vodanovic.
También, la expresidenta del Colegio Médico de Chile, Izkia Siches, de 35 años, quien se incorporó al equipo de Boric en la segunda vuelta electoral y jugó un papel muy relevante en la recta final de la campaña con recorridos por varias regiones del país.
Boric asumirá la presidencia en momentos en que una Convención Constitucional redacta una nueva Carta Magna con la expectativa de sepultar la Constitución que Pinochet heredó al país y para dar paso a un estado de bienestar en el que los ciudadanos tengan acceso universal a la salud, la educación y las pensiones dignas.
El presidente electo es un entusiasta partidario del proceso que desarrolla la Convención Constitucional, y el pasado martes 21 visitó, en compañía de Camila Vallejo, la sede donde sesiona el organismo, donde destacó que por primera vez en la historia de Chile se está redactando una Constitución democrática, paritaria y plurinacional.
La derecha chilena, que en los comicios constituyentes sufrió la peor derrota electoral de su historia, quedó apenas con 23% de los escaños, muy lejos del tercio que necesitaba para bloquear las modificaciones más significativas al modelo neoliberal que ha prevalecido en Chile desde la dictadura de Pinochet.