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"Mobbing" y ciberacoso, una pesadilla laboral
La denuncia de 16 trabajadoras de la Unidad de Especialidades Médicas de Oncología en Mexicali contra seis empleados de la misma por acoso laboral y sexual se topó con la indiferencia y hasta la hostilidad de los directivos.La denuncia de 16 trabajadoras de la Unidad de Especialidades Médicas de Oncología en Mexicali contra seis empleados de la misma por acoso laboral y sexual se topó con la indiferencia y hasta la hostilidad de los directivos. Pese a que ellas tienen pruebas de que les han tomado fotos sin su consentimiento para difundirlas en las redes sociales, además de ser objeto de comentarios insultantes, su abogada tuvo que recurrir a los directivos de Salud estatales y a la propia gobernadora Marina del Pilar Ávila para ser escuchadas, pero anunciaron que interpondrán una denuncia penal. Mientras tanto, tienen que laborar junto a quienes señalan de haberlas denigrado.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Al cruzar la puerta de la Unidad de Especialidades Médicas (Uneme) de Oncología, el corazón de Valeria se acelera y la ansiedad aumenta. Sabe que durante su jornada laboral verá a quienes se burlan de ella.
Laura, a su vez, siente malestar desde que ingresa a la Uneme de Oncología y al paso de las horas la incomodidad se convierte en miedo: “¿Y si voy al baño y me toman más fotos? Carajo, no puedo ni verlos a la cara. ¡Qué impotencia!”
Y si Alicia se cruza con uno de sus compañeros en el checador, entra en pánico al escucharlo: “Ya te vi en bikini, invítame a tu departamento”, o de plano: “Vamos al cinco letras”. Ella no aguantó la presión y, una semana después de la entrevista con Proceso, pidió un permiso laboral de seis meses sin goce de sueldo. Esto, “en lo que hacen algo para protegernos”, dice quedito.
Estas historias, relatadas por sus protagonistas (citadas aquí con un seudónimo) son parte de los 16 casos de acoso laboral, sexual, violencia digital y mobbing que doctoras oncólogas, nutriólogas, cajeras, empleadas de recursos humanos, asistentes de contabilidad y químicas viven en las instalaciones en Mexicali de la Uneme de Oncología, perteneciente al Instituto de Servicios de Salud Pública (Isesalud) del estado.
El 8 de diciembre, cuando se le preguntó a la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda si su gobierno cuenta con un protocolo para evitar la violencia digital en su administración, respondió que está prohibido todo tipo de violencia: “Estamos promocionando una convivencia pacífica y armónica”.
“Pero ya la hay”, se le replicó. “¿Tienes algún caso?”, preguntó la gobernadora. “Sí”, fue la respuesta.
“Que presenten la denuncia. No teníamos la información y las invito a que se acerquen a hacer la denuncia formal; con mucho gusto lo vamos a atender, están las puertas abiertas permanentemente para atenderlas. En el caso que comentan no he visto ni recibido denuncia”, dijo la gobernadora.
No obstante que las denuncias se presentaron desde el 29 de septiembre, el problema aún no se resuelve. Más aún, los acusados de incurrir en estas prácticas iniciaron un proceso civil contra las mujeres por “daño moral” y “difamación”. De modo que ahora la autoridad judicial está llamando a las denunciantes a “conciliar” con aquellos que señalaron de agresores antes de que el problema escale al ámbito penal.