Rayados de Monterrey

Caso Monterrey: La narcoviolencia se mete a la cancha del futbol

Con el modus operandi de los cárteles, un grupo de personas colgó mantas en Monterrey y abandonó hieleras –en Abu Dhabi– con fotografías de las caras del entrenador y la directiva del equipo Rayados, que en ese momento participaba en el Mundial de Clubes.
domingo, 13 de febrero de 2022 · 11:57

Con el modus operandi de los cárteles, el lunes 7 un grupo de personas colgó mantas en Monterrey y abandonó hieleras –en Abu Dhabi– con fotografías de las caras del entrenador y la directiva del equipo Rayados, que en ese momento participaba en el Mundial de Clubes. Las amenazas fueron en repudio al rendimiento del conjunto mexicano. Sin embargo, el hecho es más que una protesta desproporcionada del aficionado promedio. Para expertos en seguridad consultados, lo ocurrido no debe quedar en la impunidad porque es un síntoma de la infiltración del narco en las porras del futbol mexicano.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– La manera con la cual presuntos aficionados de los Rayados de Monterrey manifestaron su descontento con el equipo en el Mundial de Clubes es una muestra de la “cartelización de la violencia en el futbol”, que no debe ser minimizada, pues habla de la infiltración de células delictivas en los grupos de animación de este deporte en México.

El doctor Hugo Sánchez Gudiño, profesor e investigador de la Facultad de Estudios Superiores Aragón de la UNAM, lanza esta alerta y pide que el club Monterrey y la Liga MX denuncien e investiguen hasta dar con los responsables de la amenaza contra el entrenador Javier Aguirre; el presidente Deportivo, Duilio Davino, y el presidente del Consejo de Administración, José González Ornelas.

El lunes 7 un grupo de personas difundió en las redes sociales una fotografía escalofriante: frente a la entrada del Hotel Fairmont Bab Al Bahr, lugar de concentración de los Rayados en Abu Dhabi, desconocidos colocaron cuatro hieleras con la marca de las tiendas Oxxo –cuyo propietario es Femsa, dueño, a su vez, del equipo– con imágenes de papel de las caras de los dirigentes mencionados.

Las fotografías de los rostros, que parecía que hubieran sido golpeados, también tienen manchas de color rojo, simulando sangre; lo mismo hicieron con las hieleras. Además, seis personas a las afueras del hotel mostraron una manta con la leyenda “Da$ a$co, Va$co”.

En México, afuera del estadio de los Rayados fueron colgadas otras mantas con reclamos, y también en puentes peatonales, como lo hacen los sicarios para exponer sus narcomensajes. Frente a las oficinas de Femsa en Monterrey dejaron otra caja con el rostro en papel de González Ornelas, también teñido de rojo.

Las amenazas contra el entrenador y la directiva ocurrieron después de que Monterrey perdió 1-0 ante el equipo egipcio Al-Alhy, en el primer partido del Mundial de Clubes que se realiza en Emiratos Árabes. El conjunto que dirige Javier Aguirre quedó eliminado y ya sólo con la posibilidad de pelear por el quinto lugar.

“Este momento de violencia escaló retomando el modelo de los cárteles, una especie de cartelización de los fanáticos del futbol. En el caso mexicano, más particularmente de los norteños en Monterrey, adoptan este modelo de los cárteles que es un modelo de comunicación simbólica: las famosas narcomantas y las cabezas, los hombres sin cabeza.

“Esto tiene una lectura múltiple: desde despedir a una persona hasta agredirla físicamente y ya rompe con los niveles de expresión violenta, dan un paso más alto con las narcomantas y con los hombres sin cabeza, que es una forma de rechazar, de (mostrar su) descontento. La afición de ese equipo está enfurecida por el desempeño mediocre de su equipo y están defraudados por el entrenador y las declaraciones que él hace. Tenemos este escenario preocupante de los aficionados de los Rayados de Monterrey”, explica Sánchez Gudiño.

Tufo a narco

En el mismo sentido se pronuncia Falko Ernst, analista senior para México de International Crisis Group, un organismo independiente que trabaja para prevenir guerras y diseñar políticas públicas que contribuyan a construir un mundo más pacífico.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2363 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

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