Línea 12

Línea 12. El contratismo, intocado

La semana pasada se cumplió un año del colapso en la Línea 12 del Metro y el reparto de culpas continúa. Ahora la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, descalifica el tercer peritaje de la empresa DNV e intenta rescindirle el contrato. Mientras las víctimas exigen justicia.
martes, 10 de mayo de 2022 · 05:47

La semana pasada se cumplió un año del colapso en la Línea 12 del Metro y el reparto de culpas continúa. Ahora la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, descalifica el tercer peritaje de la empresa DNV e intenta rescindirle el contrato. Lo peor: mientras las víctimas exigen justicia, las empresas implicadas en aquella tragedia, como Carso, ICA y Alstom, siguen acumulando contratos en el gobierno de López Obrador.

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Indemnes a los reclamos por el colapso de un tramo de la Línea 12, las empresas Carso, ICA y Alstom no se vieron afectadas en los negocios con el sector público; por el contrario, han obtenido contratos hasta en los megaproyectos emblemáticos de la actual administración.

Carso, de Carlos Slim; ICA, que preside Bernardo Quintana, y la trasnacional francesa Alstom son los tres poderosos grupos que integraron el consorcio contratado para construir las 20 estaciones de la Línea 12, entre éstas el tramo elevado siniestrado el 3 de mayo de 2021.

ICA es una constructora inmersa en proyectos de infraestructura desde el sexenio de Miguel Alemán. Suele tener importantes proyectos con los gobiernos, en las más diversas especialidades de obra, lo mismo que Grupo Carso, cuya división de infraestructura (CICSA) se ha convertido en una de las más favorecidas cada sexenio, incluido el de la llamada “cuarta transformación”.

En tanto, Alstom, dedicada a proyectos de electricidad, trenes y barcos, es favorita de los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador, una relación admitida por el propio presidente el pasado 2 de mayo: la firma Bombardier, hoy asociada con Alstom, fue responsable de la adquisición de 45 trenes y 400 vagones del Metro capitalino en 2002, cuando el hoy mandatario federal era jefe de Gobierno en la Ciudad de México.

Un día antes de que se cumpliera el primer aniversario del accidente en la Línea 12, López Obrador firmó con Alstom-Bombardier un contrato para fabricar 42 convoyes con 210 vagones para el Tren Maya, uno de los megaproyectos emblemáticos de su gestión.

La firma del contrato, realizada en la fábrica de Ciudad Sahagún, fue el paso final de lo que ya desde el 26 de mayo de 2021 había anunciado Fonatur apenas tres semanas después del colpaso de la Línea 12: que Alstom –en asociación con GAMI Ingeniería y Construcciones y con Construcciones Urales– había ganado la licitación para “material rodante y sistemas ferroviarios” del Tren Maya, por un monto de 36 mil 563 millones de pesos.

Alstom es quizás la empresa más importante de los sistemas Metro en el país, pues además de tener un contrato de mantenimiento en el STC Metro de la Ciudad de México hasta 2024, participa en el Metro de Guadalajara, donde también fue contratada para fabricar los 18 trenes, desarrolló la ingeniería de detalle, diseñó y puso en operación los sistemas electrómecánicos, de energetización y señalización, además de que, una vez inau-gurada la obra en 2020, realiza el mantenimiento preventivo.

Carso, el gigante que no pierde

Desde el 4 de mayo, las empresas ICA y Alstom se deslindaron del tramo elevado comprendido entre las estaciones Olivos y Tezonco, asegurando que ahí la obra civil estuvo a cargo de CICSA, la empresa de Grupo Carso.

Un mes después del accidente, un primer dictamen de la empresa noruega DNV señaló las fallas en la construcción del tramo imputables a CICSA, un aspecto que López Obrador refirió el 6 de junio de 2021, encomiando al magnate Carlos Slim como un “hombre responsable e institucional, siempre en condiciones de llegar a acuerdos en todo; no juega a las vencidas como otros, afortunadamente pocos, que quieren someter al gobierno, quedaron malacostumbrados”.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2375 del semanario Proceso cuya versión digital puedes adquirir aquí.

 

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