Paseo de la Reforma

Paseo de las injusticias… y una glorieta en disputa (Video)

El Paseo de la Reforma se ha convertido en un recordatorio permanente de las tragedias derivadas de la omisión del Estado mexicano. Financiados con aportes solidarios –excepto el memorial en el Campo Marte–, los antimonumentos son una advertencia de que la siguiente víctima puede ser uno mismo.
jueves, 26 de mayo de 2022 · 06:50

En la última década el Paseo de la Reforma se ha convertido en un recordatorio permanente de las tragedias derivadas de la omisión del Estado mexicano. Financiados con aportes solidarios –excepto el memorial en el Campo Marte–, los antimonumentos son una advertencia de que la siguiente víctima puede ser uno mismo.

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Desde un anuncio espectacular, Tom Cruise pilotea un caza F-18 hacia la Glorieta de las y los Desaparecidos, en la avenida Reforma.

–Mira, parece que se va a estrellar –le dice un adolescente a su padre, señalando al actor que va a punto de la despresurización.

Ambos detienen su paso ante una caravana de familiares de personas desaparecidas que buscan convertir la Glorieta de la Palma en un memorial para los suyos, después de que el domingo 8 el gobierno de la Ciudad de México retirara el antimonumento con los retratos de personas desaparecidas.

Mujeres con rostros ojerosos caminan hacia la glorieta, que es un punto muerto en medio de la avenida. Una rotonda cercada por vallas que la policía coloca en las manifestaciones para resguardar comercios, estatuas o edificios públicos. Reclamos anteriores se enciman en los nombres de las personas desaparecidas, las víctimas de feminicidio y las consignas antisistema:

“¿Dónde-Ni una m-Feminicida-Aide-Lau”, se lee como si las vallas formaran un pastiche insurrecto de tragedias y desgracias.

Dentro de la glorieta la garra metálica de una excavadora descansa después de sacar las raíces de una palma centenaria enferma que el gobierno de la ciudad sustituirá con un ahuehuete (Taxodium mucronatum). Alrededor de las veladoras, la vida se ciñe al guion de una película de acción: un ciclista avanza trepidante al margen de errantes automovilistas protegidos en sus burbujas de acero y vidrio. Las manos de los familiares tientan las vallas como si el rostro de su familiar volviera al plano terrenal. “Hasta encontrarles”, se lee en hojas de papel en la Glorieta de las y los Desaparecidos, donde familiares esquivan el tránsito para hacer una pinta sobre el asfalto: “+100 mil desaparecidos”.

Norma Guadalupe Cruz Contreras, de 52 años, lleva la fotografía de su sobrino José Rodolfo López Cruz, desaparecido a la edad de 15 años, durante un evento de motociclismo el 13 de octubre de 2013 en Tierra Blanca, Veracruz. “No se sabe nada por más que hemos buscado, sus papás han encontrado muchos cuerpos en fosas clandestinas. Lo andamos buscando, pero no aparece”, dice Cruz, resignada.

Desde los desaparecidos de la Guerra Sucia hasta los más recientes en esta ciudad y los estados, las vallas se han convertido en piezas simbólicas que reclaman un lugar en la memoria urbana. La Campaña Nacional contra la Desaparición Forzada en México exigió respetar la decisión de los allegados a los desaparecidos.

“Los familiares de las víctimas tienen todo el legítimo derecho de construir y elegir sus espacios de lucha, memoria y exigencia, sobre todo cuando no existe por parte del Estado la voluntad política para terminar con la impunidad y buscar a los miles de desaparecidos que existen en el país”, expresaron en un comunicado el lunes 16. Un día después el Mecanismo para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico se sumó a la propuesta de convertir la rotonda en un memorial.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2377 del semanario Proceso, cuya versión digital puedes adquirir aquí.

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