"Juana in a million"

viernes, 23 de marzo de 2018 · 19:44
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Juana Gómez Castillo busca aquí, busca allá, quiere trabajar pero no sabe el idioma. Sólo conoce a una chica que le consigue un lugar dónde dormir, un cuarto con siete personas más y una cama caliente que comparte con una gorda y sudorosa mujer. En el trabajo la explotan, la acosan y se defiende, pero son difíciles los camino para seguir adelante. Juana Gómez Castillo es Vicky Araico, quien con una interpretación magistral nos lleva por diferentes estados de ánimo para conocer los lugares en los que se asoma, los camiones en los que se sube y gente con la que intercambia unas cuantas palabras. Dejó atrás Michoacán, pero sigue existiendo en su memoria. Dejó atrás a su madre, que defiende el lugar de origen y el quedarse para conservar sus raíces. Se separó de ella, que también da voz a la gran traidora, a la Malinche cuyos rituales y presagios nos coloca en este contradictorio país, conquistado y amado, lleno de colores y de cabezas cortadas. Juana in a million es una obra de teatro creada por Vicky Araico y Nir Paldi, a partir de la propia experiencia de la actriz y testimonios de otros migrantes en busca de mejorar su condición vital. Recorre un camino escarpado en la fría ciudad de Londres para conseguir trabajo, para recibir un sueldo y no perder la cama compartida en la que duerme. Ya no piensa en divertirse un poco, ni en descansar; apenas en pasar el día. Con tamaños nubarrones que a cualquiera dejarían empapado, Juana libra los charcos y no se ahoga en un vaso de agua. Con carácter retraído –sobre todo por las circunstancias en las que se encuentra–, pero al mismo tiempo con un espíritu cargado de dignidad, vive la tormenta y recuerda. Los tiempos se trastocan. El presente se ve invadido por lo que dejó atrás, y lo que vamos descubriendo es una mezcla de amor y terror, de alegría y muerte. Vicky Araico interpreta a todos estos personajes; se desdobla y crea al otro con el que habla con un solo gesto o inflexión de voz, un movimiento de brazos o una actitud corporal. Todos ellos resultan verdaderos, y el otro nos visualiza a la protagonista de la historia como un ser entrañable. Texto y movimiento se conjugan orgánica e impecablemente. La acción física devela un acto cotidiano que se convierte en una metáfora de la situación. El trabajo mecánico en la cocina de un restaurante o en una bodega de zapatos se repite una y otra vez hasta la enajenación. La verborrea de una mujer contrasta con la burla de un jefe cínico o de una amiga que quiere ayudarla. El trabajo físico y la expresión verbal construyen un tejido dramático poderoso, en un espacio vacío que la actriz llena de contenidos y sentimientos. La luz de Arturo Nava crea atmósferas y espacios, apoya transiciones y subraya emociones. En el espacio escénico del Teatro Orientación donde se presenta actualmente, parece que viviera todo un universo creado por la imaginación y la presencia escénica de Vicky Araico. La obra de teatro ya tiene un camino largo: ha participado en distintos festivales internacionales y recibido diversos premios. En la Ciudad de México ha estado en otros tantos teatros. Uno de los ingredientes fundamentales de Juana in a million es el sentido del humor con el que se cuenta la historia. Las contradicciones y lo absurdo de la realidad nos provocan risa y nos dejan un delicioso sabor agriduce, imposible de olvidar. Esta reseña se publicó el 18 de marzo de 2018 en la edición 2159 de la revista Proceso.

Comentarios

Otras Noticias