CONTRAPLANO
29/1/2021 | Así como ya lo hizo en La Celebración (Festen, 1998) y, más recientemente en La Cacería (The Hunt, 2012), Vinterberg es duro con su relato, y exhibe un serio problema universal, como es la dipsomanía que, en su forma incontrolable, provoca sufrimiento y destrucción.