Medalla Homobono García

domingo, 4 de diciembre de 2016 · 08:45
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- El Prócer Nacido de la entraña del pueblo de Desregulación de las Minas, el 25 de abril de 1994. Sus padres, Cleptofas García y María de la Reforma Estructural no pertenecían a clase social alguna, porque ya no existían en esa época. Tampoco tenían ideas, porque se habían descontinuado junto con los libros. Cursó la primaria en una humilde escuela pública y se destacó en resolver una evaluación de opción múltiple al mismo tiempo que sorteaba los gases lacrimógenos. La escuela fue demolida y unos meses después nuestro joven se marchó a El Paso, Texas, pero lo regresaron. Sin embargo, tuvo oportunidad de conocer el primer 7 Eleven de su vida. Venía saturado de nuevas marcas y del germen del talento por el que lo recordamos: aguantar. Se casó, como debe ser, con una mujer, porque el matrimonio de otro tipo simplemente no era legal en Desregulación. Su mujer enfermó gravemente y, al llevarla a la clínica, le exigieron que comprara gasas, dos anestésicos, una jeringa, tres cubrebocas, una mesa de operación, y el quirófano. Homobono trató de hacer cuentas pero necesitaba de los gases lacrimógenos para pensar, así que simplemente aguantó la muerte de su esposa en un camellón frente a la nueva clínica. Eran tiempos de efervescencia política: el país estaba en venta desde hacía tiempo pero nadie lo compraba y la presidencia se había decidido cedérsela por otros seis años a Delfina Vivales, La Esposa de la Nación. Los medios, El Hijo del Huitzuco, El Nieto del Tigre, y la revista Abel y Camín aplaudían lo que fuera, abanderando las ideas modernas que consideraban que todo lo existente era, no sólo necesario, sino moral y, en sus corrientes más radicales, hasta divertido. Fue desde ese momento que Homobono entendió que la más alta misión del ciudadano era desarrollar el aguante. “Ciudadanos desrégulos”, se dijo, “si aguantan quizás un día sean parte de una lista plurinominal”. Quiso el destino que en la siguiente elección se cumpliera su sueño aunque, como siempre sucede, un paso más abajo: le regalaron un tinaco. Pero ese primer paso hacia el derecho a la vivienda (se mudó al interior del Rotoplas) le hizo entender que estaba llamado a gozar de lo que le regalaran en las campañas electorales. Como se sabe, en esa época existía un solo partido, con seis o siete nombres distintos, pero bajo un mismo corporativo cuyo nombre cambiaba de acuerdo a las acciones en las bolsas de valores. Pero en cada campaña regalaban algo y Homobono, un emprendedor nato, ideó la forma de poner un 7 Eleven dentro del Rotoplas para vender frijol con gorgojo, varillas y cemento, y lonas de plástico estampadas con el vivaz rostro de La Esposa de la Nación. El destino, que en esta época se definía por los daños colaterales no calculados, encontró a Homobono García en el justo instante de brindarle su único talento a la Patria, que en esa época se definía por la presencia de una bandera nacional: un gas lacrimógeno se incendiaba a las puertas del negocio que con tanto emprendimiento había forjado. Sin pensarlo, una noche más en las que se reprimían estudiantes, maestros y sindicalistas, se rodó sobre el fuego y aguantó, aguantó, aguantó. Murió a los 22 años ahí donde la Patria le pidió su sacrificio sin jamás sospechar que sería inspiración para una medalla. El Decreto DECRETO POR EL CUAL SE CREA LA MEDALLA DE HONOR HOMOBONO GARCÍA. “Delfina Vivales”, Presidenta Constitucional y Esposa de la Nación, a sus habitantes, sabed: Que el H. Congreso de la Unión, se ha servido dirigirme el siguiente: DECRETO: “El Congreso de los Seis o Siete Partido decreta: ARTÍCULO PRIMERO. Se crea la Medalla de Honor “Homobono García” para premiar a los hombres y mujeres que se hayan distinguido por su aguante en grado eminente, físico, mental, emocional, metafísico y sistema decimal. ARTÍCULO SEGUNDO. La Medalla de Honor constará del Diploma alusivo y tinaco de oro, pendiente de una cinta de seda para fijarse al cuello, y con la inscripción: “Ennobleció Nuestro Aguante”. ARTÍCULO TERCERO. La Medalla de Honor “Homobono García” se otorgará en cada caso por acuerdo tomado por los medios afines a lo que sea, previo el dictamen de la Comisión respectiva y la discusión de los méritos del candidato, que puede ser propuesto por La Esposa de la Nación, o cualesquiera instituciones que regalen cosas durante las campañas electorales. ARTÍCULO CUARTO. Las Medallas y los Diplomas respectivos, serán impuestos para conmemorar el sacrificio del mártir de la evaluación de opción múltiple. ARTÍCULO TRANSITORIO ÚNICO: El presente decreto surtirá sus efectos desde el día de su publicación en El Hijo de Huiztuco, en cumplimiento de lo indispuesto por la columna de opinión que más dinero haya recibido en los anteriores treinta años de existencia. Delfina Vivales.- “Rúbrica”. Dictamen (N. de la R.: citas textuales de otra medalla, la Belisario Domínguez, entregada el 24 de noviembre de 2016) (Siguiente N. de la R.: No se ría sin antes saber que lo que sigue es un dictamen real del Senado mexicano): “Eso es lo que sucedió: el incendio intencional de una gasolinera cuya propagación ponía en riesgo la vida de muchos. El acto simple e irrefutable de Gonzalo Rivas fue correr a apagar el incendio mientras todos los demás huían de él. Este es el acto de valor y de heroísmo puro y duro que muchos juzgamos dignos de la Medalla Belisario Domínguez. Gonzalo Rivas habla de la existencia heroica de otro México, el México que está dispuesto a correr riesgos, el México anónimo y solidario que habita esa otra cara de la moneda mexicana: la cara del temple. “Gonzalo Miguel Rivas Cámara no se detuvo a calcular riesgos ni a sopesar alternativas. Erradicó su instinto de supervivencia. “Es también un reconocimiento a los cuerpos heroicos e instituciones nobles de la república, como el Heroico Cuerpo de Bomberos o la Armada de México, en particular la Marina, porque Gonzalo Rivas en un momento de su vida fue integrante de esta valiosa institución de nuestro país”. Y, así.

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