Arranca la Guelaguetza sin pleitesías al gobernador ni protestas

lunes, 25 de julio de 2011 · 13:53
OAXACA (apro).- Tuvieron que pasar 79 años para que en la fiesta por excelencia del pueblo oaxaqueño, la Guelaguetza, no se rindiera pleitesía al gobernador de la entidad. Así, el Auditorio Guelaguetza del Cerro del Fortín, rebasado en su capacidad de 11 mil personas sentadas, y custodiado por dos mil policías, no contó con esta vez con un palco para el mandatario perredista, Gabino Cué, quien recibió el cargo el año pasado. Tradicionalmente esta fiesta, que en zapoteca significa "ofrenda", y en la cual cada grupo participante de las ocho regiones de Oaxaca entregaba sus regalos al gobernador, dio un giro de 180 grados con la intención de hacerla más democrática. Hubo también otra novedad: Fue estrenada la "velaria" o estructura espacial plástica que protegió a la asistencia entera de los rayos del sol, cuyo costo fue de 104 millones de pesos. Esta techumbre esférica con grandes espacios abiertos a los lados en forma de arcos por los cuales sigue permitiendo admirar desde El Fortín la espléndida vista de la ciudad y buena parte del valle, y que ha sido objeto de numerosas críticas, funcionó sin embargo a la perfección y por vez primera cubrió a los espectadores del sol inclemente que año con año caía sobre el anfiteatro montado sobre la geografía del cerro. De manera que en una grada común y corriente (claro, en el centro de la tribuna según se observa el escenario), el gobernador siguió el evento a lo largo de las tres horas y cuarto de duración, acompañando a la diosa Centéotl, Sayra Gabriela Hernández Espinosa, y a su vez acompañado de su esposa, Mané Sánchez Cámara. En esta ocasión el primer lunes del cerro (dentro de una semana a la misma hora, 10:00 horas, se efectuará la llamada "octava") abrió con los danzantes de la Cañada, de San Jerónimo Tecóatl. Le siguieron los sones mixes de Santa María Tlahuitoltepec, la boda tradicional de San Pablo Villa de Mitla, las mujeres de Tehuantepec, el Jarabe Mixteco de Huajuapan de León (y la "Canción mixteca"), la culebra chenteña de San Vicente Coatlán, los bailes costeñas de San Pedro Pochutla, las mujeres del Papaloapan de San Juan Bautista Tuxtepec con la célebre "Danza de la piña", para concluir la delegación de Putla Villa de Guerrero. Las ocho regiones de Oaxaca son: Valles Centrales, Cañada, Mixteca, Costa, Istmo de Tehuantepec, Sierras Norte y Sur y Tuxtepec, en donde coexisten 16 grupos etnolinguisticos Amuzgops, Chatino, Chinanteco, Chocho, Chontal, Cuicateco, Huave, Ixcateco, Mazateco, Mixe, Mixteco, Náhuatl, Trique, Zapoteco, Zoque y el Popoloca (en peligro de extinción). Cada región presenta lo más valioso de sus tradiciones y herencia cultural a través de danzas, música, canciones y trajes típicos. Al final de cada participación se regala al público sombreros, frutas, comida, artesanías, entre otras cosas. Al parecer, esta muestra de hospitalidad tiene su origen en la época colonial y está relacionada con la llamada Fiesta de Corpus Christi, del Templo del Carmen Alto, que la orden de los Carmelitas construyó en las faldas del Cerro del Fortín, al que los zapotecas llamaron Bella Vista. La fiesta se celebraba el lunes siguiente al 16 de julio, fecha en que se festeja a la Virgen del Carmen. Los indígenas mantuvieron sus tradiciones para rendir tributo a Centéotl, diosa del maíz, a quien hacían grandes ofrendas. La fiesta, vibrante, alcanzó momentos de éxtasis, como cuando el público agitó sus sombreros de izquierda a derecha, lentamente, al ritmo de la "Canción mixteca" o en el despliegue desde el fondo del escenario circular hacia el frente de la cuadrilla perfecta de una treintena de mujeres (cada una con un huipil diferente) con una piña en la cabeza, al ritmo de su música inolvidable, como inolvidable fue el Jarabe Mixteco. Desde 1932, la Guelaguetza ancestral se efectúa en el Cerro del Fortín.

Comentarios