México-EU: Presas transfronterizas, amenazas binacionales

viernes, 14 de marzo de 2014 · 21:34
MÉXICO, D.F. (apro).- Los embalses Amistad y Falcón representan una amenaza para poblaciones que se encuentran en la frontera de Estados Unidos y México, debido a problemas en sus estructuras y la necesidad de su reparación urgente. Ambas instalaciones acumulan al menos cuatro décadas de operación, por lo cual su mantenimiento es prioritario para enfrentar amenazas climáticas o físicas por parte de grupos terroristas o narcotraficantes, indican documentos consultados por Apro. Dichas presas “han sido catalogadas de alto riesgo. Tienen problemas en las bases, en el lecho. Queremos saber sobre sus debilidades, los planes de respuesta ante emergencias”, dice a Apro Paula Dinerstein, consejera legal de la no gubernamental Empleados Públicos para la Responsabilidad Ambiental (PEER, por su sigla en inglés). La organización, con sede en Washington DC, mantiene desde 2011 una batalla legal con la Comisión de Aguas y Límites Internacionales (USIBWC) en torno a la obtención de planes de contingencia, mapas de inundaciones y reportes técnicos. La administración de los cauces de las represas transfronterizas está regulada por el Tratado sobre Distribución de Aguas Internacionales entre México y Estados Unidos de 1944. Creada en 1889 por ambos gobiernos, la USIBWC supervisa los derechos de agua y los tratados fronterizos entre ambas naciones. El Departamento de Estado maneja la Sección de Estados Unidos, que administra las presas a lo largo del río Grande; mientras que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se encarga de la unidad mexicana. Alerta naranja Desde al menos 2007 se ha sabido de los reacondicionamientos requeridos por esa infraestructura, debido especialmente a su uso. Un reporte de inspección de la seguridad de la presa Amistad indicó que estaba “en general en buen estado y capaz de operar bajo condiciones normales y de inundación”. Sin embargo, basada en la evaluación del Cuerpo de Ingenieros del Ejército (USACE), Amistad fue catalogada como Tipo de Acción de Seguridad de la Presa II, color naranja (DSAC-II, Urgente-Potencialmente Insegura). El informe concluyó que la base completa necesita una evaluación adicional, sobre todo por el impacto potencial de filtraciones de pozos y el riesgo alto en términos de la combinación de potenciales pérdidas humanas y daños económicos. La infraestructura tiene actualmente una clasificación de peligro potencial de “alta”. La escala de USACE maneja los tonos rojo, amarillo y verde, según el nivel de riesgo. Amistad, inaugurada en 1969 por los entonces presidentes Richard Nixon y Gustavo Díaz Ordaz es la mayor instalación en el brazo internacional del río Grande. La presa, construida para controlar inundaciones y almacenamiento de agua, mide 10 kilómetros de largo y 77.4 metros de alto y posee 16 compuertas capaces de liberar 42 mil 670 metros cúbicos de agua por segundo. Por su parte, el reporte de la presa Falcón resume que se ve en “excelentes condiciones visuales y parece estar, en general, bien mantenida”. Pero identificó problemas relacionados con la recolección de escurrimientos y los sistemas de liberación de presión con necesidad de evaluación y reparación o sustitución. El documento recomendó que la base necesitaba investigación, evaluación y estudios adicionales. Esta sugerencia se basa en las filtraciones en la base, la presencia de sulfatos y la falta de información de análisis de las filtraciones y estabilidad actuales. Por eso, la infraestructura tiene actualmente una clasificación de peligro potencial “alto”. Falcón, que opera desde 1954 y se caracteriza por 46 metros de altura y 8 kilómetros de largo, funciona para controlar y regular el flujo de aguas internacionales, a una capacidad máxima de casi 13 mil m3. Además de la irrigación y las liberaciones de exceso de agua, el proyecto también cuenta con una hidroeléctrica. El pretexto de la seguridad nacional En enero de 2011 PEER entabló una demanda cobijada por la Ley de Libertad de Información ante la Corte del Distrito de Columbia para que USIBWC le entregara documentos como más de 75 mapas de inundaciones, mostrando las áreas que serán inundadas luego de una falla en Amistad; un reporte de 2009 elaborado por asesores técnicos sobre sus condiciones estructurales; y una guía para determinar el nivel de emergencia, avisos y contactos de servicios de emergencia, mapas de ubicación y sitios próximos y un resumen de población/estructuras bajo el riesgo mayor. El 20 de marzo de 2012 la jueza Bárbara Jacobs Rothstein autorizó la entrega de varios expedientes, pero avaló la reserva de los documentos principales bajo el argumento de preocupaciones de seguridad. Ante la apelación, los magistrados Brett M. Kavanagaugh, David B. Sentelle y A. Raymond Randolph, de la Corte de Apelaciones para el Distrito de Columbia, conminó el 22 de enero último a USIBWC a revelar el informe de 2009, mantuvo la secrecía sobre los otros documentos y devolvió el caso a la corte distrital. “No sabemos mucho de las obras que la Sección Estados Unidos ha hecho”, lamentó Dinerstein, quien presentó el lunes 10 una nueva apelación. En junio de 2008 USIBWC seleccionó y convocó un panel de expertos bajo la guía de USACE y la Comisión Nacional del Agua de México (Conagua) para investigar y evaluar Amistad. El alcance del trabajo fue diseñado para incluir aspectos de seguridad con un foco primario en las bases del muro de contención en México. El grupo efectuó varias visitas de campo y, entre otros asuntos, evaluó los datos actuales e históricos y la documentación, además de conducir un análisis de fallas potenciales para la presa. El reporte final y un plan fueron elaborados y concluidos en noviembre de 2009. Una presentación durante la 31a. conferencia anual de la Sociedad Estadounidense sobre Presas, realizada en San Diego del 11 al 15 de abril de 2011, vierte luz sobre los hallazgos del grupo de expertos. En el documento Evaluando los riesgos de una falla por erosión internacional en la presa Amistad, elaborado por William O. Engemoen, del Buró de Reclamos del Departamento de Interior; Randel Mead, de USACE, y Luis Hernández, ingeniero de la División de Seguridad, Operaciones y Mantenimiento de Presas de la USIBWC, concluyeron en que “las condiciones de la base cárstica (formada por la disolución del lecho rocoso), altos flujos de filtraciones y formación de agujeros marinos representan una preocupación real para el potencial de erosión interna en marcha o futura del rebalse y de la base”. Los expertos analizaron siete fenómenos riesgosos, como si la filtración tiene suficiente velocidad o capacidad para iniciar la erosión de un rebalse desprotegido; la erosión interna continúa a través de material básico dañado o fracturado, desembocando en ruptura del embalse; o la erosión interna progresa, la cual lleva a la falla de la represa por erosión descontrolada. “Los primeros tres riesgos son considerados de mayor preocupación y representan riesgos que justifican acciones adicionales”, señalan los autores. Los modos de falla más plausibles fueron evaluados de ocurrir bajo condiciones estáticas u operaciones normales. Cada uno de estos modos es también posible bajo descarga de agua, pero la probabilidad anual de falla es limitada debido a la remota posibilidad de una descarga de agua. Para los dos primeros riesgos, el panel cree que es poco probable que exploraciones adicionales y análisis de ingeniería refinen las estimaciones de riesgo suficientemente como para colocar esos riesgos debajo de los lineamientos tolerables. Por ello, “el enfoque de las futuras acciones para esos dos modos de fallas tiene que ver con reunir datos de diseño y desarrollar potenciales modificaciones estructurales para hacer la presa más segura”, cita el texto. Sin embargo, para el tercer modo de falla el panel considera que las investigaciones adicionales y los análisis de ingeniería pueden proveer de información útil que puede reducir los riesgos a niveles tolerables. Entonces, “las acciones futuras tendrán que ver con reunir datos adicionales, realizar exploraciones y ejecutar análisis de ingeniería adicionales”, recomienda. Un análisis de riesgo fue llevado a cabo del 5 al 9 de abril de 2010 en la presa Amistad. El proceso incluyó una revisión y evaluación del diseño, la construcción y el desempeño pasado de la instalación, el desarrollo de modos de falla potencial, una estimación de la probabilidad de la falla bajo cada modo y la evaluación de consecuencias potenciales en ambos países en el caso de una falla del embalse. Amenazas nebulosas En el legajo figura una “alerta de inteligencia” emitida por la Oficina de Inteligencia de Protección de Aduanas y Fronteras del Departamento de Seguridad Interior (DHS, por su sigla en inglés). El documento, rotulado “Sin clasificar/para uso oficial” y fechado el 29 de abril de 2010, relata que el 28 de abril la oficina de la DEA en Houston recibió información de “fuentes sensibles de probada confiabilidad” que personas no identificadas estaban en ruta hacia un puesto fronterizo no identificado para recibir a unos parientes que abandonaban México esa noche. La fuente, según la alerta 10KOEIQ00180 y CBP-NIA-060-10, reportó que los mexicanos estaban evacuando rápidamente sus casas debido a rumores entre la gente que narcotraficantes iban a volar “la presa”. La fuente reportó que todos estaban “temerosos” y “alertas” en el pueblo mexicano no identificado debido a la amenaza. En ese momento, la oficina de Protección de Aduanas y Fronteras no había recibido información para comprobar el peligro y emitió la alerta de inteligencia sólo “estrictamente por razones de seguridad”. Originalmente, el 16 de abril la oficina de la DEA en Houston recibió información de “fuentes sensibles de probada confiabilidad” sobre un posible ataque planeado para dinamitar la presa Falcón. Además, el 26 de abril la DEA recibió de una fuente creíble que uno de sus parientes radicado en Ciudad Mier (Tamaulipas) le expresó su temor debido a que se estaban repartiendo volantes en los que se alertaba a la población sobre que narcotraficantes tenían la intención de “abrir los diques” de Falcón. El pariente temía leer el papel por el teléfono por temor a una venganza, pues los teléfonos locales estaban siendo supuestamente monitoreados por narcotraficantes de la zona, asienta el reporte. En la declaración de Steve M. Fitten, oficial en jefe de la Ley de Libertad de Información en la USIBWC, del 8 de abril de 2011, reconoció haber recibido el 29 de abril de 2010 un aviso de un Reporte de Inteligencia de esa instancia sobre una amenaza para la represa. En otro testimonio del 17 de junio de 2011, Fitten relata que esa información, clasificada de “secreta”, fue leída por un oficial regional del DHS vía una línea telefónica segura a sólo aquellos con acceso de seguridad apropiado. El resultado del ataque habría causado probablemente una inundación significativa del lado mexicano, especialmente en Nueva Ciudad Guerrero (Tamaulipas), mientras que locaciones situadas río abajo serían perjudicadas en menor medida. No ha sido el único incidente en esa zona. En septiembre de 2010, David y Tiffany Hartley paseaban en esquíes acuáticos motorizados por la presa Falcón cuando fueron atacados por hombres armados. La mujer escapó al lado estadunidense, pero el cuerpo de su esposo no ha sido encontrado. Ese mismo año, el Departamento de Seguridad Pública de Texas alertó de la presencia de “piratas” que asaltaban a pescadores estadunidenses en el embalse. En mayo de 2011 marinos y soldados descubrieron un campamento de Los Zetas del lado mexicano de la presa en un enfrentamiento que dejó 12 la muerte de integrantes de ese cártel, así como de un uniformado. Las presas Amistad, Falcon, Anzaldúas y Retamal, también en la franja fronteriza, figuran entre la infraestructura bajo vigilancia del gobierno de Estados Unidos. Así lo refleja el cable “09STATE15113”, del 18 de febrero de 2009, circulado por el Departamento de Estado y revelado por la organización Wikileaks a partir de 2010. El despacho, titulado Solicitud de información: dependencias extranjeras críticas (infraestructura crítica y recursos clave localizados en el extranjero), ostenta el lema “Secreto/no para distribuir por Internet”. En su declaración escrita, Fitten explicó que los mapas revelan áreas pobladas en riesgo en las zonas bajas ante un rompimiento de la presa Amistad. Los mapas muestran tiempos estimados del avance de la inundación y fueron diseñados para ayudar a los funcionarios a cargo de la gestión de emergencias en los municipios más afectados, como Valverde, Kinney, Webb y Starr –fronterizos con México--. Por ello, es de suponer que las localidades del lado mexicano estarían igualmente expuestas ante un desastre. La declaración escrita de Luis Hernández, de USIBWC, del 15 de junio de 2011, también explicó que los documentos de inundaciones son mapas conjuntos entre Estados Unidos y México que muestran desbordamientos en ambos países, que han discutido el tema y convienen en que esos mapas sólo sean entregados a agencias estatales, locales, urbanas y federales relacionadas con emergencias y evacuaciones. El especialista reconoció que los embalses catalogados de riesgo potencial alto incurrirán probablemente en la pérdida de vidas humanas en el caso de una falla de la represa. “Si se rompe, va a inundar ambos lados de la frontera. Por un lado, la comisión argumenta que hay problemas serios, pero le ha dicho a la prensa que no habría problemas, porque podrían desviar el agua y no habría grandes daños. Pero las declaraciones de los expertos aportan datos sobre geología, debilidades en las estructuras y los resultados si uno de las presas falla”, resume Dinerstein.

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