Transdniéster, los temores de "otra Crimea"

viernes, 4 de abril de 2014 · 23:14
KIEV (apro).- Las maniobras de Rusia están alimentando la ilusión en “la otra Crimea” de Europa: Transdniéster, territorio separatista dentro de Moldavia, que se auto-declaró independiente en 1990, y el cual es reconocido parcialmente por Osetia del Sur y Abjasia, pero que no existe para el resto del mundo, incluido Moscú. “Transdniéster, tras los pasos de Crimea”, escribieron los medios rusos, citando a fuentes del gobierno de ese territorio. La aspiración de Transdniéster, ahora que Crimea es parte de Rusia, tiene su propia lógica. En esta diminuta tierra ubicada en la ribera izquierda del río Dniéster, donde hay un gobierno en funciones –con presidente y un primer ministro–, operan industrias rusas, viven unos 500 mil habitantes de mayoría eslava y rusoparlantes --de los cuales unos 200 mil tienen pasaporte ruso– y Moscú mantiene ahí a mil 500 soldados. Además, en 2006, la casi totalidad de los electores de ese territorio votaron a favor de una anexión a Rusia, en un referéndum que, como el de Crimea, fue considerado ilegítimo por Europa y Estados Unidos. El caso de Transdniéster se ha vuelto actual después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, abordó el tema en la conversación que mantuvo el pasado 28 de marzo con su homólogo estadounidense, Barak Obama. Según la versión dada por el Kremlin, Putin denunció ante Obama que este territorio "experimenta un bloqueo que está complicando la vida a sus ciudadanos” a causa del cierre de la frontera entre Ucrania y Transdniéster. Así, el líder ruso indicó que espera que la situación se resuelva a través del diálogo internacional que se ha abierto sobre el asunto. Tres días después, el 31 de marzo, Putin volvió sobre la cuestión en una conversación con Ángela Merkel, la canciller alemana y líder europea con la cual el dirigente ruso mantiene la relación más próxima en Europa debido al amplio intercambio comercial que existe entre Rusia y Alemania y porque ambos hablan ruso. Es necesario encontrar "una solución justa y completa" para Transdniéster”, le dijo Putin. “Paralelismo” El interés ruso por Transdniéster disparó todas las alarmas en Moldavia y en Ucrania. “Rusia nos ha dicho que no va a entrar en nuestro territorio, pero, aún así, tememos que esté planeando crear un corredor en el sur del país (Ucrania) para llegar hasta Transdniéster", afirmó la pasada semana el ministro interino de Relaciones Exteriores de Ucrania, Andriy Deshchytsia. "La inestabilidad en Ucrania podría ser contagiosa en el territorio separatista de Transdniéster", añadió, por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Moldavia, Iurie Leanca. Sentado en un café de Kiev, Oleh Shamshur, responsable de asuntos internacionales del partido ucraniano UDAR y exembajador de Ucrania en Estados Unidos, también ve paralelismos entre los casos de Transdniéster y Crimea: "Ahora mismo, no hay consenso internacional sobre el estatus jurídico de ambos territorios, lo que ha puesto a sus ciudadanos en un limbo muy peligroso para la paz", subrayó Shamshur. "Lo que es un hecho es que Moscú y Bruselas están luchando por atraer la atención de Moldavia, país que pronto podría firmar un preacuerdo de asociación con la UE,  y el resultado depende de Transdniéster", añadió. No es claro que Rusia quiera enfangarse en otra pugna internacional tras las sanciones económicas impuestas por la UE y Estados Unidos que afectan gravemente a su economía. Hasta el momento, Moscú no ha reconocido a Transdniéster y sus declaraciones sobre este tema han sido contradictorias: la incorporación de nuevos territorios “no está en nuestra agenda. Crimea ha sido un caso especial”, dijo el pasado 22 de marzo Valentina Matviyenko, presidenta del Consejo de la Federación rusa (la Cámara Alta del Parlamento). Moscú no tiene una "visión expansionista" y "nadie debe temer de Rusia", declaró, en el mismo tono, el embajador ruso para la Unión Europea, Vladimir Chizhov. A pesar de que el 19 de marzo el viceprimer ministro, Dimitri Rogozin, anunció una reunión para el día siguiente del gobierno ruso sobre el asunto, ninguna decisión concreta ha sido tomada. El desapego de Rusia por los habitantes de Transdniéster ha sido motivado por razones históricas, pues el nacimiento de esta nación, que incluyó un conflicto militar con Moldavia en 1992 –año en el que allí se puso en marcha una misión de la OSCE, que hoy se mantiene–, puso fin a la vida de un millar de personas, pero coincidió con el hundimiento de la URSS. Y ahora dicho desapego se debe a razones geográficas, a causa de que Rusia carece de frontera con Transdniéster. Y también hay quien piensa que a Moscú no le conviene que Transdniéster resuelva su conflicto, de manera de que Rusia pueda mantener la presión que ejerce sobre Moldavia, país al que le vende gas. “Tierra de nadie” Conquistado por los rusos en el siglo XVIII, poseedor de una relativa autonomía, pero en realidad subordinado a la Ucrania soviética en 1924 y unido por Stalin en 1940 a Besarabia (que la URSS había ocupado en 1939) para formar la Moldavia soviética, este territorio lleva ya 24 años de disputas con Moldavia, pues su escisión se remonta a 1990; es decir, cuando los moldavos, tras la Perestroika, se proclamaron independientes de la URSS, restablecieron el alfabeto latino y Trandsniéster respondió a su vez reclamando su soberanía. El tema inquieta a Occidente. Rusia “no sólo está reemplazando la bandera ucraniana con el tricolor ruso en los edificios gubernamentales de Crimea", sino que, "con toda probabilidad, el antecedente crimeano aplica a la región de mayoría rusa de Transdniéster en Moldavia", escribió la Cámara de Comunes de Reino Unido, en un documento de 48 páginas redactado el pasado 17 de marzo. De hecho, varias ONG y agencias internacionales ven a Transdniéster como una tierra de nadie donde proliferan todo tipo de tráficos. Según la OSCE, en Transdniéster y Moldavia hay 20 mil toneladas de armas, muchas provenientes de los viejos depósitos de la URSS, que aún no han sido removidas. Además, el territorio se encuentra de facto en una situación de aislamiento internacional, que prácticamente sólo Rusia alivia. Por ejemplo, la señal de las operadoras telefónicas moldavas desaparece no bien se cruza la frontera entre Moldavia y Transdniéster, al tiempo que casi todos los productos que se venden en Transdniéster son de fabricación rusa. La bandera rusa ondea incluso en las entradas de los bancos transnistrios y un breve paseo por el territorio da la impresión de que la URSS no ha muerto…. Más bien todo lo contrario: estatuas de Lenin se encuentran en todos sus pueblos, incluso delante del edificio presidencial en la capital, Tiraspol. Y Rusia el único sitio en el que un diploma universitario transdnistrio es válido. En contraste, no hay representaciones diplomáticas en Transdniéster ni los gobiernos occidentales aconsejan a sus ciudadanos viajar hasta aquí. Las líneas terrestres de comunicación entre Chisináu, la capital de Moldavia, y Tiraspol no funcionan la mayor parte del tiempo, a pesar que entre ambas urbes apenas existe una distancia de 87 kilómetros. Con todo, la OTAN no ha bajado el tono de la alerta. "Hay, de sobra, un número suficiente de fuerzas rusas en la frontera como para invadir Transdniéster si lo decidieran, lo que me parece muy preocupante", argumentó el pasado 22 de marzo el máximo responsable militar de ese organismo para Europa, Philip Breedlove, en unas declaraciones que llegaron después de que Ucrania emprendiese varios operativos en la frontera con Transdniéster.

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