Rusia y Occidente: Tensiones de Guerra Fría

viernes, 14 de noviembre de 2014 · 23:04
LONDRES (apro).- El pasado 3 de marzo, un avión comercial con 132 pasajeros a bordo, perteneciente a la aerolínea escandinava SAS, que había despegado del aeropuerto de Copenhague, en Dinamarca, y se dirigía a Roma, estuvo a punto de colisionar con un jet ruso de reconocimiento y vigilancia, que se negó a transmitir a la torre de control su posición en el espacio aéreo danés. Una potencial colisión entre ambos aparatos aéreos sólo fue evitada por la buena visibilidad de ese día y por el nivel de alerta de los dos pilotos del avión de la aerolínea SAS. Este incidente, que ocurrió a unos 80 kilómetros al sureste de Malmö, en Suecia, se registró antes del desplome del vuelo MH17 sobre Ucrania, avión atacado con un misil presuntamente lanzado por los separatistas ucranianos, los cuales habrían recibido apoyo de Moscú. A comienzos de septiembre pasado bombarderos rusos en el Mar del Ladrador, cerca de Canadá, realizaron prácticas de lanzamientos de misiles crucero. Aunque esos jets rusos no ingresaron al espacio aéreo canadiense, sus ejercicios militares fueron vistos como una clara provocación al coincidir con una cumbre de la OTAN que se celebraba en Gales, los días 4 y 5 de ese mes. Misiles cruceros lanzados desde el Mar del Labrador por esos aviones podrían haber alcanzado sin inconvenientes blancos de ataque en Ottawa, Nueva York, Washington, Chicago y la base naval estadunidense de Norfolk. El día 7 de septiembre un avión ruso de reconocimiento le pasó zumbando a la fragata canadiense Toronto, estacionada en el Mar Negro, sobrevolando la embarcación a sólo 300 metros de altura. El buque Toronto logró identificar al avión en su radar, pero decidió no tomar medidas de represalia debido a que el jet ruso no estaba armado. Ese incidente coincidió con una serie de ejercicios navales de combate por parte de buques rusos cerca del puerto de Sevastopol. Los anteriores fueron sólo algunos de los casi 40 incidentes registrados en los últimos ocho meses con aviones rusos ingresando ilegalmente a los espacios aéreos de la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá, y que se dieron a conocer en un reporte del think-tank con sede en Londres European Leadership Network (ELN, en sus siglas en inglés). La organización de análisis de guerra destacó en su documento de 21 páginas que las tensiones militares entre Rusia y el Occidente han trepado "a niveles de la Guerra Fría", y advirtió que podrían escalar con consecuencias mortíferas para el mundo entero.” “Alto riesgo” Según la entidad londinense, desde el inicio de la crisis en Ucrania, a comienzos de año, se registraron una serie de incidentes "muy preocupantes". El documento titulado Peligrosa política de riesgo: Encuentros militares cercanos entre Rusia y el Occidente en 2014, apuntó que desde la anexión rusa de Crimea, “la intensidad y gravedad de los incidentes que involucran a las fuerzas militares rusas y occidentales, como también a las agencias de seguridad, se ha incrementado visiblemente”. Agregó: “Los hechos que estamos denunciando se suman a un panorama muy preocupante de violaciones del espacio aéreo nacional, de despliegues de emergencia de aviones, de colisiones en el aire evitadas en el último minuto, de encuentros cercanos en el mar, de ataques simulados y de otras acciones peligrosas, que ocurren regularmente en una zona geográfica muy amplia”. La advertencia del think-tank fue hecha poco después que el expresidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, advirtiera que el mundo "está al borde de una nueva Guerra Fría". El documento presentado en Londres destacó que los incidentes con aviones rusos ocurrieron en gran medida sobre el Mar Báltico, pero también sobre el Mar Negro, y en las fronteras con Estados Unidos y Canadá. Entre aquellos hechos de “alto riesgo” citó: El secuestro por parte de Rusia de un agente de Inteligencia estonio en septiembre pasado; un ataque ruso simulado a una isla densamente poblada de Dinamarca; ataques simulados con misiles crucero de bombarderos rusos en Estados Unidos y Canadá; el sobrevuelo a baja velocidad de jets rusos sobre barcos de guerra canadienses en el Mar Negro, y un avión estadunidense que ingresó ilegalmente al espacio aéreo sueco tras haber sido perseguido por aviones rusos. Otro incidente de gravedad ocurrió entre el 17 y 24 de octubre pasado, cuando las autoridades suecas lanzaron la persecución de un submarino ruso en el archipiélago de Estocolmo, en aguas territoriales de Suecia, luego de recibir información de Inteligencia por “actividades submarinas sospechosas”. El comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de Suecia, el general Sverker Göranson, consideró en su momento que su país estaba listo para utilizar a las fuerzas armadas para obligar al submarino invasor a ascender a la superficie del agua. Rusia se apresuró a negar el incidente y ridiculizó las preocupaciones de las autoridades suecas. Ese hecho fue –según el think-tank británico-- la mayor operación anti-submarina en Suecia desde la Guerra Fría, al indicar que incrementó las preocupaciones suecas sobre una actividad más agresiva de vigilancia por parte de Rusia, en clara violación de las leyes internacionales. Si el submarino hubiera sido hallado y obligado a ascender a la superficie por las autoridades suecas, el incidente podría haber resultado en muertes y en represalias militares por parte de Rusia. “Políticas de riesgo” "Creemos que los casi 40 incidentes registrados son avances muy serios, no necesariamente indican un deseo por parte de Rusia de comenzar una guerra, sino que muestran un juego peligroso de políticas de riesgo, con el potencial de una escalada no intencional de la que es ahora la crisis de seguridad más seria en Europa desde la Guerra Fría", afirmaron los autores del informe, los analistas Thomas Frear, Lukasz Kulesa e Ian Kearns. Desde el colapso de la Unión Soviética al comienzo de los años 90, las fuerzas rusas y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han puesto a prueba sus fuerzas de defensa. Usualmente esto ocurría al desplegarse aviones cerca de la frontera, para ver cuán rápido reaccionaba el bando contrario. Pero a partir de este año y de acuerdo al informe británico, esos "incidentes" no sólo han aumentado en número, sino también en "niveles de riesgo". Estados Unidos, Gran Bretaña y otros aliados de la OTAN acusan a Rusia de una escalada militar, aunque Moscú responsabiliza a Washington y a sus aliados europeos por provocar la crisis en Ucrania y por empeorar la situación al haber impuesto sanciones a empresas e individuos rusos. La OTAN ha registrado desde octubre más de 100 incidentes con aviones rusos, tres veces más que el año pasado. De acuerdo con el Ministerio de Defensa de Lituania, jets de combate de la OTAN en los estados del Báltico fueron desplegados de emergencia en 86 oportunidades desde octubre pasado, casi el doble de veces que durante todo 2013. Estonia, por su parte, ha reportado este año seis violaciones a su espacio aéreo por parte de aviones rusos, de sólo dos incidentes en todo el año pasado, mientras que Letonia confirmó que registró incursiones de más de 40 buques militares rusos cerca de sus aguas territoriales. El reporte del ELN pidió al gobierno ruso "revaluar urgentemente los costos y riesgos de continuar con su cada vez más tajante postura militar". También llamó a ambas partes del conflicto a detener los ejercicios militares, las acusaciones políticas y mejorar la comunicación y transparencia entre las defensas militares. Por su parte, el general británico Sir John McColl, exsubcomandante supremo de la OTAN en Europa, dijo que el potencial para una escalada militar "es sólo una cuestión de tiempo". "Aunque el aumento de incidentes recientes se debió a decisiones tomadas a un alto nivel central, la ejecución física de esas medidas fue delegada a militares de menor rango", subrayó. "El potencial para un error o una escalada es claro, como también extremadamente peligroso: es sólo una cuestión de tiempo", continuó McColl. Para el exministro de Defensa británico Des Browne, la situación es preocupante, y advirtió que las reiteradas incursiones militares rusas al territorio de la OTAN "podría tener consecuencias incalculables". Por su parte, Kearns, uno de los autores del informe del ELN y uno de los principales expertos mundiales en las relaciones de Rusia y el Occidente, afirmó que es "muy necesario" negociar un nuevo acuerdo para el manejo de crisis con Rusia "para evitar una enorme escalada no intencional". "China y Japón han negociado recientemente ese tipo de acuerdos en el Mar de China Oriental. Ambas naciones han estado en disputa por pequeñas islas no pobladas bajo control japonés, pero reclamadas por Beijing, que son conocidas como las Diaoyu en China y las Senkaku en Japón. Ese tipo de acuerdo es lo que necesitamos urgentemente en Europa”, concluyó.

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