Charlie Brown, el adorable perdedor

miércoles, 6 de enero de 2016 · 16:38
MONTERREY, NL (apro).- Charlie Brown es uno de los perdedores más conocidos en la historia del cómic, pero también de los más entrañables. En la nueva cinta Snoopy y Charlie Brown: Peanuts, La Película (The Peanuts movie), el niño cabezón regresa a otra de sus aventuras en la que busca ser protagonista, pero una vez más acaba víctima del autosabotaje, originado por sus conocidas inseguridades. La propuesta cinematográfica es refrescante, con una espectacular animación tridimensional que afortunadamente se aleja de la tira cómica creada por Charles M. Schulz y las sucedáneas series de televisión y películas. La productora Blue Sky, subsidiaria de la 20th Century Fox, presenta su historia con una visión periférica. La perspectiva no sólo traspasa el tradicional plano 2D, sino que se mueve en todas las direcciones, a diferencia de los relatos previos, que tomaban como referencia los dibujos de papel, donde sólo se veían de perfil y a ras del piso, en la visión de los niños. En una época en la que la animación CG es dominada por la perfección que aportan Pixar y Disney, Snoopy estaba obligado a evolucionar. El director Steve Martino, que ya había realizado para Blue Sky La Era de Hielo 4, presenta ahora una historia colorida, agradablemente corta y llena de acción y sentimientos. Como si fuera un pequeño hiperactivo, la película no deja de moverse y sus personajes están en constante conflicto y actividad. Para gusto de los fans, fueron incluidos todos los integrantes de la pandilla: Lucy, Patty, Schroeder, Linus, Sally, Marcie y Woodstock. Todos repiten los roles conocidos como estupendos personajes secundarios y de apoyo para el singular estelar, el buen Charlie, superado por sus inseguridades, constantemente ridiculizado pero salvado por su enorme corazón. Peanuts, La Película se mueve en dos emocionantes vertientes. El perro, en sus ensoñaciones, vive su propia aventura, sin niños, enfrentándose a su enemigo mortal el Barón Rojo, en una permanente batalla en el aire. Debe rescatar a una doncella capturada por su Némesis. Por su parte, Charlie en la escuela se desvive por hacer contacto con la nueva niña del salón. Está a unas cuantas bancas de distancia, pero se siente imposibilitado para aproximarse a ella. ¡Está en peligro de perder al amor de su vida! Todo se mueve en un rango de sencillez narrativa. Las anécdotas son simples, pero su manejo es genial, con un tono irónico y agridulce al alcance de los niños, que podrán ser testigos de cómo la vida cruel le juega malas pasadas a Carlitos. Martino, así como los guionistas Craig y Bryan Schulz, hijo y nieto del desaparecido dibujante, retratan las inquietudes de todos los niños en el microuniverso de la palomilla. Todos los chiquillos tienen tropiezos, pero para Charlie cada imprevisto en la vida es un drama. Además, su propensión al desastre lo hace un imán de calamidades. Puede ganar, pero al final pierde, porque rehúye al éxito. La cinta atrae nuevo público y confirma al que tiene: los niños que comienzan a familiarizarse con los monos antiguos, que no han perdido su encanto, y los viejos, que crecieron con las desgracias del chaval pelón. Snoopy puede vender más souvenir, pero el gran personaje de la serie es el inconmensurable Charlie Brown, quien pese a todo obtiene una recompensa a cambio de actuar con decencia.

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