Secuestradores asolan Tamaulipas; CDG ofrece recompensa a quien los denuncie

martes, 12 de enero de 2016 · 11:41
NUEVO LAREDO, Tamps. (apro).- Tamaulipas registra en promedio 30 secuestros por mes y desaparecen entre 10 y 14 personas por semana, delitos que han provocado una crisis de la que el Cártel de Golfo (CDG) se deslinda e incluso ofrece recompensas a las personas que denuncien a los plagiarios. Estadísticas oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública del estado de Tamaulipas arrojan que durante 2014 se denunciaron 340 casos de secuestros y sólo son los que se denuncian por lo que se estima que la cifra podría triplicarse. Sobre personas desaparecidas, las cifras oficiales arrojan alrededor de cinco mil 300, del 1 de enero del 2007 a diciembre 2014. Sin embargo para organizaciones civiles como el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo las cifras ya rondan los ocho mil si se suman los casos sucedidos el año pasado, ya que hasta mediados de ese año había unos dos mil desaparecidos más. La mayoría de estos crímenes son cometidos por células de organizaciones criminales que quedaron acéfalas ante la división de dos de las más grandes organizaciones criminales que operan en México: Los Zetas y el CDG. Desde marzo de 2010 ambas organizaciones se sumergieron en una cruenta guerra por el control del Noreste que ha dejado miles de muertos y alrededor de 10 mil desaparecidos. Tras un lustro de “narcoguerra” ambas organizaciones criminales se debilitaron. La captura de capos por parte de fuerzas federales ayudó pero sobre todo las divisiones internas terminaron por hacerles perder plazas, influencia y poder. Como consecuencia de las pugnas y las detenciones, cientos de células en todo el Noreste se quedaron sin cabeza y ahora se dedican a secuestrar, extorsionar y robar con métodos y armas que heredaron de los carteles. Debido a que en Tamaulipas los secuestros y desapariciones continúan sin freno, en los últimos dos años líderes del CDG y Zetas comenzaron un debate interno para regresar a lo que llaman la “vieja escuela”. El debate se centra en que los carteles deben retomar su negocio original: el narcotráfico hacia Estados Unidos y dejar atrás las “malas prácticas” de agredir a la población. En ambos casos, algunos de sus capos regionales han ordenado a sus organizaciones terminar con los robos, extorsiones y sobre todo secuestros, pero muchas células se niegan a dejar ese rentable “negocio”. Dos fracciones mayoritarias del CDG, “los Ciclones” de Matamoros y “los Metros” de Reynosa, se han deslindado de esos delitos y en los últimos meses han colocado “narcomantas” donde llaman a la población a que denuncie a los secuestradores. “A todos los habitantes de Reynosa, Tamaulipas, así como a las autoridades municipales, estatales y federales, debido al incremento de asaltos, secuestros y extorsiones que se han venido presentando en estos días queremos solicitar el apoyo de todos los ciudadanos que se han visto afectados por estos ilícitos a que denuncien al 066-089 en tiempo y forma para que nuestras autoridades puedan investigar y consignar a los verdades culpables de estos hechos. “Y a la vez aprovechamos para notificarles que el Cártel del Golfo se deslinda totalmente de este tipo de actividades ya que esa no es la escuela que nos heredó nuestro Comandante M3”, decía una de las narcomantas” que firmaban “atentamente” el Comandante Toro y Los Metros del Cártel del Golfo. Los Ciclones también proporcionaron un teléfono para que la población denunciara a los plagiaros a quienes amenazan con quitarles la vida. En la última manta que colocaron a finales de diciembre en Matamoros ofrecieron recompensa a los que denunciaran a los plagiarios a un número de telefonía móvil. “Para ustedes secuestradores de mierda, así se metan debajo de la tierra los vamos a encontrar y no se la van acabar culeros”, decía el texto firmado por “CDG Plaza Matamoros”. Incumplen promesa Para finales del año 2015 existían cuatros casos de importantes empresarios secuestrados en Matamoros, entre ellos el hermano del empresario ferretero Napololéon Rodríguez de la Garza, a quien se acusa de “lavar” dinero para Tomás Yarrigton. Gracias a las presiones del Cónsul de Estados Unidos en esa ciudad fronteriza, se creó una unidad antisecuestro en la Procuraduría estatal, que sólo logró resolver un plagio. Los detenidos resultaron estar relacionados con el CDG, sin embargo esa organización criminal se deslindó de ellos. El CDG también había propuesto regresar a la “vieja escuela” en el municipio sureño de González otra de sus zonas de operación. En el ejido San Antonio acostumbran esconder camiones cisterna en los que mueven el combustible robado. Según cifras de Pemex, en 2014 Tamaulipas encabezó la ordeña de ductos, y González fue el tercer municipio con más tomas clandestinas descubiertas en ese año, con 82. Al jefe de esa plaza lo apodan “Oscarín” y recién prometió reducir los secuestros y otros delitos que se había incrementado en las carreteras de esa región. Debido a denuncias ciudadanas la Marina detuvo a uno de sus operadores: José María Durán Chávez, “el Chema”, jefe regional de la “sección Líquidos” como se le denomina a la división que roba combustibles aunque fue liberado gracias a que “pagó fianza”. “El Chema” también proponía regresar a la “vieja escuela” pero después de su detención, junto con el “Oscarín” comenzó a secuestrar a pobladores de González, como escarmiento a las personas que denunciaron a través de las redes sociales.

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