CIUDAD DE MEXICO (apro).- A menos de dos meses de asumir la presidencia de Argentina, el gobierno de Mauricio Macri enfrentó hoy la primera huelga de sindicatos y empleados públicos en protesta por los miles de despidos de la administración pública. Los inconformes realizaron protestas en varios puntos de Buenos Aires e iniciaron la jornada con cortes a las arterias principales de la capital y en carreteras del país. Además la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), la Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA) y grupos radicales de izquierda como Quebracho llamaron a una concentración en la Plaza de Mayo para exigir el cese de los despidos y la pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores. José Peralta, secretario general de la CTA en Buenos Aires Miembros de la CTA advirtió que si Macri desoye los reclamos, incrementarán las protestas. Llamó a los argentinos a movilizarse también por los despidos en el ámbito privado y la pérdida del poder adquisitivo de todos los trabajadores, “estén o no incluidos en el sistema laboral formal”. “Se está tratando de disciplinar a la clase trabajadora en lo inmediato, como estrategia para condicionar las negociaciones salariales”, advirtió el líder sindical al referirse a las conversaciones en distintos sectores para establecer nuevos aumentos que contrarresten la inflación y que economistas y sindicatos calculan de 35% para 2016. Después de Venezuela, Argentina es el país de América Latina con mayor inflación. Además del cese a los despidos, los manifestantes exigen aumentos en las jubilaciones y distintos subsidios sociales y se oponen a un nuevo protocolo de organización anunciado por el gobierno que limitaría las protestas callejeras mediante el uso de la fuerza policial. Tras asumir el poder en diciembre pasado, Macri se propuso adelgazar la burocracia que, ha dicho, su antecesora Cristina Fernández de Kirchner “sobredimensionó”. A la fecha, Macri ha reconocido el despido de seis mil 200 empleados públicos de distintas áreas del poder ejecutivo y ha advertido que podría ordenar más, lo que ha puesto a la defensiva a los sindicatos estatales. Según el mandatario argentino los despidos son justificados pues se comprobó que había personas que no concurrían a su lugar de trabajo. De acuerdo con la Asociación de Trabajadores del Estado, son más de 20 mil los despidos registrados en los últimos dos meses y en todas las modalidades de contratación existentes en los tres niveles del Estado, a lo que se suman “jubilaciones compulsivas”.