Tere Estrada, del rock a la novela

sábado, 13 de enero de 2018 · 09:10
Este año arranca con ímpetu La sirena hechicera del rock, no sólo porque el 22 de febrero festejará 30 años de trayectoria en el Teatro de la Ciudad con Mayita Campos y Margarita Bauche, la rapera Jezzy-Pe y Raquel Guerrero, guitarrista de Los Abominables, sino porque le da un giro de 180 grados a su relación con la literatura: este sábado 13 presenta junto a ellas su primera novela, Un blues en la penumbra. A Proceso le contó la cantante, compositora y socióloga cómo, por qué y para qué del nuevo rumbo. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Desde hace tres décadas su cántico acaricia a públicos juveniles, y hacia 2001 ella compiló el primer estudio serio sobre más de medio siglo de las mujeres en el rock mexicano, Sirenas al ataque, que en 2008 reeditó Editorial Océano, corregido y aumentado. Ahora la compositora, guitarrista y socióloga Tere Estrada busca cautivar con su primera novela, Un blues en la penumbra, acompañada de su octava grabación homónima en Discos Intolerancia, presentándolas como obras hermanadas la noche del sábado 13 de enero en el Museo Universitario del Chopo (UNAM). Declara la llamada Sirena hechicera del rock: “Comenzar a escribir mi primer novela fue una manera de escaparme rumbo a otros mundos, mientras criaba a mi hijo Kin hace diez años. A veces me quedaba escribiendo la noche entera, y al otro día que ‘vete a dejar al niño a la escuela’, en fin. Compaginé mis tiempos entre mamá, rockera y compositora, ¡híjole!; pero escribir siempre me dio paz, era un oasis. “Los momentos creativos donde podía aflorar la pluma muy bien eran cuando iba sentada en el trayecto de la Línea 3 del Metro, de la estación Centro Médico por donde vivo hasta la de Indios Verdes y viceversa, pues mi mamá habita en Lindavista y la iba a visitar. No sé porqué, pero entre el murmullo de la gente como que me iba, me podía poner en blanco y escribía dos o tres líneas, ¡fluía muy bien la pluma! Sin embargo, estoy en el camino y sigo aprendiendo.” Su currículum musical es vasto: Ha tocado en países como Alemania, Dinamarca, España, Estados Unidos, Italia y Noruega. En 2010 representó a México e Iberoamérica en festivales de la India y Nepal. En 2013 fue la única mujer iberoamericana en el Blues Alive Festival en Sumperk, República Checa. Actuó en los colombianos Festival de Blues de Medellín y el Cali Blues & Folk Festival de 2015, apoyada por Ibermúsicas. Ha compartido foro con Canned Heat, Jovanotti, Aterciopelados, Javier Bátiz, Jorge Reyes, Astrid Hadad, Betsy Pecanins, Memo Briseño, Nina Galindo y Ely Guerra, entre otros muchos destacados artistas. Tere, nacida en los sesenta en el Distrito Federal, estudió en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, donde se tituló con la tesis Lenguaje e identidad en el rock mexicano (1985-90). Junto con Julia Palacios, escribió “A contra corriente: A History of Women Rockers in Mexico” para la antología Rockin’ Las Americas (Universidad de Pittsburgh, 2004). Recibió la beca como cantante con trayectoria del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en 2011. Maestra de canto, tomó clases en la Arts and Science of Singing Academy de Nueva York, y estudió creación literaria con Salvador Castañeda, Mario González Suárez, y la poeta y cantante tijuanense Rosina Conde. “Ámbar, la voz cristalina” Un blues en la penumbra cuenta en tercera persona y monólogos internos, la trayectoria de una cantante ficticia de rock: Joaquina Prado Ramírez, alias Ámbar, la voz cristalina, nacida en Acapulco, Guerrero en 1950. “Me decía un amigo cantautor en Nueva York cuando fui a mis cursos de perfeccionamiento vocal: ‘Estoy esperando la canción perfecta para grabar’. Y pensé: ‘¡No, pues síguela esperando, mi amor…!’ Esta novela es un viaje por la música, ahí finalmente la socióloga tuvo que ver con la novelista, pues siempre tengo mis fichitas sobre los acontecimientos históricos en México, y la música que se escuchaba por radio.” La enlista: “En el movimiento del 68, la represión a los desnudos del musical Hair en Acapulco, la visita de Jim Morrison al Fórum de los Hermanos Castro, los premios del Festival OTI; la masacre del Jueves de Corpus y durante el Festival de Avándaro 1971, María Sabina… ¡Todo aparece de una forma u otra en Un blues en la penumbra!” Tere concluyó la primera versión en 2013. “Siempre escribí porque la casa estaba llena de libros. Tengo papás periodistas, ¡no te puedes zafar de la cruz de tu parroquia, mano! Mi mamá, Elsa Rodríguez Osorio, fue jefa de redacción de la revista Contenido, y mi papá, Salvador Estrada Castro, fue corresponsal de guerras en el noticiario de Jacobo Zabludowsky por años.” –¿Qué novelistas le agradan a la Sirena hechicera del rock? –García Márquez, Ibargüengoitia… Mi mamá nos dormía a mis hermanos y a mí leyendo La Odisea. Mi primer libro de niña fue El diario de Ana Frank. A los 12 años me llamó la atención Pantaleón y las visitadoras, de Vargas Llosa. –Siguiendo el cuestionario de la arquitecta y novelista Claudia Marcucetti Páscoli en De lecturas y vidas. 80 entrevistas sobre el poder de los libros (Ediciones B, 2017), ¿qué libro le cambió la vida a Tere Estrada? –El tambor de hojalata. Había unos pasajes que describía Günter Grass que me arrancaron mil lágrimas. No sé, su narrativa me encanta, es de los libros que me hacen suspirar, de cabecera. También Noticias del Imperio, de Fernando del Paso, ¡qué cosa, mano, qué hermosura! Son de mis preferidos, con las Narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe. “Una vez hice un experimento en Facebook donde pregunté: ‘A ver, chavas, platíquenme sus historias en el rock’. ¡No te imaginas las cosas que me platicaron! No iba a contarlas todas en Un blues en la penumbra, pero me dio pela y dije: “¡Ah, pos por aquí…! Hay un chorro de anécdotas acerca de músicos gandallas o representantes transas, ¡nadie se zafa de esos, y de ellos también debía hablar mi novela! Lo importante hoy es exponer la obra y dejar que circule. Me siento contenta de esta primer novela, porque son muchas horas nalga, papeles llenos con escritura y de andar yo machacando.” Los 20 capítulos se pueden conseguir en línea a través de Amazon. –¿Cómo se experimentan esas horas? –Tenía al principio un esquema de novela que fui modificando. Haces camino al andar, echando a perder se aprende. Depuré mucho y me quité el miedo de la página en blanco. El proceso creativo es así: ‘¿Me emociona o no me emociona?’ Y si lo vas leyendo y dices “¡Qué padre, esto sí me gusto!”, ¡pues órale, vamos adelante! Otras partes dices “No, mejor esto no queda”. Y si eres un autocrítico demasiado duro contigo mismo, pues nunca publicas. “El primer formato que vamos a vender de la novela es de PDF, con el CD; pero además regalaré a mis fans la grabación de mi tocada en la República Checa. El 22 de febrero festejaré 30 años de rocanrolera en el Teatro de la Ciudad “Esperanza Iris”, también con las jefas Mayita Campos y Margarita Bauche, la rapera Jezzy-Pe, y Raquel Guerrero, guitarrista de Los Abominables.” En la presentación del Museo del Chopo este 13, la actriz Marisol Gasé, del colectivo teatral Las Reinas Chulas, narrará fragmentos de la novela, cuyo capítulo inicial “Ángel rojo” comienza así: El ataúd blanco con una cruz plateada llegó a la funeraria. La luna estaba roja y lo escoltaba. El cielo despejado y el clima tibio. Lo esperaban familiares, amigos y músicos. En el fondo de la sala de velación había un cartel enmarcado con una imagen de una joven morena cantando. En el escenario del emblemático museo universitario que ha cobijado siempre al rock, junto a Tere Estrada estarán a las 19 horas Luis Díaz (batería), Javier Méndez (teclados), Joel Mújica (bajo), Octavio Patiño Blu (sax) y Margiu Meredith (violín). Culmina La sirena del rock mexicano: “Ya después de las elecciones de 2018 sacaremos la edición impresa de esta novela que se la dediqué a mi hijo Kin, a mi familia y a Rosina Conde.” Este texto se publicó el 7 de enero de 2018 en la edición 2149 de la revista Proceso.

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