La mafia siciliana en busca de jefe

domingo, 18 de febrero de 2018 · 09:40
ROMA (proceso.com.mx).- Los restos de Giuseppe Dainotti, un capo de la Cosa Nostra siciliana excarcelado después más de dos décadas de prisión, aparecieron el pasado 22 de mayo en una calle llamada D’Ossuna, cerca de la catedral y del tribunal de Palermo. Los investigadores de la policía concluyeron que la mafia lo asesinó: tenía un balazo en la cabeza, otros en el estómago y en el torso, al viejo estilo mafioso. Pero había otro detalle inquietante: el asesinato se produjo después de un periodo de “armas calladas” y pocos días antes del vigésimo quinto aniversario del atentado que sufrió en 1992 el juez Giovanni Falcone, uno de los grandes héroes de la lucha contra las mafias en este país. Además, Dainotti no era un delincuente cualquiera, sino un capo de la vieja guardia. Salió de prisión después de que en los ochenta lo condenaron por su participación en una mafia, tráfico de drogas, robo a mano armada y el homicidio de tres carabineros (la policía militar de Italia). Su nombre remitía al clan los palermitanos, dinastía de alto rango y mucho peso dentro de la Cosa Nostra. Su asesinato se produjo, además, en los días en que Totò Riina, el capo dei capi de la mafia, ya agonizaba sepultado en una prisión de Parma, en el norte de Italia, donde finalmente murió por enfermedad en noviembre pasado. Dainotti no fue el único en salir de prisión después de cumplir su condena. En los últimos cuatro años fueron excarcelados 302 mafiosos de Sicilia occidental: 134, de Palermo; 54, de Trapani; 62, de Agrigento; 52, de Caltanisetta. Entre ellos fue liberado el sobrino preferido de Riina, Carmelo Gariffo. El cálculo de liberados lo realizó Salvo Palazzolo, un periodista que lleva décadas hurgando en las cloacas de la mafia y que, para su investigación, hizo trabajo sobre el terreno y cruzó decenas de datos de sumarios policiacos y judiciales. Esto es lo que preocupa desde el año pasado a los fiscales de Sicilia, como confirmó también el pasado 6 de febrero la Dirección de Investigación Antimafia (DIA). “En referencia al liderazgo de la organización no parece atribuible a persona alguna después de la muerte de Riina”, advirtió la DIA en su informe bianual. Traducción: muerto Riina, la Cosa Nostra se ha quedado sin jefe y, cuando han empezado a reorganizarse, los viejos padrinos han salido de la cárcel. “Lo cierto es que la Commissione regional --el consejo de todas las familias mafiosas de Sicilia-- no se reúne desde 1993, año en el que arrestaron a Riina, pues sólo él podía convocar esa reunión plenaria”, cuenta Palazzolo. Michele Pennisi, obispo de Monreale, amenazado por la mafia y quien ha negado los funerales públicos a varios capos —incluyendo Riina—, lo dice claro: “Me parece evidente que el hecho de que tantas personas le dieran su pésame a la familia de Riina no es buena señal. Se están reorganizando y eso es peligroso”, cuenta. Sin embargo, en épocas de nanotecnologías, WhatsApp y finanzas creativas, la DIA ha descartado, de momento, una nueva guerra de clanes. “Al parecer la época de la mafia violenta ha sido superada por otros métodos que favorecen las acciones subterráneas y los negocios realizados a través de sofisticados mecanismos conspirativos y corruptos”, indica el organismo. El capo Matteo En esta lógica, los investigadores han apuntado a la hipótesis del regreso de un gran capo a cargo de toda la organización para hacerla menos compartimentada —tal como se organizó, después del encarcelamiento de Riina en 1993—, y con los palermitanos en primera línea. “Es un momento de decisiones”, ha puntualizado la DIA. Existen otros indicios de que la mafia requiere reestructurarse. Uno de ellos: por demasiado tiempo la mafia se apoyó en regentes que no estuvieron a la altura; que no tuvieron capacidad de liderazgo ni carisma y que tuvieron que recurrir a los viejos capos, algunos más que octogenarios. Tras la muerte de Riina hubo un primer intento de reorganización, pero fracasó. Lo encabezó María Angela Di Trapani, hija y esposa de jefes mafiosos. Sin embargo, los jueces de Palermo se dieron cuenta de ello y ordenaron su detención en diciembre pasado. La policía la arrestó junto con otras 24 personas. Fue un duro golpe contra los palermitanos. No se sabe si la Cosa Nostra logrará reestructurarse y cuál será el papel que juegue Matteo Messina Denaro, quien se encuentra prófugo desde hace 25 años. Las autoridades estadounidenses también lo buscan. En algún momento fue considerado el jefe de Cosa Nostra, aunque los fiscales sicilianos tienen sus dudas al respecto. “Messina Denaro es de Trapani, no de Palermo, y sin el control de la capital siciliana no puede aspirar a ser el gran capo. Además, en el pasado, se alió con la mafia feudal y bruta de Corleone, cuando en los ochenta y noventa en las calles de Palermo se llegaron a acumular 300 muertos al año”, subraya un fiscal siciliano que, por su trabajo, todavía sale cada mañana de su casa con cuatro escoltas y un auto blindado. “En ese entonces, el Estado, no pudiendo invisibilizar aquello y sintiéndose amenazado en sus entrañas, montó un operativo de proporciones gigantescas y los capos fueron cayendo uno tras otro. Hoy los mafiosos aspiran a ser subterráneos, invisibles”, añade. “Hay sitio para todos” En tanto, los viejos capos excarcelados han empezado a recuperar a sus mandamenti (territorios). Sólo en Palermo son una quincena los que ya habrían puesto manos a la obra. Incluso, habrían retomado los contactos con los colombianos. Todo con la aquiescencia de la ‘Ndrangheta de Calabria, puesto que, en el mercado del tráfico de drogas, “hay sitio para todos”, según explicó otro fiscal. Además, con un imperio extendido por el mundo con el tráfico de cocaína, la ‘Ndrangheta es hoy la mafia más rica y poderosa de Italia, sin que por ello haya entablado relaciones de hostilidad con las otras mafias italianas. Y en ello coinciden el Tribunal Supremo de Italia, el FBI estadounidense, policías y jueces italianos e incluso los pocos arrepentidos (colaboradores de justicia) que tiene la organización. La Ndrangheta está compuesta por 160 ‘ndrine (familias), y la estructura y las reglas las toman desde adentro sus miembros: alrededor de 6 mil. Lo hacen durante las reuniones de la Societá; es decir, el conjunto de los clanes de la organización. “Todo han aprendido de los errores de la Cosa Nostra de Sicilia, hoy más debilitada por la estrategia de enfrentarse frontalmente al Estado, matando jueces y poniendo bombas”, cuenta Michele Riccardi, investigador del Centro de Estudios Transcrime. “La ‘Ndrangheta ocupó el vacío dejado por la mafia siciliana, convirtiéndose en el socio más confiable en el tráfico de drogas desde Latinoamérica. Y, además, comprendió que, para pasar al siguiente nivel, no sólo había que extorsionar a comerciantes y empresarios, sino también hacerse con las empresas”, explica Riccardi. Agrega que existe otro factor que ayudó al fortalecimiento de esta organización: la incapacidad de las legislaciones de muchos países para adaptarse a un fenómeno trasnacional. Hay un episodio que a los fiscales que se ocupan de ‘Ndrangheta les gusta usar para ejemplificar el salto cualitativo que esta organización dio en los últimos 20 años. Ocurrió a comienzos de la década pasada cuando, interceptando a unos mafiosos, los investigadores descubrieron lo impensable años antes: la ‘Ndrangheta había mediado en la liberación de unos mafiosos sicilianos que fueron secuestrados por narcos colombianos debido a desavenencias sobre un acuerdo entre ellos. “Para la ‘Ndrangheta el negocio base es el narcotráfico y por eso es fundamental la cooperación transnacional de las autoridades de cada país”, afirma Cosimo Maria Ferri, subsecretario del Ministerio de Justicia y antiguo fiscal. “La Cosa Nostra se encuentra debilitada, pero sigue siendo peligrosa debido a su persistente penetración en el tejido económico y financiero, y a sus intentos de infiltración en las obras públicas”, añade Ferri. Una historia que se suma a la de la de la Sacra Corona Unida de Apulia y la Camorra de Nápoles y Campania. “La Camorra continúa por la senda de una organización criminal horizontal, integrada por varios clanes, por temporadas en lucha entre sí. Mientras que la Sacra Corona Unida, la más modesta hasta ahora, es también la que ha sorprendido últimamente, desligándose de las otras tres y buscando una autonomía de la que antes carecía”, añade Riccardi. Un episodio muestra el potencial mortífero de las organizaciones criminales de Apulia: el pasado 9 de agosto varios hombres armados abrieron fuego contra otro vehículo en el que viajaban el capo Mario Luciano Romito y su cuñado. Pocos instantes después, los asesinos se percataron de la presencia de dos testigos involuntarios: los campesinos Luigi y Aurelio Luciani. El comando armado los persiguió y asesinó con disparos a quemarropa cuando los testigos intentaban huir de la escena del crimen. Por su parte, la Cosa Nostra dio “señales de actividad” en Albania, país productor de mariguana, y cuyas organizaciones tradicionalmente han mantenido contactos con la Sacra Corona Unida y la ‘Ndrangheta, y no con la mafia siciliana. “Hay que entender que históricamente los criminales albaneses no han tenido una relación directa con la Cosa Nostra, como ha ocurrido con la Sacra Corona Unida de Apulia y con ‘Ndrangheta calabresa”, explica al respecto Antonio Ingroia, antiguo fiscal con una amplia experiencia en asuntos mafiosos. Algo que remite también a la geografía, pues las costas de Albania y de la región de Apulia se encuentran a escasa distancia, separadas únicamente por el angosto Mar Adriático, mientras que Sicilia está a mayor distancia. “Se podría pensar que se está gestando una mayor integración entre las mafias italianas”, añade Ingroia.

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