El escándalo por abuso sexual que cimbra a los Tiburones de Veracruz

sábado, 15 de diciembre de 2018 · 10:18
Apoyado por su familia, un futbolista hidalguense que en julio último cumplió 18 años entabló una denuncia por abuso sexual contra Ángel Fuentes Olivares, fiscal de distrito en Boca del Río y representante de jugadores. En entrevista con Proceso, este joven relata la manera en que el agente engancha a chicos de diferentes partes del país y detalla la red de complicidades dentro de los Tiburones Rojos. Por estos hechos el club suspendió al cuerpo técnico de su equipo Sub 20 y la Liga MX anunció una investigación. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- Su anhelo de ser futbolista profesional estuvo sometido a la condición del abuso sexual en los Tiburones Rojos de Veracruz. Ángel Fuentes Olivares, fiscal de distrito local del municipio de Boca del Río y también representante de jugadores, ofrece viajes y un lugar en el equipo Sub 20 a jóvenes aspirantes, pero a cambio les pide que se dejen practicar felaciones. De acuerdo con el denunciante, apoyado por su familia, el presunto agresor opera así: el representante invita a varios chavos a que entrenen en los equipos de fuerzas básicas de los Tiburones Rojos y se los lleva a vivir a casas que él mismo les “ayuda a conseguir”. Los muchachos son aceptados en los entrenamientos, se preparan, pero tienen poca o nula comunicación con el cuerpo técnico. Tampoco juegan en los partidos de la liga. Cuando las víctimas expresan su deses­peración por no participar en el torneo, Fuentes les asegura que él hablará con los entrenadores. Después el aspirante alinea en uno o dos partidos y llega a viajar a alguna ciudad cuando los Tiburones juegan como visitantes… “Entonces, Ángel Fuentes te pide un ‘regalito’ y comienza a decirte que gracias a él te meten a los juegos”. El “regalito” es un “rife”, expresión que, según la denuncia, los jugadores y el representante utilizan para no decir explícitamente que los muchachos deben permitir que Fuentes les practique sexo oral. La historia la cuenta en entrevista un futbolista originario de Pachuca, Hidalgo, quien en julio último cumplió apenas 18 años. Proceso identificó plenamente al denunciante, pero su identidad será reservada porque así lo solicita. El futbolista acusó a Fuentes, también conocido como El Pato, el 12 de noviembre último –el caso está registrado con el número 12-2018-17366– ante la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo. La investigación podría alcanzar a otros implicados. De acuerdo con el jugador, René Isidoro García, entonces entrenador de la Sub 20, y su auxiliar Carlos Cazarín estaban enterados de las agresiones del representante. “La labor del cuerpo técnico –señala la víctima– es ignorar y desesperar a los chavos” para que no tengan más remedio que ceder a la extorsión sexual. Según el testimonio, Fuentes decide quién va a disputar los partidos y García obedece. Sin embargo, aclara, no todos sus compañeros han cedido a las presiones del presunto agresor y siguen en el equipo; otros que sí aceptaron la extorsión optaron por irse del club y algunos más siguen en el equipo y pagan el precio por jugar. “Te puede pasar algo” La primera vez que el denunciante supo de los rifes fue por un compañero. Éste le platicó sobre unos comportamientos extraños de El Pato. Otro jugador más de la Sub 20, quien siempre lo llevaba y traía en su coche, le advirtió explícitamente en qué consistían esos comportamientos extraños. “Le comenté a mi amigo: ‘Ya me quiero ir de aquí’. Y el me dijo: ‘¿Quién te trajo?’ Le respondí que El Pato y me soltó: ‘¡No manches! Ese bato es puto. A mí me dijo que me dejara que él se bajara por los chescos. Pero le hice un relajo. Mi papá habló con él y hasta me pidió disculpas’”. El joven denunciante reconoce que no se espantó tras la advertencia de su amigo. “Ya cuando me diga (El Pato) a ver cómo rea­cciono. Luego me empezó a decir lo del regalito y yo le decía que estaba agotado y que no podía”, agrega. De acuerdo con este chico, que acepta que sea grabada su denuncia, “todo el mundo sabe y todos se quedan callados. Los jugadores ya saben qué tienen que hacer con El Pato para jugar. Él habla con René Isidoro y hasta con un directivo que se llama Yair (Tejeda, director deportivo de los Tiburones Rojos) para que lleguen a la Primera División. Todos son bien hipócritas, todos saben lo que El Pato pide y lo que tienes que hacer para que lo tengas contento”. El joven futbolista viajó de Pachuca a Veracruz el 8 de julio pasado, seis días después cumplió la mayoría de edad y luego firmó un contrato como integrante de los Tiburones. A cambio recibiría 3 mil 500 pesos mensuales que, asegura, nunca le pagaron. Pasaron nueve jornadas del torneo Sub 20 de la Liga mexicana de futbol y tampoco jugó en algún encuentro. “Para el partido en Torreón (jornada 10, domingo 23 de septiembre) mi papá habló con Ángel (Fuentes), le pedimos chance de mostrarme. Primero teníamos que hablar con él para poder llegar con el entrenador. Al final, el entrenador (René) sí me llevó, pero no jugué. “Después Ángel me mandó mensaje y me dijo: ‘Ya ves que sí pude mover a René y pude hacer que viajaras. Pues espero un regalito’. Le contesté que no. Dos semanas me estuvo insistiendo. Después le dije que me diera chance de ir a Monterrey (jornada 15, 2 de noviembre). Me llevó, pero tampoco jugué. Antes del partido contra Querétaro (jornada 16, 9 de noviembre) de plano ya me dijo: ‘Ven a mi casa porque vamos a hablar de si te vas a quedar o te vas a ir’”. El joven reserva detalla lo que le dijo su representante: “Soy el único que te puede ayudar. Si quieres jugar, si quieres tener participación en el equipo, te tienes que tirar un rife”. El futbolista relata que cuando de nueva cuenta rechazó la proposición sexual recibió como respuesta: “Si no, te vas a tener que rascar con tus propias uñas y te puede pasar algo”. El chico comenta que después de eso comenzó a pensar en que su agresor tiene sus papeles y poder en la fiscalía. “Ese día prácticamente me obligó. Me subió a su cuarto, me bajó el pantalón y me hizo sexo oral.  Cuando terminó me dijo: ‘Yo checo en la semana para que juegues’. Me sentí sucio y pensé que ya no quería esto”. Era la noche del 6 de noviembre último, la agresión, recuerda, ocurrió en aquella habitación pintada de azul con blanco en una casa de dos pisos, localizada en el fraccionamiento Floresta. Había una cama matrimonial, un sofá, una televisión, un tocador y muchas cajas de zapatos. En los 40 minutos que estuvo con Ángel Fuentes dice que pensaba en sus deseos de jugar y a la vez en el precio que debía pagar. Llegó el día de enfrentar a los Gallos Blancos, pero no llegó a la cancha. Se quedó en la banca. “Toda esa semana estuve pensando. Soñaba con matar a ese señor. De envenenarlo con la comida. De hecho, lo sigo soñando. A veces no puedo dormir bien. Luego trajeron a otro chavo en mi lugar, que también está con Ángel. Este chavo tenía semanas sin entrenar, incluso se sabía que estaba metido en problemas de drogas. Igual pensé: ‘A lo mejor éste se dejó más que yo, y yo tengo que hacer eso a la fuerza y de todas maneras ni me meten a jugar’. Era una manipulación. Ángel estaba abusando de su poder y de que puede hacer lo que quiere”. El 9 de noviembre pasado el joven hidalguense se marchó de Veracruz. Tomó un camión rumbo a Pachuca a dónde llegó en las primeras horas de la madrugada. A su hermana ya le había contado lo que le ocurría. Cuando entró a su casa se lo dijo a sus padres. “Le meto un tiro a ese cabrón” También en entrevista con Proceso el padre del jugador relata que después de hablar con su hijo, llamó vía telefónica al entrenador René Isidoro García. Le reclamó lo ocurrido, pero el director técnico aseguró desconocer la situación. Sin embargo, García le dijo que para que se tranquilizara pondría a jugar al muchacho. El señor cuenta que también le marcó al director de Fuerzas    Básicas de los Tiburones Rojos, José Luis González China, y que éste reconoció que sí sabía del caso. “Me dijo que me iba a ayudar en todo y que fuera a Veracruz”, agrega. La familia del jugador decidió no viajar a Veracruz por temor a que les ocurriera algo, por eso presentaron la denuncia en Pachuca. Eligieron hablar del caso con el reportero Ignacio Suárez, quien publicó lo ocurrido en su columna del diario Récord, el miércoles 14 de noviembre. Al día siguiente, el dueño de los Tiburones Rojos, Fidel Kuri, se comunicó con el padre de la víctima. Durante la llamada el empresario y político aseguró al padre del futbolista que ningún representante de jugadores trabaja en el equipo. También dijo que no conocía a Ángel Fuentes Olivares, pero le pidió nombres para hacer una investigación y le ofreció ayuda “para llegar hasta las últimas consecuencias contra este tipo de mamadas que hacen”. Kuri también le expuso que reprueba estas conductas y que ya le había pedido un reporte a González China. “Tengo hijos, por eso le estoy hablando. No me gustan este tipo de cosas. Imagínese, yo le meto un tiro a ese cabrón. Así de fácil. Yo lo entiendo”, aseguró vía telefónica. El jueves 15 de noviembre la directiva de los Tiburones Rojos informó en un comunicado de prensa que René Isidoro García y Carlos Cazarín “fueron separados de su cargo de manera indefinida hasta que se aclare dicha situación”. En el mismo documento, el club reveló que sus equipos filiales y de categorías menores nunca han negociado con promotores y que la dirección de fuerzas básicas es la que realiza las visorías y recluta a los jóvenes a quienes “se les da un seguimiento y apoyo total para que puedan desarrollarse como profesionales”. La familia determinó demandar a Kuri por daño moral porque en el boletín de su equipo reveló la identidad de la víctima y de su padre y, en cambio, se reservó el del agresor sexual. De acuerdo con el padre de la víctima, el revelar sus identidades llevaba una intención. “Lo hizo para que los chavos vieran que si hablan también van a salir sus nombres. Los jóvenes tienen que hablar o si no va a seguir pasando esto”, agrega el padre. El abogado Luis Miguel Cano, especialista en derecho constitucional y derechos humanos, explica que los Tiburones Rojos publicaron indebidamente el nombre del jugador, pues se violentó el artículo 20 constitucional, apartado C, fracción V, que estipula como derecho de las víctimas el resguardo de su identidad. Además de que el artículo 16, segundo párrafo, establece el derecho a la protección de datos personales. El nombre de una persona es un dato personal, agrega. El diario Récord también publicó una fotografía en la que aparecen Fidel Kuri y Ángel Fuentes compartiendo un palco. Tanto Récord como el portal deportivo Medio Tiempo publicaron imágenes de las conversaciones que el presunto agresor tuvo con su víctima vía la aplicación de mensajería WhatsApp, donde le pide el “regalito”. Medio Tiempo también dio a conocer que en una denuncia que Promotora del Valle Orizaba AC (razón social de Tiburones Rojos) presentó ante el Ministerio Público de Boca del Río, en mayo de 2014, Fuentes fungió como oficial secretario. La Liga MX anuncia investigación El padre del jugador explica que también se comunicó con la directora de Asuntos Jurídicos de la Liga MX y del Ascenso MX, Anna Peniche, a quien le pidió ayuda. La abogada le preguntó si tienen pruebas para demostrar sus dichos y pidió que se presentaran en las instalaciones de la Federación Mexicana de Futbol al día siguiente. “Para que nosotros podamos tener todo lo necesario, estudiar la forma, el fondo y saber cómo podemos ayudar. “De ninguna manera apoyamos ni solapamos que se permitan estas cosas en el futbol. Que usted esté tranquilo por lo que puede hacer esta institución”, le dijo. Pero la familia decidió no presentarse ni llevar las conversaciones entre Fuentes y su hijo porque consideraron un exceso tener que ir hasta Toluca, además de los agravios sufridos. El director de Comunicación de la Liga MX, Juan José Kochen, expuso a este semanario que Peniche se quedó esperando a la familia para valorar las pruebas y ayudarlos. Señaló que la liga comenzó su propia investigación y están atentos sobre el tema. El futbolista y sus padres aseguran que algunos exjugadores que pasaron por la misma situación están dispuestos a testificar para ayudarlo a que se haga justicia. Hay otras víctimas que se han sumado mandándole fotografías de las conversaciones que tuvieron con El Pato en las que éste les pide el rife, pero no aceptaron comparecer ante el Ministerio Público. Según un testigo consultado por Medio Tiempo, los abusos han ocurrido desde hace más de ochos años y también contra muchachos de la categoría Sub 17. El entrevistado, a quien se le distorsionó la voz, asegura que en este momento hay 10 jugadores en la Sub 20 representados por Fuentes. “No lo conozco” La familia exige a la autoridad que determine qué tan cercana es la relación de Fuentes con Fidel Kuri, Yair Tejeda, René Isidoro García y Carlos Cazarín. Según el jugador, González China no forma parte del grupo de personas que colaboran con El Pato porque éste le contó que con la ayuda “del directivo de Tiburones (Yair Tejeda) lo iban a correr porque no hacía lo que el Pato quería y dijo que en su lugar iban a poner a René. Me enseñó un mensaje para demostrar que con ese directivo iba a arreglar eso”. En entrevista con este semanario, Yair Tejeda asegura que “no tengo absolutamente nada que ver con esa persona (Ángel Fuentes). Mi trabajo es con el primer equipo y si bien debo estar al pendiente de las filiales, no tengo trato con representantes de jugadores en esos niveles. “Nunca he hablado por teléfono con ese señor y mucho menos he recibido una instrucción de él para meter a jugadores. Él no trabaja en la institución. Si bien lo conozco porque somos del puerto y vivimos en la misma ciudad, nunca he tenido trato directo con esa persona”. Este medio también buscó a Fuentes, pero no aceptó hablar. En cambio, proporcionó el número telefónico de su abogado, Ricardo Oropeza, quien también rechazó una entrevista. En un mensaje de texto le dijo al corresponsal de Proceso Noé Zavaleta: “El tema que se ventiló en los medios carece de toda veracidad y sin fundamento. “La prensa, sin tener fundamento y dejándose llevar por información carente de veracidad y falta de fundamentación (sic), sin verificar la autenticidad de lo manejado en medios, expusieron al escrutinio público a mi cliente causándole un daño moral, razón por lo cual la autoridad determinará la realidad de los hechos y castigará a quien haya mentido y manipulado la información con el único fin de vender noticia”. René Isidoro García no aceptó la entrevista. El 14 de noviembre declaró para el diario Récord que no es amigo de Fuentes y que el jugador llegó solo pidiendo una oportunidad. El futbolista dice que cuando llegó a Veracruz fue a la casa de Fuentes en la que estaban García y Cazarín en una carne asada. “Quiero que le reparen el daño a mi hijo. Abusan de que no son chavos maleados. Si no tiene talento para el futbol que no lo contraten, pero que no le pidan favores sexuales. ¿Quién cobró los 3 mil 500 pesos de su contrato? No le pagan, gasta su dinero en irse para allá y todavía le dan en la madre. No lo meten a jugar y le hacen estas porquerías”, agrega el papá del futbolista. El miércoles 5, en entrevista con ESPN,  el presidente deportivo de Veracruz, Mario Trejo, expresó sobre el caso: “Si afuera ocurren cosas, es muy complicado vigilar la cama de cada quien. Lo que hacen en el exterior es cosa de ellos. Lo que pasa en el interior vemos lo deportivo, lo humano también”. Este reportaje se publicó el 9 de diciembre de 2018 en la edición 2197 de la revista Proceso.

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