COLIMA, Col. (apro).– La muerte del policía estatal José Raudel Nava García en un enfrentamiento con un grupo armado en Tecomán generó discusiones al interior del Congreso sobre la posibilidad de contratar seguros de vida a los funcionarios de las áreas de seguridad y procuración de justicia, reveló el gobernador de Colima, José Ignacio Peralta Sánchez. De acuerdo con la Ley de Austeridad aprobada recientemente, la contratación de estos seguros está prohibida, lo que deja sin protección a las familias de los policías del Estado. Durante el homenaje póstumo al agente fallecido, condecorado como "policía del año” en diciembre pasado, el mandatario ofreció seguir protegiendo a las familias de los policías caídos en el cumplimiento de su deber”. En la ceremonia, realizada en el Complejo de Seguridad, Peralta Sánchez consideró que la seguridad pública es la política más compleja de los últimos años y aseguró que las fuerzas de seguridad se mantienen como la primera defensa de los valores colectivos frente a los grupos criminales y antisociales. También dijo que los policías son heroicos servidores públicos que arriesgan a cada momento su propia existencia por defender el interés superior de la sociedad, por lo que quienes caen en el cumplimiento de su deber merecen que las instituciones de seguridad no descansen hasta que los responsables sean capturados y juzgados. Por su parte, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), Enrique Alberto Sanmiguel Sánchez, indicó que el policía José Raudel Nava García “dio su vida en cumplimiento del deber que todos los policías tienen para con el pueblo de Colima; siempre nos demostró en los hechos que él amaba infinitamente el ser policía”. Nava García ingresó en 1998, a la edad de 20 años, a la Dirección General de la Policía Estatal Preventiva. En diciembre pasado fue reconocido como “Policía ejemplar” por haber realizado el desempeño de su función en forma sobresaliente con disciplina, profesionalismo y destacado servicio a la población. En el homenaje, el gobernador entregó una réplica de la bandera mexicana a María de Jesús Ramírez Torres, viuda de José Raudel Nava García, y posteriormente encabezó una guardia de honor.