Un préstamo que no se empleará contra el covid

sábado, 13 de junio de 2020 · 11:49
El crédito por mil millones de dólares que el Banco Mundial otorgó a México –que el presidente Andrés Manuel López Obrador no considera deuda, sino una “operación de rutina”– no necesariamente se enfoca en levantar al aparato productivo golpeado por la pandemia, pero embona con la política de la 4T de otorgar apoyos directos a la población; en particular busca incorporar al sistema financiero a jóvenes y mujeres, dos sectores de interés político para el mandatario. CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Contrario a su discurso de no recurrir al endeudamiento, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador obtuvo un crédito por mil millones de dólares, otorgado por el Banco Mundial (BM) para hacer frente a la catástrofe económica que dejará la pandemia de covid-19. El propósito del gobierno mexicano es darle liquidez de manera urgente a la economía, pero no para fortalecer el proceso productivo, sino enfocado a la incorporación al sistema financiero de dos de los sectores de mayor interés político para el presidente: los jóvenes y las mujeres. El crédito fue solicitado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) el pasado 13 de abril, en una misiva firmada por el subsecretario Gabriel Yorio, y fue aprobado en menos de un mes, el 19 de mayo. En el proyecto con número de identificación P172863 y titulado Covid-19: Financiamiento de la política de desarrollo al acceso financiero, no se especifica una hoja de ruta del uso de los recursos. Este semanario consultó al respecto a Hacienda y no obtuvo respuesta. En el contexto de la crisis por covid-19, señala el BM, grupos vulnerables como jóvenes y mujeres se enfrentan a “limitaciones institucionales” para insertarse en el mercado laboral mexicano: “En el corto plazo, millones de jóvenes tienen derecho a recibir transferencias de programas sociales, pero esta restricción puede limitar efectivamente su capacidad de recibirlos, incluso debido al distanciamiento social. Para el periodo de recuperación, los jóvenes con empleo pueden ser un impulso para la economía”, en lugar de estar excluidos “de la actividad económica”. Según el organismo, casi 7 millones de personas de 15 a 17 años forman parte de la población en edad laboral, de los cuales 1.4 millones ya tienen un trabajo formal remunerado y fueron excluidos de tener una cuenta en una institución financiera formal para recibir sus salarios. En cuanto a las mujeres, el documento cita la Encuesta Nacional del Financiamiento a las Empresas, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, la cual indica que sólo 25% de los socios o propietarios mayoritarios son mujeres y el porcentaje disminuye conforme al tamaño de la empresa. Así, el crédito de mil millones de dólares se enfoca sobre todo al acceso de dichos grupos al financiamiento. Pero Fernando Galindo Favela, subsecretario de Egresos de Hacienda el sexenio pasado y actual diputado por el PRI, advierte: “Lo preocupante es que el nivel de endeudamiento respecto al PIB está creciendo de manera importante y, como lo han dicho los analistas internacionales, si la calificación crediticia, tanto de Pemex y del gobierno federal se van mermando, es decir, si perdemos el grado de inversión, el acceso al financiamiento del gobierno va a ser mucho más caro”. También alerta sobre el uso de los recursos, los cuales van enfocados a los programas sociales y no son para dar un golpe de timón a la contingencia provocada por el coronavirus: “Los recursos tendrán que ser asignados a la reactivación económica. Si no tenemos un plan específico para atender esta contingencia, la recuperación va a ser significativamente larga, afectado la economía de las familias mexicanas.”. La SHCP inmediatamente argumentó que el crédito del BM “no financiará actividades de respuesta para el covid-19”. Explicó que ese y otros organismos internacionales ofrecen dos tipos de créditos: los asociados a proyectos específicos en sectores particulares, como agricultura o infraestructura, y los relacionados con acciones de política pública o Préstamos para Políticas de Desarrollo, que forman parte del financiamiento general y no van ligados a ninguna actividad o proyecto específico, como el de los mil millones de dólares.
Fragmento del reportaje publicado en la edición 2276 de la revista Proceso, ya en circulación.

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