CANTO RODADO: Nueva biografía de Jim Morrison

lunes, 19 de julio de 2004 · 01:00
México D F, 19 de julio (apro)- A raíz del aniversario número 33 de la muerte del cantante de Las Puertas, Jim Morrison, el 4 de julio, el encargado del cementerio Père Lachaise parisino (Christian Charlet) donde reposan los restos del rocanrolero, declaró que la tumba de Morrison podría cambiarse de ahí debido a los múltiples rayones y graffitti que dejan los fanáticos, los cuales ofrecen una mala imagen al célebre sitio Nada es oficial en torno a dicho traslado, pero cuesta trabajo creer que la policía francesa realmente obligará a los herederos de Morrison para que exhumen sus restos y los repatríen a Estados Unidos, ya que su lápida es uno de los mayores atractivos turísticos del panteón donde reposan muchas otras personalidades tan famosas como Oscar Wilde, Edith Piaf, Amadeo Modigliani, Federico Chopin y Miguel Ángel Asturias, por mencionar unos cuantos De hecho, los vendedores rondando los portones con cadenas de Père Lachaise hacen buen negocio ofreciendo postales, carteles, camisetas y souvenirs de Morrison Un cafetín junto al camposanto llamado Á la Renassaince es el bar predilecto de quienes rinden tributo al difunto Rey Lagarto, e incluso hay guías que ofrecen recorridos para conocer los hoteles, las discotecas y los restaurantes que frecuentaba Morrison en sus días finales en París El mes pasado acaba de aparecer el libro Jim Morrison: Life, Death, Legend (“Vida, muerte y legenda de Jim Morrison”, Gotham Books/Penguin), escrito por el periodista de rock Stephen Davis, quien fue a París para investigar los detalles de su misteriosa muerte Jerry Hopkins y Daniel Sugerman fueron los primeros biógrafos en sugerir, a comienzos de los ochenta, que Morrison fingió su propio suicidio o que, quizás, había sido asesinado en el best-seller No One Here Gets Out Alive (“Nadie sale vivo de aquí”), y que su tumba posiblemente no contiene sus verdaderos huesos También el organista de Las Puertas, Ray Manzarek secundó los pormenores de estas teorías (¿acaso no Morrison admiraba al poeta Charles Beaudelaire y quería “desparecer” como él en África?), pero fue la película The Doors del cineasta Oliver Stone, en 1991, la que propagó definitivamente aspectos del mito acerca de que Morrison no había muerto, sino que se encontraba vivo (disfrazado de traje y corbata en otro continente) En la parte candente de esta reciente biografía, Stephen Davis busca explicación de aquella travesía de Morrison rumbo a Europa, recordando que había sido acusado de mostrar su pene (“actuación indecente” fue el cargo) durante un concierto de Las Puertas en el Miami Dinner Key Auditorium, en marzo de 1969; en septiembre de 1970, se le decretó pagar 500 mil dólares por aquel incidente, además de ser sentenciado con seis meses de trabajos forzados, obteniendo su libertad con una multa de 50 mil dólares Pero el caso no estaba cerrado por la ley gringa y este pudo ser uno de los motivos por el que Morrison huyó a París en marzo de 1971, si bien siempre se creyó que había viajado con su novia y concubina Pamela Courson, para recuperarse de su alcoholismo y escribir poesía Davis tuvo acceso al diario final que escribió Morrison (la última anotación está en una colección privada de París) Cuenta el biógrafo: “Las primeras veinte páginas de su cuaderno de notas están llenos de largas letras con versos a mano de la imaginación de Jim Casi no hay tachaduras, como si la agenda representara una secuencia íntima y confidente de poemas “Muchas páginas son variaciones de poemas antiguos, tales como ‘Los ancianos’, ‘Fotografía de invierno’ y ‘El aventón’ Otras páginas contienen sólo una o dos variantes de líneas en un estilo de escritura que indican haberse pensado en varios días Existe un poema anterior y desconocido, ‘Jardín imposible’, se refiere a ‘un salvaje hermoso como yo’ y a ‘la puta más enferma de la Cristiandad’ Hay una letra de una canción: ‘Ahora estás en peligro’, que pareciera resumir el idilio de Jim en París: ‘Dejemos al flautista sonando su tono/ marzo, abril, mayo, junio’ La siguiente página contiene palabras para un blues: ‘Somos dos de un mismo tipo/ Tú quieres el tuyo, yo quiero el mío’” En la página 17 se lee: “Ella lo superará” La 18: “¿Qué puedo decir? ¿Qué puedo hacer? Yo pensaba que mi afecto sexual te estimulaba” Página 19: “UMHM/ Gloria sexual cool/ Estoy al fin muerto” Página 20: “En aquel año fuimos bendecidos/ por una gran visita de energía” Davis: “Nadie puede afirmar con certeza absoluta lo que sucedió en el departamento de cuatro pisos en el número 17 de la calle Rue Beautrellis la mañana del 3 de julio de 1971 Sólo dos personas, Pamela Courson y Jean de Bretuil pudieron formar una parte total en la muerte trágica de Jim Morrison y ambos fallecieron poco tiempo después Pero resulta acertado decir que en los días frenéticos que siguieron a aquel 3 de julio, se llevó a cabo un arriesgado y cínico encubrimiento muy bien armado, visto con buenos ojos y procedimientos por las autoridades locales, permitiendo que una sobredosis de heroína del rocanrolero norteamericano fuera (cambiada y él) oficialmente declarado muerto debido a un común y corriente ataque cardíaco por la ciudad de París” Pamela Courson cambió varias veces sus versiones Los vecinos aseguraron que Morrison estaba de muy mal genio aquella última noche en su departamento y que peleó con alguien antes de azotar la puerta Davis buscó a todos los involucrados y así reconstruyó lo acontecido aquellos días, hasta que Morrison fue enterrado el miércoles 7 de julio de 1971 en Pére Lachaise Morrison había visitado el panteón meses atrás y deseaba ser sepultado ahí Cuando le sugirieron a Pamela un espacio cerca de la tumba de Oscar Wilde, ella se negó y selló el ataúd, sin que nadie pudiese ver el cadáver Davis comenta que Morrison fue a la tumba con un traje negro y concluye: “Pamela dijo después que ella jamás había visto a Jim Morrison usar un traje Ella dijo haber pensado entonces que Jim se veía muy guapo” Monsieur Charlet, encargado del panteón, dijo este 3 de julio: “Nos gustaría echar a Morrison porque no lo queremos, ocasiona muchos problemas Si pudiéramos deshacernos de él, lo haríamos inmediatamente; pero los estadunidenses no lo quieren de vuelta La gente no viene aquí para recordar a los muertos, piensan que pueden hacer lo que quieran como si estuvieran en un rave Los turistas no tienen respeto por nada”

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