¿Burrada?

martes, 17 de diciembre de 2013 · 14:53
MÉXICO, D.F. (apro).- Impredecibles humanos (bueno, no tanto): estos servidores de ustedes les informan, que en plática sostenida en informal reunión, hicieron, estupefactos y patidifusos, el siguiente descubrimiento: que entre todos los seres, son la única especie que con entusiasmo y persistencia tejen la cuerda de la que colgarán por el cuello, la que dificulta su respiración natural y puede llevarlos, en no pocos casos, a la misma muerte. ¿Por qué realizan acción tan contradictoria? ¿Por ignorantes? ¿Por no prever las consecuencias? ¿O por ser natural e instintivamente suicidas? ¿Qué contestan? Según estos sus servidores opinamos que se debe a un error de cálculo, que llevado a la práctica se les convierte en el horror de que sus vidas. Vean como llegamos a esa conclusión. Según estudiosos de la naturaleza human, como bien ha resumido J. Ortega y Gasset, “el hombre es él y sus circunstancias”… y ha afirmado que “el hombre es lo que le ha pasado y lo que ha hecho”… “por lo que el hombre no tiene naturaleza, sino que más bien tiene historial”. Y recordemos que entre lo que ha hecho y las cosas que lo han hecho y siguen haciéndole lo que es, está el descubrimiento de las ciencias, entre la que destaca por su creciente importancia en el pensar y el quehacer de los humanos la matemática, que va desde destacados pensadores de la antigüedad, como el griego Pitágoras, para el que la matemática es la única ciencia y los números revelan y resaltan la esencia de la realidad, o Galileo, quien dijo que “la matemática era el lenguaje de las ciencias de la naturaleza”, pues la misma sirve para racionalizar y comprender tanto lo infinitamente pequeño como lo infinitamente grande y para analizar y entender, los fenómenos causales y no causales, supuesto que ha ido afirmándose por demostraciones sucesivas de la ciencia desde Galileo a nuestros días. Se puede decir que la matemática es como la ciencia de las ciencias al ser el lenguaje clave del estudio e interpretación de las otras, no sólo de las de la naturaleza, esto es, de las que se ocupan de los fenómenos que se dan sin la intervención o mediación de la criatura humana, como por ejemplo la astronomía, la física, la química, la geología, sino también de las culturales, o sea, las que tienen por objeto los productos de la cultura humana, como pueden ser la historia, la sociología, la política… o la presuntuosa y más importante, por significativa y determinante, de manera dictatorial y despóticamente cruel, en sus vidas, la llamada economía al uso en esa globalidad en la que se mueven, a la cual servidores de ustedes ven y tienen como cuerda que, con obstinada entrega, tejen día con día y los tiene suspendidos por el cuello y se los aprieta, dificultándoles el respirar a tantos y tantos y a no pocos a morir… recordar al respecto las estadísticas que muestran y demuestran que cada vez más la riqueza se está concentrando en menos manos, los niños que mueren anualmente por hambre o por causas de enfermedades curables, pero no hay dinero para curarlos, a los adultos que se han suicidado en varios países de Europa por desesperación causada por la crisis económica que impera en esa globalidad en la que se mueven y los nueve esa misma loca economía…¿cómo han llegado a tan estúpida situación? En gran medida, a que esa economía, apoyándose y amparándose que la matemática la vértebra facilita su lectura, pretende ser tan exacta y objetiva como la matemática misma… y porque los economistas que tiene en cuenta la globalidad en que respiran, son los que tienen la arrogancia de pensar que ellos son tan objetivos y su presumida economía es tan objetiva como las ciencias exactas, como las ciencias de la naturaleza (es decir, las que se ocupan de los fenómenos que se dan sin la intervención humana), por lo que hay que admitir y sujetarse, de grado o por fuerza, a tan fría y despiadada economía… y no tener para nada en cuenta que las ciencias culturales (esto es, las que tienen por objeto los productos de la cultura humana) tienen inclinación a caer en interpretaciones de conveniencias personales o de grupo… pregúntense: ¿acaso hay una ciencia cultural que se haya realizado por sí sola o para si misma?...¿no las llamadas ciencias culturales tienen el pesado lastre de que dedicadas al conocimiento del hombre, están hechas por hombres?...lo que puede asegurarse, por los resultados, es que la economía de esa su globalidad no es para beneficiar a todos los hombres por igual…¿o no es así?. Ante la realidad de tal hecho, ¿cómo calificar a los economistas, los políticos, a los individuos y grupos de poder que tienen en sus manos las decisiones que a todos afectan y que insisten y persisten en aceptar e incluso imponer tal economía?, ¿de falta de lucidez mental?, ¿o es que son disimuladores, manipuladores de decisiones que benefician sus muy particulares intereses? Si todo lo anterior les parece una burrada a los estimados lectores de la presente, tienen razón, pues el contenido de la misma salió de una reunión de ilustres burros, pero tengan en cuenta que la misma estaba integrada por una compañera tocada por la sabiduría de Dios, la Burra de Balam; un burro célebre de la filosofía, el Asno de Buridán y otros famosos en la literatura universal, Rucio, Platero y el Asno de oro, que fue más humano que burro. Estimados lectores, otro de la especie que dio a la casualidad la posibilidad de acceder a la realidad, en nombre de todos los reunidos les deseamos lo mejor y les asegura nuestro sincero afecto. EL BURRO BLAUTISTA

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