MÉXICO, D.F. (apro).- Angélica Rivera, la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, quien ha mantenido un bajo perfil en lo que va del sexenio, reapareció públicamente este jueves en el homenaje luctuoso que la comunidad artística le rindió al actor Joaquín Cordero en el Palacio de las Bellas Artes. La Gaviota, una de las “estrellas” de Televisa, actualmente alejada de las cámaras, montó una guardia de honor, al lado de Rafael Tovar y de Teresa, titular del Conaculta, junto al féretro que guarda los restos mortales del histrión poblano fallecido el martes pasado. Resguardada por elementos del Estado Mayor Presidencial (EMP), Rivera de Peña llegó al Palacio de las Bellas Artes a las 10:30 horas. Al pie de las escalinatas, la esperaron los deudos de Cordero: David, Antonio y Gabriel, quienes después acompañaron a La Gaviota en la guardia de honor. Al frente se colocaron Angélica Rivera del lado izquierdo, y Tovar y de Teresa del derecho; detrás de ellos los hijos de Joaquín Cordero y su cuñada, la periodista Maxine Woodside. En esta misma guardia también rindió tributo la titular del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, quien por muchos años estuvo al frente del Auditorio Nacional. Al fondo, un ensamble de cuerdas, tres violines y un chelo ejecutaron la obra Caravana sentimental, que desató el llanto de los hijos y amigos de Joaquín Cordero. Afuera del recinto de Bellas Artes el público se congregó desde antes del mediodía para observar la llegada de la carroza fúnebre; una vez que ello ocurrió, la gente estalló en aplausos de júbilo para el primer actor. Pese a que el sol caía a plomo, los presentes no se desanimaron para poder dar el último adiós a Joaquín Cordero. Mientras tanto, en el interior del recinto, las guardias de honor proseguían, esta vez de actores cercanos a Cordero, como Javier Marc y Yolanda Ciani, entre muchos otros que esperaban su oportunidad para reconocer al intérprete de decenas de películas, telenovelas, obras de teatro e incluso de tres discos.