La ciudad de los viajeros por Néstor García Canclini, Alejandro Castellanos y Ana Rosa Mantecón
MÉXICO, D.F. (apro).- El Fondo de Cultura Económica en su colección Tezontle acaba de poner en circulación, junto con la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, un espléndido título, La ciudad de los viajeros. Travesías e imaginarios urbanos México-1940-2000, una investigación realizada por Néstor García Canclini, Alejandro Castellanos y Ana Rosa Mantecón con extraordinarias fotografías de Nacho López, Paolo Gasparini, Yolanda Andrade, Christa Cowrie, Marco Antonio Cruz, Fabrizio León, Francisco Mata Rosas, Fondo Casasola, Fondo Enrique Díaz y Fondo Hermanos Mayo.
Se trata de un volumen de 192 páginas con amplísimo despliegue fotográfico que da una perspectiva realista del Distrito Federal en sus múltiples facetas, con tiraje de mil ejemplares, un verdadero libro de colección.
Se encuentra dividido en sus textos por una introducción llamada “Los viajes metropolitanos”, obra de García Canclini; “Espacio y espejo: Fotografiar la Ciudad de México” es un estudio de Castellanos; “Las múltiples ciudades de los viajeros” fue escrito por García Canclini y Rosas Mantecón; y culmina con una conclusión: “Imaginar la ciudadanía en una ciudad postapocalíptica”, también de García Canclini.
En la contraportada anuncian los editores: “Este libro propone un viaje por la Ciudad de México, desde 1940, cuando tenía un poco más de un millón y medio millones de habitantes, a la megalópolis actual a través de la vida cotidiana. Provocados por esas imágenes, relataron sus travesías diez grupos de viajeros: choferes de taxi y policías de tránsito, repartidores de mercancías, estudiantes y madres, comerciantes ambulantes y automovilistas de clase media.”
La investigación apareció originalmente en una edición de la UAM-Grijalbo de 1996. El siguiente es el Prefacio a la nueva edición, firmado por los autores:
“Ciudad de multitudes, tan desbordada que la población de los municipios periféricos es más numerosa que la que habita dentro de sus límites: de los aproximadamente 22 millones que viven en la zona metropolitana sólo 8,851,080 residen en el Distrito Federal. Ciudad de multitudes que viajan gran parte del día, de la casa al trabajo o la escuela, de un trabajo a otro, para hacer compras o divertirse, combinando varios medios de transporte en un mismo traslado. Viajan más horas quienes tienen menos recursos, pero la lentitud de los coches disminuye el privilegio de quienes van, casi siempre solos, en su vehículo individual frente a los que se aglomeran en el Metro y los microbuses. De un modo u otro, todos hacemos en los viajes las experiencias de densidad urbana e interacción masiva que implica vivir en una megalópolis.
“Estos rasgos actuales ya estaban presentes en la Ciudad de México que a principios de la década de 1990 adoptó las primeras medidas enérgicas para enfrentar la contaminación y planificar su expansión. Si bien la ciudad siguió creciendo y nuevos “actores”, como el segundo piso del periférico y el Metrobús, variaron parcialmente la manera de viajar, siguen vigentes los hechos e imaginarios urbanos registrados a mediados de esta década: distancia entre las áreas habitacionales y los lugares de empleo, los equipamientos educativos, comerciales y de recreación, aceleración e intensificación de los intercambios, congestión diaria en espacios muy extendidos y fragmentación de las experiencias. En esta megalópolis los ciudadanos no podemos abarcar el conjunto de zonas, viajes y percepciones que contiene la urbe.
“Por eso las travesías son una vía clave de acceso a las formas diversas, parciales, en que concebimos la ciudad. Si bien mantenemos en esta reedición del libro las cifras sobre la población, la mancha urbana, los datos sobre el número de vehículos registrados hace 15 años, otros estudios recientes hacen pensar que las tendencias de los noventas persisten. Aquellos conocimientos sobre el orden y el desorden en los modos de habitar la metrópoli iluminan las maneras en que hoy la gran ciudad nos hace encontrarlos con los otros o evitarlos, aprender las diferencias y a convivencia.
“Así como la Ciudad de México necesita ser comprendida aparte de las estrategias residenciales, también las formas de movilidad, los usos públicos del tiempo, los cruces entre quienes venden y compran en las calles, revelan cómo construimos entre todos el arte de vivir juntos. Las estimaciones más recientes señalan que los habitantes del Distrito Federal realizan más de 11 millones de viajes diarios y esa cifra se duplica al incluir el conjunto de habitantes de la zona metropolitana, de los cuales cerca de la mitad viaja frecuentemente a la Ciudad de México.
Nos anima a reeditar esta investigación, publicada en 1996 y reimpresa casi al terminar el siglo pasado, el rápido agotamiento de esas dos ediciones, su uso en otros estudios, cursos y trabajos periodísticos, así como el hecho de considerar vigente la metodología de antropología visual empleada. Permitió reconstruir, mediante el estudio histórico de los viajes documentados por las fotos, cómo se había desplazado la población en distintas épocas, desde que la Ciudad de México se convirtió en megalópolis a mediados del siglo XX”.
Puedes hojear el libro en el siguiente link:
http://www.fondodeculturaeconomica.com/subdirectorios_site/libros_electronicos/desde_la_imprenta/017576R/index.html