Los contrastantes libros de La Catedral de México

martes, 19 de mayo de 2015 · 12:46
MÉXICO, D.F. (apro).- El pasado miércoles 13 de mayo se presentó el libro “La Catedral de México”, un lujoso volumen de 500 páginas ilustradas con fotografías de colección y otras inéditas, así como grabados y pinturas, financiado por la Fundación BBVA Bancomer que lo considera “el documento más completo y actualizado desde 1948”, sobre la historia de este emblemático monumento. El acto se realizó en el interior de la propia Catedral, la más grande de América y, según algunos medios de comunicación que lo reseñaron, fue “presidido” por el cardenal Norberto Rivera. La edición recoge dos textos del historiador Guillermo Tovar y de Teresa, quien consideró siempre que en México “no hay arte sacro” pues ese término sólo podría aplicarse a un Estado como El Vaticano, donde la Iglesia tiene potestad del patrimonio, no en México donde hubo una reforma liberal y los templos e inmuebles religiosos construidos antes de los años 90 del siglo pasado, son propiedad de la nación. Así pues, en honor a este hecho tendría que decirse que la presentación fue “encabezada” por Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) y hermano del historiador y cronista; Luis Robles, presidente de BBVA, y el cardenal. El libro tiene un costo de 750 pesos y recoge textos de 25 autores, entre quienes está el fallecido arquitecto Carlos Flores Marini, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, la historiadora Martha Fernández, así como de Xavier Cortes Rocha y Julio Valencia, quienes hablan de la rehabilitación del edificio en la primera década del siglo XXI. El prólogo es del escritor Vicente Quirarte. Los dos textos de Guillermo Tovar son: “La portada principal de la primitiva Catedral de México” y “Gerónimo de Balbás y el Retablo de los Reyes”. Durante la presentación, Rafael Tovar recordó que su hermano fue uno de los especialistas más apasionados de la Catedral desde temprana edad y siempre se ocupó de difundir su riqueza como patrimonio cultural de todos los mexicanos: “En 1967, después del lamentable incendio en este recinto, acompañé a mi hermano, quien a sus 10 años estaba muy afectado por lo ocurrido. Estoy seguro que aquello definió la vocación de Guillermo como historiador del arte virreinal y por ello es un honor estar en la presentación del libro que sin duda será el referente de consulta sobre este gran edificio sacro (sic) para los próximos 50 años”.   Otro punto de vista Con el título “La Catedral de México 1971-2000”, casi idéntico al anterior salvo por las fechas, existe otro libro que vale mencionar, de la autoría del arquitecto Sergio Zaldívar Guerra. Se trata de una edición modesta de 148 páginas carente de imágenes fotográficas e ilustraciones suntuosas, que retoma la historia del monumento a partir del incendio del 18 de enero de 1967. El libro es ante todo el testimonio del arquitecto como director del equipo de expertos, entre ellos los ingenieros Roberto Meli, Enrique Tamez, Enrique Santoyo y Alberto Cuevas, quienes participaron en el proyecto Rectificación Geométrica de la Catedral Metropolitana, mediante el cual se logró revertir en más de 90 centímetros el hundimiento diferencial que presentaba el edificio. El modelo llamado en forma simplificada de “subexcavación” --pues consistió en extraer tierra de los cimientos para ir nivelando el inmueble, aunque no estuvo exento de avatares, según consigna el arquitecto Saldívar--, sirvió como base para el salvamento de la Torre de Pisa, en Italia. Cuenta el arquitecto en el libro que luego de haber estado en México, los especialistas Michele Jamiolkowski, de la Universidad Politécnica de Torino y presidente de la Comisión Internacional para el Salvamento de la Torre de Pisa; Giorgio Macchi, de la Universidad de Pavia; y George Burland del Colegio Imperial de Londres, ambos integrantes también de la comisión, consideraron factible la subexcavación. Y recuerda que el ministro Antonio Paoluci hizo el anuncio de esta decisión con la siguiente frase: “Vamos a bailar una danza messicana”.

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