Adiós a Raquel Padilla Ramos, defensora de los yaquis
CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- El director del Museo del Centro Cultural MUSAS, Rubén Guillermo Matiella Villaescusa, lamentó el asesinato con arma blanca de la historiadora y antropóloga Raquel Padilla Ramos, quien fue despedida con lágrimas y música por familiares, amigos y miembros de la etnia yaqui hoy por la tarde en el patio central del Museo Regional de Sonora, sede del Instituto Nacional de Historia en Hermosillo.
“Ha sido terrible, no tienes idea… --expresó Matiella a la agencia informativa Apro--, una mujer muy brillante y muy inteligente, llevaba cinco años con su pareja”.
La Fiscalía Estatal de Sonora informó del asesinato de Padilla Ramos (ocurrido el jueves en el Sauz de Ures, a 71 kilómetros de la capital sonorense) vía un comunicado de prensa, donde se estipula la detención de Juan Armando Rodríguez Castro, de 55 años de edad, pareja sentimental de la historiadora.
A su vez, la reconocida fotógrafa independiente Alejandra Platt Torres, manifestó:
“Es una desgracia, ella era muy sonorense, siempre defendiendo a los pueblos indígenas y a los yaquis, más que todo; con muchos estudios y doctorado en etnología por la Universidad de Hamburgo e integrante del Sistema Nacional de Investigadores. Yo leí tres libros suyos: Los Yaquis en la Víspera de la Repatriación, Los Irredentos Parias y Los Yaquis, Madero y Pino Suárez en las elecciones de Yucatán 1911; estuve en la presentación del último, Los partes fragmentados. Narrativas de la guerra y la deportación yaquis, y me tocó conocer a su pareja, al Juan”.
Autora del volumen publicado en el año 2000 En el nombre de Dios (High Tech Editores/Conaculta/FONCA, introducción por el padre David Joseph Beaumont, 80 páginas), Platt recorrió durante más de un lustro el país entero con su cámara fotográfica para retratar a las etnias de nuestro territorio (https://www.proceso.com.mx/184102/los-rostros-indigenas-de-mexico-revelados-por-la-sonorense-alejandra-platt).
Según se supo, la también catedrática Raquel Padilla Ramos, minutos antes de ser atacada, tuiteó:
“El pueblo de Bavispe, que había sido fundado como misión jesuita en 1645, fue severamente afectado por un terremoto en 1887, en el que murieron varias personas. El templo dedicado a San Miguel Arcángel quedó tan dañado que ya no se pudo recuperar. Era, sin duda, uno de los más hermosos de Sonora”, publicó la antropóloga con unas fotografías antiguas.
A su vez, Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología (INAH) en Sonora, calificó el asesinato de Padilla Ramos como “una gran pérdida para el grupo intelectual de Sonora, para las luchas sociales, para la memoria y patrimonio nacional de México y de Sonora; fue una gran investigadora, una mujer preocupada, representa una pérdida inesperada, muy grande, una gran académica que de alguna manera sintetiza lo mejor del INAH”.
Padilla, nacida en Hermosillo el 19 de septiembre de 1967, era profesora investigadora del INAH desde 1992, con estudios de licenciatura en antropología con especialidad en historia y maestría en etnohistoria, ambas por la Universidad Autónoma de Yucatán.