MÉXICO, D.F. (apro).- El Acuerdo de Integración Comercial (AIC) entre México y Perú entró en vigor este 1 de febrero después de estar “atorado” en el Senado de al República, tras la inconformidad de empresarios agropecuarios. Este día, la Secretaría de Economía (SE) informó que el pacto busca incrementar los flujos de comercio e inversión bilaterales, tomando ventaja del dinamismo económico que ambos países tienen en la región latinoamericana. Por su parte, la embajadora de Perú en México, Astete Rodríguez, destacó que con el AIC se espera, en los primeros cinco años, "duplicar el intercambio comercial, negocios e inversión" entre ambos países. La diplomática, quien presentará en próximos días sus cartas credenciales al gobierno mexicano, dijo a Efe que el nuevo tratado de libre comercio superará los 3 mil millones de dólares durante su primer lustro. El acuerdo, que ambas naciones negociaron durante cinco años y suscribieron en abril de 2010, establece preferencias arancelarias para más de 12 mil productos Mientras la SE, a cargo de Bruno Ferrari, señaló que México importará, vía cupos, productos como toronjas y limón, preparaciones lácteas y plátanos originarios del país andino. Además, pimientos de conserva, manteca, grasa, aceite de cacao y cacao en polvo, naranjas, maíz, leche evaporada, dulce de leche, frijol, chiles secos (páprika), calzado, cacao en grano y aguacate. Mientras que México podrá exportar productos de la industria manufacturera, como transporte, textiles, aparatos eléctricos y electrónicos, principalmente. La SE precisó que los dos países establecieron compromisos en cuatro grandes rubros. El primero es el comercio de bienes que incluyen aranceles, reglas de origen, procedimientos aduaneros, reconocimiento mutuo de denominaciones de origen, salvaguardas, medidas sanitarias y fitosanitarias, obstáculos técnicos al comercio y prácticas desleales. El segundo es el comercio de servicios: transfronterizos, financieros, entrada temporal de personas y reconocimiento mutuo de certificados de estudios. El tercer rubro es la inversión, que incluye garantías a los inversionistas y acceso a un mecanismo de arbitraje internacional. En tanto que el cuarto rubro es un mecanismo de solución de controversias.