San Salvador (apro) - La última novela del salvadoreño Horacio Castellanos Moya, “Donde no estén ustedes” –publicada por Tusquets-Editores 2003, con distribución para Latinoamérica--, es una obra que impacta y sigue la línea de lo que pudiéramos llamar la narrativa de la posguerra salvadoreña Es tan viva como la realidad misma de El Salvador, con sus reminiscencias de un cruel conflicto que dejó grietas sociales y cifras escalofriantes: 75 mil muertos, 8 mil desaparecidos y un millón de refugiados
“Hay libros que entretienen, otros que hacen sentirse bien y otros que perturban De esos libros es esta sorprendente y estremecedora obra”, dice Javier Goñi, del suplemento cultural “Babelia”, del periódico madrileño El País, cuando comentó la obra del novelista salvadoreño
La novela de Castellanos Moya, quizá el más importante narrador de El Salvador de posguerra, tiene una trama en la que destacan tres protagonistas Uno de ellos es un exembajador salvadoreño, abandonado por aquellos a quienes consideró sus amigos y que se encierra en un mundo de soledad y autodestrucción, hasta que muere víctima del alcohol en tierra extranjera (México) Otro protagonista es Pepe Pindonga, un periodista frustrado que termina haciendo de investigador privado ante su fracaso de los medios locales de prensa El tercer protagonista es la sociedad carcomida, específicamente la salvadoreña en la actual etapa de la posguerra
El exembajador, Alberto Aragón, es un hombre culto, hijo de una distinguida familia y criado en un ambiente burgués liberal, tan liberal que es amigo de comunistas y hasta llega a confabular con éstos en varios intentos de derrocar a las dictaduras imperantes Su hijo y su nuera son asesinados por “escuadrones de la muerte”, pero luego acepta un cargo de embajador en el gobierno contrainsurgente, cargo que después abandona para ayudar a la guerrilla y tratar de salvar al hermano de un líder rebelde que ha sido capturado por los militares Toda una madeja de “traiciones” y de “oportunismos” para la sobrevivencia
Llega la paz “negociada” a El Salvador y Aragón es abandonado por unos y otros; se desvanece en la miseria La única que lo acompaña es su pareja, una mexicana 40 años menor que él (acaso un ángel de esperanza) con quien huye al DF, donde también le dan la espalda aquellos a quienes creía sus amigos ¿Quién puede querer a un borracho? Es la idea esencial de la deshumanización La “humanidad” de un hombre reducido al “pinche” trago, según la norma social marginadora que conduce a la insensibilidad y al abandono de las víctimas Después de muerto el alcohólico o el drogadicto, justificamos nuestra indiferencia con un “él se lo buscó”
Aparece en la escena Pepe Pindonga, el investigador privado y también alcohólico, abandonado por su joven novia que se le ha escapado a España en “busca de nuevas vergas” Pindonga (el gran libidinoso) es contratado por un millonario, amigo desde la infancia de Aragón, para averiguar cómo murió y si éste dejó “algo” escrito
El interés verdadero del millonario no era su amigo de infancia Quería saber si éste, antes de morir, había revelado un “secreto” que podría haber “manchado su reputación” Millonario y miserable, el contraste verificado en muchos de nuestros patéticos “hombres de negocios”, quienes se jactan de sus apellidos de “abolengo”, pero en su interior navega “un almemierda”, como dice la voz popular
En fin, la obra de Castellanos Moya tiene en su eje la traición (yo traiciono, tú traicionas, él traiciona) La mentalidad miserable de la doble moral y la deshumanización de una sociedad como la salvadoreña Es la realidad de nuestro país Está dibujada nuestra forma de regenerarnos, de querer negar nuestra herencia criminal Es una crítica a la sociedad que se alegra por el horror de los descuartizamientos actuales o de la posibilidad de que una niña, que no es la nuestra, sea violada a plena luz
Castellanos Moya nos avienta golpes al rostro para ver si un día reflexionamos: la esencia del asco del que se tiene que ir de sus tierras, del expulsado, del que huye, del que mata sin el menor remordimiento Nos muestra una vez más el sino de una sociedad prostituida, traidora y cruel en la que vivimos y en la que la lealtad vale mientras haya dinero
El autor de “Donde no estén ustedes”, es periodista Nacido en Honduras en 1957, vivió exiliado en México En la actualidad dirige la sección de investigaciones especiales del diario guatemalteco “El Periódico”, atacado más de una vez por “escuadrones de la muerte”
En 1997 Castellanos Moya publicó la novela “El asco” en El Salvador y le valió no pocas amenazas de muerte Sus últimas obras, “La diabla en el espejo”, “El arma en el hombre” y “Donde no estén ustedes”, lo confirman como el autor más importante que ha parido “a regañadientes” la posguerra salvadoreña y en cuya obra hablan los frustrados excombatientes, los políticos corruptos y traidores, las hipócritas antiabortistas de la gran sociedad y los adictos del consumismo