El Salvador: Los déficit de la paz

martes, 2 de enero de 2007 · 01:00
San Salvador (apro) - Después de 15 años de concluida la guerra civil y a unas semanas de un aniversario más de la firma de los acuerdos de paz de Chapultepec, El Salvador enfrenta el desafío histórico de retornar al sendero de la democratización, proceso en el que se registran estancamientos y retrocesos, mismos que se manifiestan en autoritarismo, impunidad, violencia delincuencial e inequidad sin precedentes Pero existen dos visiones tangencialmente opuestas: la del oficialismo, que cree borrados todos los vestigios de la prolongada guerra (1980-1992), y la de la oposición política y de grupos civiles, que insisten en retomar el sendero de la paz, si es posible, a través de un nuevo pacto Retornar a ese estadío posibilitaría, como ideario mínimo, construir una sociedad con estado de derecho; irrestricto respeto a los derechos humanos y políticos, así como la consolidación de una cultura política que edifique un modelo incluyente, en el que la distribución más equitativa de la riqueza sea la condición básica de las relaciones sociopolíticas para las futuras generaciones, indican analistas locales El Salvador fue dominado por dictaduras entre 1931 y 1992, que se caracterizaron por la persecución política, la tortura, el asesinato y el cierre de espacios democráticos Luego se vio sumergido en una guerra cruenta entre 1980 y 1992, que dejó más 75 mil muertes, 6 mil desparecidos y unos 50 mil lisiados, y que cerró ese capítulo de su historia tras la firma de los Acuerdos de Paz, el 16 de enero de 1992, en el Castillo de Chapultepec, en la ciudad de México Tales acuerdos establecieron en esencia que se llevara a cabo la desmilitarización de la sociedad, un férreo compromiso de respeto a los derechos humanos y la reconciliación de la sociedad, al tiempo que el movimiento guerrillero aglutinado en el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), inició su vida dentro del marco institucional, convirtiéndose en partido político Quince años más tarde, en opinión de analistas, protagonistas de la firma y representantes de organizaciones laborales, se ha establecido una "contrarreforma" global de lo pactado en Chapultepec, impulsada por grupos fácticos de poder, que ha generado nuevos conflictos, el repunte de la polarización, el deterioro de la institucionalidad y que "la voracidad de estos grupos" ha ensanchado la brecha entre ricos y pobres Para Salvador Sánchez Cerén, excomandante guerrillero signatario de los Acuerdos de Paz, y ahora jefe de la fracción legislativa del FMLN, desde la firma del pacto, grupos de poder de la derecha han bloqueado el proceso democrático, a través del incumplimiento de varios acuerdos y la desnaturalización del espíritu de lo firmado en México "El impacto de esas decisiones impidieron que la democracia avanzara y se consolidara Por el contrario, algunos sectores nuevamente acarician el modelo autoritario", sostuvo el político, quien fue conocido en la guerra como "comandante Leonel González" Agregó que la derecha, al no contar con cultura política, "se ha aferrado al gobierno y tiene temor a la alternancia, para lo que han implementado mecanismos para impedir que el FMLN acceda al Ejecutivo" Como ejemplo, apuntó la aprobación de leyes que buscan "crear miedo y exclusión", como la reciente aprobada Ley Antiterrorista, "con el propósito de intimidar a los adversarios políticos, pero en la que violan los derechos humanos" Sánchez Cerén dijo que los cuatro gobiernos del Partido Arena (1989 hasta la fecha) "han promovido la impunidad sobre muchos casos de masacres y violaciones a los derechos humanos, lo que deteriora la institucionalidad y el estado de derecho" Analistas coinciden que, en los últimos años, El Salvador experimenta un retroceso en el respeto a las libertades civiles y políticas, y que muchas de las medidas implementadas han desnaturalizado algunas instituciones surgidas de los Acuerdos de Paz, como la Policía Nacional Civil (PNC), la cual ha sufrido reformas a su ley orgánica y su doctrina, que la han transformando en una corporación policial muy alejada del espíritu con que nació La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH, también creada por el pacto de paz), ha denunciado en reiteradas ocasiones que la PNC es la institución del Estado que más viola los derechos humanos de la población, y que en un interior funcionan grupos de exterminio social El error neoliberal Héctor Vidal, analista y exasesor de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), dijo a Apro que, si bien se observan cambios positivos en estos años del modelo económico implementado por Arena, el país está en un escenario muy distante del que se imaginó "en materia económica y del proceso político" que se inició con la firma de la paz Vidal señaló que, tras el apego casi a ciegas que El Salvador hizo de las reformas estructurales preconizadas por el consenso de Washington (medidas neoliberales) y auspiciadas por el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), es notable que, "después de 15 años, el haber adoptado sin reservas ese modelo, no fue lo más recomendable" Dijo que, durante la administración de Francisco Flores (1994-1999), El Salvador reportó el peor desempeño económico en la historia reciente, debido a "decisiones atropelladas y muy autoritarias Nosotros, a pesar de haber cumplido con todo ese recetario, caímos en esa trampa de lento crecimiento; en América Latina somos de los menos exitosos" En ese período se dolarizó la economía en un plan secreto que no permitió el debate social Reconoció, además, que los procesos de privatización desarrollados desde 1989, incluido la banca, las telecomunicaciones, el sector distribuidor de energía eléctrica, entre otros, adolecieron de transparencia, y que los poderes fácticos no sólo inciden, sino que han obligado a los gobiernos a tomar decisiones en su favor "A lo largo del tiempo, el modelo privilegió la tercerización de la economía, donde están los intereses de grandes importadores, del sector financiero, de empresarios de centros comerciales, tarjetas de crédito, quienes logran altos niveles de rentabilidad y de poco riesgo", aseguró el economista y empresario local Según Vidal, el problema más grave tiene que ver con la desigualdad del ingreso Explicó: "El 20 por ciento de la población más rica acapara el 80 por ciento del ingreso nacional, y el 80 por ciento de la población más pobre recibe apenas cerca del 18 por ciento", principalmente por "la voracidad de algunos actores importantes, que tienen una visión de cortísimo plazo, sin pensar en el progreso, la equidad y la inclusión Si están comprometidos con el país, deberían pensar de manera diferente" Para el dirigente sindical Gilberto García, del Centro de Estudios y Apoyo Laboral (CEAL), el tema socioeconómico es la "deuda más grande" de los Acuerdos de Paz, ya que, a pesar de que éstos establecieron el Foro de Concertación Económico-Social como mecanismo para dirimir conflictos laborales entre patrones y trabajadores, éste fue prácticamente desechado casi de inmediato en la posguerra Como alternativa, en 1994, el gobierno de Alfredo Cristiani transformó el Foro en Consejo Superior del Trabajo, instancia en la cual, de acuerdo con García, predominan los intereses de la patronal, no sólo por la composición dispareja (representantes de la empresa privada, gobierno y trabajadores), sino porque los representantes actuales del sector de trabajadores "son afines con las políticas gubernamentales No representan nuestros intereses; siempre han validado los intereses de la empresa privada y del gobierno" Añadió: "Efectivamente, el desecho del Foro es una de las muestras del por qué hay muy poca concertación, pero otra cosa es que los grupos de poder hegemónicos, que han tomado control de la economía y del gobierno, han estado poco interesados en la concertación y han privilegiado la imposición de un modelo acordado entre los grupos poderosos y la cúpula gubernamental y los organismos internacionales, y los sectores populares han estado ausente en esas decisiones" A juicio de García, la situación de los trabajadores se ve cada vez más deteriorada; su capacidad adquisitiva ha caído, y lo único que evita el colapso de la economía son las remesas que envían los salvadoreños en el extranjero Una visión que encaja con lo manifestado por Vidal: "Un país que no dedica una proporción de su ingreso nacional para ahorrar y, consecuentemente, invertir no tiene viabilidad; excepto que pensemos que nos vamos a seguir manteniendo por el flujo de las remesas o por fuentes no legítimas, como el narcotráfico y el lavado de dinero" En tanto, Sánchez Cerén considera que, a pesar de los obstáculos después de 15 años de firmada la paz, El Salvador todavía está a tiempo de "retomar al sendero de la democratización y reabrir el espíritu de los Acuerdos de Paz" En ese sentido, y bajo el entusiasmo del auge de las izquierdas en Latinoamérica, el FMLN "calienta" motores para la contienda electoral de 2009, en la que espera lograr el "cambio", el cual estaría dirigido, según sus líderes, a consolidar la democracia y el desarrollo social

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