Dilma debutará en cumbre del Grupo de los 20

lunes, 1 de noviembre de 2010 · 01:00

SAO PAULO, 1 de noviembre (apro).- Un día después de haberse convertido en la sucesora de su mentor político, el mandatario Luiz Inacio Lula da Silva, la presidenta electa Dilma Rousseff anunció su presencia en la cumbre del Grupo de los 20 (G-20) de la próxima semana en Corea del Sur, en el primer gran anuncio de la transición hasta su asunción, el próximo 1 de enero.
Economista de 52 años, socialista que luchó contra la dictadura militar, que la apresó durante casi tres años y la torturó por 22 días seguidos, Rousseff debutará ante la comunidad internacional el 11 y 12 de noviembre en Seúl, adonde llegará en el avión de Lula, el constructor de su candidatura y su victoria.
     La primera mujer electa presidenta de Brasil fue durante cuatro años la jefa de ministros de Lula y la encargada de coordinar las grandes obras de infraestructura. Desconocida para el gran público, Rousseff venció por 56 a 44% al opositor José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), en la segunda vuelta del domingo pasado, con una diferencia de 12 millones de votos.
     Era la primera vez que se presentaba en unas elecciones y aun así ganó la Presidencia.
     En su discurso de la victoria, agradeció a su jefe político, quien tendrá un rol de consejero de lujo de su gobierno. Entre lágrimas, dijo: “Tengo la honra de haber recibido el apoyo de Lula, de haber aprendido de la sabiduría de él y de haber convivido todos estos años con él, eso me dio una dimensión de un gobernante justo y apasionado”.
     Pero su voz se quebró cuando dijo expresó tenía una “doble sensación”: la “inmensa alegría por la victoria, pero también pena por final de la gestión de Lula”, el presidente más popular de la historia brasileña, con 85% de aprobación, con base en sus políticas de crecimiento económico que generó 15 millones de empleos en ocho años y el ascenso social de 28 millones de miserables a la clase baja y de 35 millones de pobres a la clase media, además de haber incorporado a 700 mil jóvenes pobres a las universidades federales.
     “Golpearé mucho la puerta de Lula y tengo certeza de que la encontraré siempre abierta. Sabré consolidar y avanzar su obra”, subrayó.
La gran meta de su gobierno --aparte de mantener la estructura macroeconómica y aplicar el ahorro en sectores del gobierno sin afectar los planes sociales y las inversiones públicas-- será la erradicación de la miseria.
“Voy a honrar a las mujeres brasileñas para que este hecho hasta ahora inédito se transforme en un evento natural y que se pueda repetir y ampliar en las empresas, en las instituciones civiles y en toda la sociedad”, ofreció.
Rousseff también pidió a los padres brasileños de mujeres que las miren a los ojos y les digan: “Sí, la mujer puede”.
“La erradicación de la miseria es la meta y pido el apoyo de todos para llegar a superar ese abismo para ser una nación desarrollada”, sostuvo.
En línea con el gobierno de Lula, las directrices de política externa serán apostar a la relación Sur-Sur y acrecentar un perfil latinoamericano en niveles comerciales y políticos.
     Además, y en esto radica su participación en el G-20, en el marco de la llamada “guerra de las divisas”, apuntó a continuar la lucha de Brasil para cambiar la arquitectura financiera internacional.
     “Lejos de decir que nos cerraremos al mundo”, dijo, apostaremos al mercado interno, la gran solución de Lula para la crisis iniciada en 2008 en el sistema hipotecario estadunidense.
     También prometió trabajar para “el fin del proteccionismo” y contra la llamada “guerra cambiaria” mundial, así como para limitar la especulación financiera dentro del multilateralismo. “El pueblo no acepta la inflación”, acotó, en lo que pareció un aviso a los sectores económicos de tendencia liberal, y por lo mismo expresó su compromiso con la estabilidad.
     En el plano interno, Rousseff contará también con el Fondo Social que provendrá del sistema de explotación de ganancia compartida de las reservas petroleras brasileñas submarinas, que pueden colocarlo en el octavo lugar mundial dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
     Rousseff contará con un Congreso oficialista, con mayoría en las dos Cámaras. El próximo miércoles comenzará oficialmente la negociación con los partidos aliados para conformar el próximo gobierno.
     La prensa brasileña, un día después de la victoria, colocó a Lula como el principal articulador del período Rousseff para un posible retorno en 2014, en las elecciones de octubre de ese año, después de que se celebre el Mundial de Futbol en esta nación.
Según el diario Folha de Sao Paulo, Lula estaría buscando mandar buenas señales al mercado financiero y a la industria con la permanencia en el próximo gobierno del ministro de Economía, Guido Mantega, y el presidente del Banco Central, Henrique Meirelles.

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