Holanda: la derechización y la memoria de Frieda
MÉXICO, D.F., 18 de agosto (apro).- El Ministerio Holandés de Relaciones Exteriores envió instrucciones a sus embajadas, el pasado miércoles 11, para explicar el papel que desempeñan el Partido Por la Libertad (PVV) y su líder, Geert Wilders, en la formación de un nuevo gabinete.
Las explicaciones se han vuelto necesarias, ya que el PVV ganó varios escaños en las elecciones legislativas del 9 de junio pasado, lo que significa que Wilders puede tener gran influencia en el futuro gobierno de coalición.
Y es que Geert Wilders tiene una política antiislamista tan agresiva, que enfrenta a la justicia bajo cargos de sembrar el odio y la discriminación contra musulmanes.
Según el exministro de Relaciones Exteriores holandés Ben Bot, la economía holandesa depende en un 70% del mercado exterior, y muchos de los socios comerciales son países con grandes sectores de población islámica, razón por la cual es peor guardar silencio que ofrecer una explicación.
En las elecciones del pasado 9 de junio ningún partido dominó, lo que obliga a la formación de un gobierno de coalición. Hasta el pasado jueves 12, las negociaciones eran protagonizadas por los líderes de los partidos Liberal (VVD), Democristiano (CDA) y Por la Libertad (PVV).
En realidad, si se realiza será una coalición minoritaria, ya que entre liberales y demócrata-cristianos no tienen una mayoría parlamentaria, por lo que necesitan el apoyo de la extrema derecha, pero sin que ésta forme parte del Ejecutivo.
Pero aquí el punto nodal es que el PVV podrá disfrutar de una posición cómoda, pues desde la línea podrá mantener su posición agresiva contra el Islam y los inmigrantes no europeos, sin asumir responsabilidad política alguna al no conformar directamente el gobierno.
Todos los partidos que participan en la formación del nuevo gobierno tienen el respaldo de los votos, además de legitimidad, y no se han salido de la legalidad ni de las reglas democráticas.
Wilders compara al Corán con el libro Mi Lucha, escrito por Adolf Hitler, y afirma que el Islam no es una religión, sino una ideología, por lo que sus creyentes no deben tener los derechos que tienen los fieles de otras religiones. Incluso en septiembre de 2007 dijo a los micrófonos de Radio Nederland que se debería prohibir el Corán.
La Fitna de Wilders
Wilders preparó en 2008 una película titulada Fitna (palabra árabe que define un cisma religioso), donde afirma que el Islam promueve el terrorismo, el antisemitismo, la homofobia y la misoginia, y se expande rápidamente por Holanda. El político neerlandés vincula así al Corán con la violencia.
Frente a ello, la fiscalía de Amsterdam acusó al parlamentario de incitación al odio y lo llevó a juicio el 20 de enero de 2010.
Cabe señalar que Holanda tiene una población de 16 millones de habitantes, 800 mil de los cuales pertenecen a la comunidad musulmana.
El dirigente del PVV hizo colectas a nivel mundial para pagar su juicio, al que calificó de un atentado contra la libertad de expresión, y dijo que era perseguido por sus ideales. Los días 18 y 19 de enero declaró ante los medios holandeses que deben poder decirse "las verdades del Islam", aun cuando puedan ser dolorosas para algunas personas.
En 2009 Wilders intentó presentar su cortometraje en Londres, pero las autoridades británicas no sólo prohibieron la exhibición de la cinta, sino que detuvieron al líder del PVV en el aeropuerto y le impidieron el ingreso a Gran Bretaña.
Ingrid de Vries, periodista y analista holandesa, afirma categórica a Apro: “Si Wilders llega a ocupar algún puesto importante en el gobierno, en dos o tres meses explotará la bomba política que él representa. A los miembros del PVV no se les puede tomar en serio, y si llegan a ser ministros será una catástrofe para este país”.
Wilders, continúa, “afirma que el Islam no es una religión, sino una ideología, y que por eso no puede tener los derechos de otras religiones. Quiere cerrar los colegios islámicos. Aquí en Holanda hay colegios cristianos, judíos e islámicos.
“Quiere prohibir la construcción de mezquitas, acabar con el derecho de asilo, cerrar la puerta a los extranjeros, en especial a los musulmanes, y no dar un centavo en la lucha contra el calentamiento global, al que considera un mito. Quiere acabar con las instituciones culturales públicas, como las orquestas sinfónicas e incluso la Radio Nacional de Holanda, pero, eso sí, quiere crear un nuevo impuesto para quien use el velo islámico y crear un registro de todos los holandeses, de corte policial”.
La analista afirma:
“Wilders está convencido de que los holandeses nos estamos islamizando y por eso quiere prohibir todo lo que huela a Islam. Con estos puntos él ganó muchos votos, pero ningún partido acepta estos puntos, así que la gran pregunta es: ¿cederá Wilders en sus propuestas extremas, con tal de participar en una coalición de gobierno? Holanda siempre fue el ejemplo a seguir en tolerancia, integración y buena convivencia de una sociedad multicultural…”.
Ingrid de Vries concluye: “Mi gran temor es que eso se pierda”.
Contra el racismo
Apro visitó a la activista Frieda Menco, amiga de Ana Frank, sobreviviente de Auschwitz. Desde hace 60 años, Menca lucha en contra de la discriminación y el racismo.
La nonagenaria Frieda, con lucidez y memoria intacta, afirma que “El PVV es antimusulmán y racista. Es algo terrible”. Sin embargo, añade, “hay que reconocer que los holandeses en general estarían contentos de que no hubiera ‘tantos extranjeros”.
Explica que los holandeses no son tan religiosos como lo fueron antes. Sin embargo, dice que preguntan a los extranjeros de dónde vienen y los juzgan por su procedencia.
“Soy una activista en pro de los derechos humanos y en contra de cualquier tipo de explotación y discriminación. Odio cualquier tipo de racismo. No me importa qué partido sea el que tenga políticas xenófobas. A ellas es a las que me opondré con todas mis fuerzas”, afirma Frieda.
A esta mujer le invade un dolor intenso, se pone pálida, respira hondo y continúa:
“Desde muy chica aprendí lo que es el racismo y la discriminación. Durante el nazismo tomé de pronto conciencia de lo que significaba ser judío. Soy judía y lo aprendí. No hay discriminación que sea buena”.
--¿Cómo enfrenta usted la discriminación en Holanda, a los grupos xenófobos? --se le pregunta.
--Con información y reflexión. Tenemos muchas posibilidades. Desde hace diez años estoy muy activa en una organización de jóvenes que tiene ramificaciones aquí en Holanda, en Estados Unidos, Alemania, Dinamarca, Francia y Bosnia. Luchamos juntos contra el racismo.
“Recientemente hablé con muchos jóvenes sobre lo que puede pasar en Holanda”, dice.
Y reflexiona: “Hay cambios en el mundo y en Holanda también, y debo decir que en los últimos tiempos hay mucha incertidumbre e inseguridad. El mundo se ha tornado otra vez amenazante y el racismo y discriminación han jugado un papel muy importante en esto…
“A veces la discriminación empieza con un pequeño grupo que va creciendo y creciendo y no se sabe cuándo terminará o en qué terminará. Tuve un amigo que me decía: ‘la discriminación termina en cámaras de gas’. Yo siento que en Holanda ahora hay más discriminación que antes”.
--¿Por qué un partido tan racista como el PVV recibió tantos votos en las pasadas elecciones?
--Eso es horrible y eso dice mucho sobre los votantes. Hay muchos holandeses que discriminan a los musulmanes y afirman que nos roban el trabajo, que viven de la ayuda social, que traen sus prejuicios y los siembran. Es egoísmo, todo para uno y no compartir con otros. Esos holandeses no son sociales hacia la humanidad, sino con su círculo cerrado de amistades, con su grupo.
--¿Es solamente egoísmo o también hay miedo a las culturas desconocidas?
--Todo lo desconocido puede producir miedo. Es parte de la naturaleza humana. Pero en el caso actual de los Países Bajos no creo que se trate de miedo a los desconocidos, sino miedo a compartir el poder, miedo a perder el poder, miedo a que los otros también tomen decisiones y participen. Miedo a ceder poder. Pero también hay muchos elementos irracionales.
Y pregunta: “¿De donde viene el antisemitismo que es tan viejo como el mundo?”
--¿El que tanta gente haya votado por la ultraderecha significa que ya se olvidó lo aprendido en la Segunda Guerra Mundial?
La sobreviviente a los experimentos del doctor Mengele mira al piso y dice con amargura:
“No se aprendió nada. Hubo personas que sí aprendieron. Es difícil aprender. Los jóvenes que conozco quieren aprender, quieren saber qué pasó, pero el hombre común de la calle no se cuestiona sobre lo que pasó en la Segunda Guerra Mundial, no piensa en ella; el ciudadano promedio quiere consumir, pasarla bien y ya”.
--¿Fueron los judíos los únicos que aprendieron de la Segunda Guerra Mundial?
--En buena parte, pero todo depende de en qué país vives. No es lo mismo ser judío en Europa que en Estados Unidos o Sudamérica. Lo que aprendas depende de dónde vives. Tus experiencias como judío se forman de tu entorno, de dónde vives y cómo vives, del dinero, del lujo que tengas y de la ética de tu vida cotidiana.
Durante la entrevista, Frieda rememora: “Cuando regresamos de Auschwitz (Polonia) fue todo muy difícil. Mi madre y yo fuimos las únicas que sobrevivimos de toda la familia. A todos los mataron: abuelos, tíos, primos… No teníamos ni dinero ni trabajo. Yo no terminé mis estudios en tiempos de los nazis, pero ya libre, me puse a aprender todo lo que pude. Me casé y tuve dos hijos. Mi esposo y yo abrimos una oficina de asesoría financiera.
“Entre tanto, organicé un grupo para ayudar a personas que, como yo, habían perdido todo. Quería ayudarles, pues estaban solas e indefensas. Pronto ese grupo se convirtió en una organización muy grande”.
Y es que, añade, “fue tan traumático, tan horrible regresar de un campo de concentración… Llegas a tu ciudad natal y te enteras de que toda tu familia está muerta, de que todos tus amigos también lo están, de que ya no existen las tiendas, las escuelas o los cafés a los que ibas, que estás completamente solo en el mundo. ¿Puedes imaginártelo? Desde entonces lucho contra el rasismo y la discriminación. Lo he hecho durante décadas”.
Frieda dirige la organización Humanidad y Acción. Ante la pregunta de si es una organización judía, sionista o religiosa, responde: “Para nada”.
Explica: “Yo soy atea. Si dios existiera, no habría habido Holocausto. Luchamos contra todo tipo de discriminación o racismo.
“El domingo pasado, aquí en mi departamento recibí a 30 jóvenes de diversos países que preguntaban y preguntaban. Lo primero es contarle a la gente lo que sucedió. Fundé el grupo de ayuda para solucionar problemas inmediatos, pero también porque yo estaba convencida de que mis hijos no debían pasar por lo que yo pasé. En ese sentido, las políticas del PVV no deben pasar”, concluye.
cvb
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