Pakistán: La catástrofe creciente
LONDRES, 9 de septiembre (apro).- Las recientes crecidas provocadas por las lluvias durante la temporada de huracanes motivaron que ciudades enteras y tierras de cultivo en el noroeste de Pakistán quedaran sumergidas por completo bajo las aguas, amenazando con provocar una catástrofe humanitaria y sanitaria a largo plazo por la desaparición de escuelas, carreteras, puentes y hospitales.
Las inundaciones sin precedente en suelo pakistaní, las peores en el país en la historia reciente, han dejado como saldo más de mil 600 muertos, 8 millones de desplazados, 20 millones de damnificados --de los cuales 8,2 millones son niños, 270 mil con malnutrición-- y 14% de todas las tierras cultivables del país dañadas severamente. Sólo en perjuicios por cosechas perdidas se estima que la suma supera los 3 mil millones de dólares.
En un informe publicado el pasado 26 de agosto en Londres, La organización civil Oxfam advirtió que los trabajos de reconstrucción en Pakistán deben iniciar de inmediato para evitar que el desastre causado por las inundaciones se convierta en una catástrofe humanitaria y sanitaria a largo plazo.
Según Oxfam, se necesitarán miles de millones de dólares para empezar a reconstruir de manera inmediata la infraestructura pública esencial para el funcionamiento del país, que tiene a 40% de su población bajo la pobreza.
Al llamado de alerta de Oxfam se sumó el realizado el pasado 28 de agosto por el Fondo de Naciones Unidas para la infancia (UNICEF), que advirtió que decenas de miles de niños están en riesgo de morir o sufrir desnutrición.
También indicó que aumenta el riesgo de propagación de enfermedades mientras las inundaciones retroceden, pues han dejado grandes cantidades de agua estancada en zonas habitadas por millones de personas.
Además, la agencia de la ONU para la infancia sostuvo que entre esos 17 millones de afectados hay más de 2 millones de niños menores de cinco años, y "al menos el 13% está desnutrido".
En particular, "72 mil están fuertemente desnutridos, mientras cerca de 200 mil tienen una forma moderada de desnutrición", dijo Shahid Mehboob, representante de UNICEF.
De no recibir alimento y agua potable de inmediato, estos niños ya vulnerables "podrían morir de hambre o de infección", agregó.
Oxfam destacó en su documento que un mes después de que las inundaciones comenzaran, la ayuda humanitaria todavía se encuentra en la primera etapa, es decir que se centra en el rescate y la evacuación de los damnificados.
“Las inundaciones comenzaron en el norte, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa --región que había registrado enfrentamientos armados y desplazamientos en 2009--, y rápidamente afectaron a otras provincias”, indicó el informe, que califico los daños al país como “inmensos”.
“Poblados enteros han desaparecido, caminos y puentes quedaron colapsados y ahora son intransitables; las pérdidas al sector de la agricultura y la industria son enormes. Y la lluvia sigue cayendo, algo que hace que las tareas de ayuda sean muy difíciles”, subrayó.
También indicó que millones de pakistaníes están ahora desplazados de sus hogares o viven en zonas con aguas contaminadas.
“El peligro de enfermedades por consumo de agua contaminada, como la diarrea y el tifus, especialmente para los más jóvenes, es extremadamente alto, al menos que la gente comience a tener acceso a fuentes de agua limpia y a asistencia sanitaria inmediata”.
En las provincias sureñas de Sindh y Punjab (Layyah, Mianwali y Kota Adu), seriamente afectadas, la asistencia se ha centrado en las personas que se encuentran en campamentos de ayuda provisionales.
“Millones de personas han perdido sus hogares y bienes. Las aguas han devastado miles de hectáreas de sembradíos, edificios, escuelas, puentes y líneas ferroviarias”, según el documento.
Oxfam informó que, además de comida y agua, se están empezando a distribuir vales canjeables por dinero, una forma de invertir en la economía local.
Los vales permiten a las familias elegir productos en una tienda local, aunque sólo funcionan en los comercios que tienen víveres y mercancías almacenados, y sólo los reciben aquellos que están en los campamentos.
El organismo humanitario informó en su texto que numerosas personas que necesitan con desesperación cobijo, comida y agua potable no pueden recibir ayuda porque se encuentran rodeadas por el agua.
Y advirtió que investigaciones de Oxfam en tres regiones de Pakistán mostraron que la gente allí está sufriendo lluvias cada vez más intensas y amenazadoras, especialmente en zonas costeras, con más ciclones, más inundaciones cerca del río Indo y más sequías en las áreas de Khuzdar.
De acuerdo con el organismo, este tipo de patrones climatológicos se están registrando en otras partes del mundo, en su mayoría del mundo en desarrollo, y estimó que para 2015 aumentará en 50%, de 250 a 375 millones, el número de personas afectadas directamente por desastres naturales.
Mubashar Hasan, activista de Oxfam, reportó desde Sukkur la grave situación en el terreno:
“Ni bien llegué a la ciudad de Sukkur, sentí la tensión en el aire. Vi a muchos parar sus autos en el puente Sukkur y mirar ansiosos el río Indo mientras crece día a día. La situación se ha vuelto caótica en los lechos del río, y la Armada pakistaní ha cerrado muchos caminos por razones de seguridad”, narró el experto.
“Sukkur está generando titulares como el próximo lugar posible que será afectado por las inundaciones. Si esto ocurre, de acuerdo con las predicciones oficiales, muchas partes de Sindh quedarán bajo las aguas”, agregó.
Según Hasan, muchos pobladores de la región temen que sus comercios y viviendas queden totalmente bajo las aguas.
“Llegué hasta una zona llamada Bandar Road. Allí vi a mucha gente, niños pequeños, mujeres y ancianos, que caminaban con lo poco que tenían. Ellos me dijeron que sus poblados quedaron totalmente sumergidos bajo el agua y que no tienen dónde vivir. Me dijeron que 3 mil personas están viviendo en chabolas en la ciudad. Muchos duermen en la intemperie, sin trabajo, comida. No hay forma de ganar dinero. La situación es desesperante”, narró.
El documento de Oxfam destacó, en tanto, que el organismo con sede en Londres espera poder ayudar a 1,3 millones de personas acercándoles agua potable y equipos de sanidad para emergencias, aunque advirtió que estas son medidas provisorias.
Neva Khan, director de ese grupo humanitario en Pakistán, indicó en el documento que la población de ese país “era muy pobre y poseía pocas pertenencias”, incluso antes de las inundaciones.
“La extensión de esta crisis sólo está mostrando la punta del iceberg. Cuantos más poblados sean afectados, más oscuro será el panorama. Hay una necesidad desesperada para crear centros habitacionales, llevar más agua potable y baños a la gente, y de esa forma evitar una catástrofe sanitaria”, indicó el directivo.
Y agregó: “La gente también necesita asistencia médica y alimentos básicos. Creemos que un paquete de ayuda a gran escala sólo será posible a partir de un gran apoyo de la comunidad internacional”.
Tras el pedido de Oxfam y de otros organismos humanitarios en la región, el Banco Mundial decidió, el pasado miércoles 1, elevar a mil millones de dólares el préstamo para ayudar a los damnificados por las inundaciones en Pakistán.
El préstamo proviene de un fondo especial para los países más pobres, que prevé la concesión de préstamos a tasa cero. De todos modos, esa ayuda no alcanzará a cubrir las necesidades básicas del país afectado por la tragedia natural.
Tal como explicó tras el anuncio del Banco Mundial el primer ministro paquistaní, Yusuf Reza Gilani, al informar que los daños por las inundaciones alcanzan los 43 mil millones de dólares, y son "casi el equivalente a nueve años de guerra contra los terroristas".
Por su parte, en una entrevista concedida al diario británico The Independent el pasado 24 de agosto, el presidente pakistaní Asif Ali Zardari dijo que para reponerse de las inundaciones, el país necesitará al menos de tres años.
Y advirtió sobre el peligro de que organizaciones terroristas saquen provecho de la crisis. "Siempre he visto a estas organizaciones aprovechar de las crisis humanitarias, y ahora el desafío es evitar que suceda", concluyó.
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