Cuba: reformas con "tiempo propio"

viernes, 21 de octubre de 2011 · 19:06
MÉXICO, D.F. (apro).- Con las reformas económicas que implementa Cuba, “nos estamos jugando la vida”, dice el periodista e intelectual cubano Enrique Ubieta. Director de La calle del medio –un periódico que “trata de acercarse a la vida cotidiana de las personas” y cuya opinión editorial “no es la oficial, pues recoge criterios diferentes”--, Ubieta señala que el proceso de las reformas económicas en Cuba no es vertical, ya que se basa en lineamientos vinculados con la vida de la población. “Se hizo un proceso de reforma desde los barrios y los centros de trabajo. Las reformas se está haciendo 60% desde la opinión de las personas”, dice Ubieta. Diversos medios como el diario español El País, analistas o el presidente estadunidense Barack Obama, han criticado la velocidad y la agresividad de las reformas. El 12 de septiembre, Obama dijo ante una mesa con comunidades hispanas en la Casa Blanca, que las reformas no eran lo “suficientemente agresivas”. Ubieta responde que lo que afuera de la isla se ve como una desventaja, adentro es una virtud, pues las reformas en Cuba son sensibles a correcciones que se pueden hacer sobre la marcha: “Hay intereses que tienen la intención de lanzar dudas de que la Revolución pueda establecer estos cambios, y que pueden tener un límite esos cambios. Quisieran que Cuba pasara a ser un país capitalista más. Se critica la lentitud de las reformas, pero en términos de un avance hacia el capitalismo. “Nosotros tenemos nuestro tiempo propio. Como dije, el proceso de las reformas se puede rectificar en la práctica, eso es lo que quizás haga que parezca más lento. Pero es mejor, ¡porque nos estamos jugando la vida!” Intereses “La gran mayoría de cubanos en Estados Unidos quiere que se normalice la relación con Cuba”, dice Ubieta. El libro El Lobby cubano en Estados Unidos, de 1959 a nuestros días, de Salim Lamrani explica cómo a pesar de esta opinión mayoritaria, existe un grupo de presión cuya influencia en la configuración de la política exterior estadunidense no deja ni que se flexibilice el bloqueo ni que las relaciones mejoren entre los dos países. “Es un grupo de interés, una cúpula, gente que salió y que vive de la política actualmente”, dice Ubieta. Explica que la migración de Cuba a Estados Unidos es histórica, anterior al gobierno comunista. Sin embargo, desde que se dio refugio a los grupos de poder relacionados con Batista y a “la alta burguesía”, la migración, que era un fenómeno común, se transformó en un elemento de presión política. En El Lobby cubano en Estados Unidos, de 1959 a nuestros días se puede leer cómo mediante el estatuto especial de exiliado y, especialmente, la Ley de Ajuste Cubano, la migración es usada para atacar al país caribeño. “La gran mayoría de emigrantes de los ochenta y noventa no se han nacionalizado en Estados Unidos y no votan en las elecciones”, aclara Ubieta, “poco a poco se ha vuelto a entender esto como una migración económica, igual que el caso de México y América Latina”. Ejemplifica: “El cubano que quiere ir a Estados Unidos a hacer fortuna tiene que declararse refugiado político. Firma un papel, le inventan un discurso como opositor que al poco tiempo se olvida.” Eso, señala, es “politizar la migración” por parte de “la mafia” anticastrita que opera en Estados Unidos. A “la china” o “a la vietnamita” Al responder sobre la clase de modelo que adoptará Cuba, Ubieta dice que hay cuestiones propias de cada país que deben ser tomadas en cuenta. “Cuba no es Vietnam ni China, su realidad cultural, social es muy diferente. No puede seguir un modelo. Especialmente porque no existen modelos en el socialismo, un camino largo y sin transitar”, explica. A pesar de la expectativa que generó en la isla el trabajo por cuenta propia y la posibilidad de comprar inmuebles, también hay reformas polémicas como la eliminación de subsidios a ciertos productos y el despido de trabajadores del Estado. Argumenta: “En el caso de los recortes. Lo que sucede es que las personas no caben ya. En la situación laboral de Occidente uno queda en el total desamparo. En Cuba se busca la manera de reinsertar a las personas al trabajo, ya sea en otros lugares o mediante el trabajo por cuenta propia.” Según Ubieta, uno de los problemas de Cuba reside en la falta de fomento de la educación cívica y de las responsabilidades del ciudadano. De acuerdo con él, en muchas partes de la isla se piensa que el Estado debe dar todo, y algunas personas llegan a decir “si no me dan mi ración de leche, no voy a trabajar”. “Hay cosas que puede y debe asumir la población, sus tareas. Y los aspectos comunes de educación, salud, son responsabilidad del Estado”, dice. El periodista sugiere que se debe hacer una pirámide de prioridades: a mayor esfuerzo y estudio, se obtendrá más dinero. Para ello, explica, a los ciudadanos se les hacen ofertas para crear su pequeño negocio. Se está reorganizando la relación entre industria y Estado en función de deberes y derechos, sostiene. Corrupción “En el mundo está la sensación de que si alguien llega a ministerio en la política es corrupto. La historia en América Latina lo tiene muy marcado”, dice Ubieta. Recuerda lo que le comentó un compañero suyo: “la corrupción es el arma secreta del capitalismo contra el socialismo’. Yo digo que es el cáncer del socialismo; en el capitalismo es inherente”. En los cables de Wikileaks 06HAVANA8769 y 06HAVANA8986 se muestra la preocupación del gobierno cubano por la corrupción, en el segundo cable se destaca el despido de cientos de burócratas y la detención de funcionarios de alto rango por corrupción, además del empleo de varios sectores de jóvenes en nuevos puestos. “Los medios reinterpretan que hay mucha corrupción en Cuba. Sin embargo, es de los pocos países que realmente persigue la corrupción. Se parte del criterio contrario. Yo digo que todo se humano puede ser corrupto o heroico”. Cuba aparece en el lugar 69 de 178 en el Índice de Percepción de Corrupción de 2010, más favorecido que Colombia, México y Argentina. Según Ubieta, un sistema de transparencia como el Instituto Federal de Acceso a la Información como el mexicano no asegura que se dé limpieza automática ni que se combata la corrupción. Para él, el sistema del Poder Popular en Cuba, donde los diputados son electos “en cada cuadra” es perfectible pero eficaz si se les da más presupuesto, además de descentralizarse. Ubieta reconoce que hay ciertos errores en Cuba, cosas que podrían hacerse de forma eficiente, fundamentales para que se mantenga el modelo que proclama la revolución cubana. “Lo hemos hecho quizás a destiempo. En el fondo no peleamos contra molinos de viento, sino con gigantes de siete leguas”, afirma. Y además, aclara que, pase lo que pase, “lo que Cuba ha sembrado para sus hijos va a perdurar”.

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