Rousseff propone referéndum para iniciar una reforma política

lunes, 24 de junio de 2013 · 21:10
MÉXICO, D.F. (apro).- Con la idea de poner fin a las protestas más nutridas de que se tenga memoria en Brasil, la presidenta Dilma Rousseff propuso discutir cinco pactos que incluyen la celebración de un referéndum destinado a emprender una “profunda” reforma política en el país. Después de 18 días de enérgicas manifestaciones en todo el país, una de las cuales congregó a 1.2 millones de personas, que han dejado al menos cuatro muertos, Rousseff sostuvo este lunes una reunión con los representantes del Movimiento por el Pase Libre, y otra con los 27 gobernadores y 26 alcaldes de las principales ciudades del país. Al término de ambas reuniones, en el Palacio do Planalto, la sede presidencial, la mandataria sorprendió con su anuncio. Dijo: “Las calles nos están diciendo que quieren que el ciudadano y no el poder económico, esté en primer lugar. […] La energía que viene de las calles es mayor que cualquier obstáculo. No tenemos que quedarnos inertes, incomodados o divididos. “Por eso traigo propuestas concretas y la disposición para que discutamos al menos cinco pactos” que implican acuerdos fiscales, sanidad, transporte público, educación y la reforma política. Con la consulta se pretende “autorizar un proceso constituyente específico para la reforma política. “Brasil está maduro para avanzar y ya dejó claro que no quiere quedarse parado donde está. Debemos también dar prioridad al combate contra la corrupción de manera aún más contundente”, afirmó. Desde 1986, cuando fue revocada la dictadura, Brasil no convoca a un referéndum pero tras las masivas protestas de los días pasados la mandataria consideró que “Brasil ya está maduro para avanzar”. Rousseff omitió detalles sobre el referéndum aunque sí hizo referencia al problema de la corrupción en el gobierno, una de las demandas expresadas en las masivas concentraciones. “Debemos dar prioridad al combate contra la corrupción de manera aún más contundente”, subrayó. En cuanto a los cinco pactos que propone, Rousseff refrendó la  necesidad de mantener la “responsabilidad fiscal para garantizar la estabilidad económica y el control de la inflación”, a lo que concedió una "dimensión especialmente importante en el momento actual, en que la prologada crisis castiga a todas las naciones”. El segundo pacto es el referente a una reforma política que “amplíe los horizontes de la ciudadanía”. Dicha propuesta, admitió, en las últimas décadas “entró y salió más de una vez de la agenda política nacional”. Además, destacó como una prioridad especial el combate a la corrupción y propuso establecer penas más severas para los delitos cometidos por la malversación de dinero público. El tercer pacto atañe a la salud, área en la que pidió acelerar las  inversiones previstas al tiempo que reafirmó su intención de contratar médicos extranjeros para que trabajen en las ciudades y regiones "que más precisan mejorar la atención”. Al respecto Rousseff dijo estar consciente de que enfrentará “un debate democrático” debido a la resistencia de los colegios profesionales del país a esa iniciativa. El cuarto pacto es el relacionado a lo que motivó las movilizaciones sociales: el transporte público. La mandataria reconoció que pese a fuertes inversiones hechas en últimos años, aún carece de la calidad que exige la ciudadanía. Sobre el particular, Rousseff propuso “avanzar más rápido” en la construcción de metros, trenes y otros medios de transporte público e invitó a alcaldes y gobernadores a analizar nuevas “desgravaciones” de impuestos, similares a las que ya ha implementado el gobierno federal en esa área. Asimismo, anunció su disposición a eliminar los tributos federales al diésel utilizado por autobuses y a la electricidad que consumen trenes y metros. El quinto y último pacto es el referente a educación, área en la que reiteró que su gobierno mejorará los presupuestos mediante una propuesta que tramita el Parlamento. La respuesta de hoy fue más contundente a la emitida el viernes pasado en cadena nacional, cuando Rousseff propuso un “gran pacto nacional” para mejorar los servicios públicos y encontrar formas “más eficaces” de combate a la corrupción. El anuncio no acalló las protestas en las calles, si apenas las redujo un poco. El sábado pasado por ejemplo 600 mil personas se congregaron en Belo Horizonte para protestar por la gestión de la Copa Mundial de 2014. El domingo se registraron unas 20 marchas en todo país, aunque la mayoría de ellas apenas llegaban a los 5 mil manifestantes. Este lunes por la mañana murieron dos mujeres atropelladas cuando se manifestaban junto a unas 400 personas por mejoras en los servicios públicos en una carretera de la localidad de Cristalina, en el estado de Goiás. Con ellas se elevó a cuatro las víctimas mortales de las protestas que comenzaron el 6 de junio. Tras la ola de protestas en Brasil, que iniciaron por el aumento de 20 céntimos a la tarifa de transporte público, impactaron en otras disposiciones programadas para los próximos días. Por ejemplo, antes del anuncio lanzado hoy por la presidenta brasileña, el gobernador de Sao Paulo, Gerardo Alckim, miembro del Partido Social Demócrata Brasileña, anunció el domingo pasado la cancelación, durante un año, del aumento al peaje de las autopistas del estado previsto para el próximo 1 de julio. Alckim negó que se trate de una medida populista y dijo que la cancelación del aumento será posible gracias a la renegociación de las condiciones del contrato con las empresas concesionarias, a la implantación de multas por el retraso en las obras y a la racionalización del gasto.

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