México y EU olvidan a la Totoaba

viernes, 20 de febrero de 2015 · 19:58
MÉXICO, D.F. (apro).- A pesar de tratarse de una especie amenazada y cuyo contrabando hacia Estados Unidos persiste, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) omitió cualquier referencia a la situación de la totoaba en su reporte más reciente sobre la pesca ilegal, no reportada y no declarada. El informe bianual Mejorando el manejo de las pesquerías internacionales, enviado el martes 10 por el Departamento de Comercio (DC) al Congreso estadunidense, apenas dedica un párrafo para referirse a la Totoaba macdonaldi, especie endémica del Alto Golfo de California y que, debido a su sobreexplotación, se encuentra en veda total y permanente en México desde 1975. Mediante la aplicación de la Estrategia Nacional para el Combate al Tráfico de Vida Silvestre, NOAA “continuará el fortalecimiento de las alianzas interagencias para abordar el tráfico ilegal de pesquerías y la pesca furtiva de especies marinas protegidas, como la totoaba, las tortugas y mamíferos marinos”, cita el documento, elaborado por el Servicio Nacional de Pesquerías Marinas (NMFS, por sus siglas en inglés) y de 107 páginas de extensión. A inicios de 2014, el presidente estadunidense Barack Obama presentó la Estrategia Nacional para el Combate al Tráfico de Vida Silvestre, basada en el fortalecimiento del cumplimiento doméstico y global de la ley, la reducción de la demanda de vida silvestre comercializada ilegalmente dentro y fuera de Estados Unidos y un mayor acercamiento con actores como comunidades locales y ONG para controlar esa actividad ilícita. “Dado que el reporte abarca la captura incidental de especies protegidas, no hay razón para que no hayan incluido a la totoaba. Por ejemplo, discuten medidas de cooperación relacionadas con la vaquita marina, aunque ésta no queda bajo las provisiones de las sanciones, pues la totoaba pertenece totalmente a aguas mexicanas”, dice a Apro Brendan Cummings, director del Grupo Estratégico de Litigio en el Centro para la Diversidad Biológica (CBD, por sus siglas en inglés). En el reporte, NMSF, adscrita a la NOAA, identifica a Colombia, Ecuador, Nicaragua y Portugal como países en los que se practicado la pesca ilegal, no reportada y no regulada, basada en violaciones a medidas internacionales de conservación y gestión durante 2013 y 2014. La dependencia también señaló a México por haber realizado esas actividades basadas en la sobrepesca de recursos compartidos y captura en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) estadunidense. La totoaba alcanza dos metros de longitud y un peso mayor a 100 kilogramos. Su vejiga natatoria, que le permite sumergirse y flotar, o “buche”, puede costar entre mil 500 y 4 mil dólares en Estados Unidos y diez veces más en el mercado asiático, según autoridades estadunidenses y organizaciones ecologistas. Esa pieza se consume en sopas, valorada por sus supuestas propiedades afrodisíacas, y en tratamientos para la piel. La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, vigente desde 1975, incluye a este pez en su Apéndice I --el de las variedades más amenazadas-- desde 1976. Además, fue incluido en 1986 en la Lista Roja de especies amenazadas de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) y en 1979 en la ley estadunidense respectiva. Mercado clandestino Para Silvia Díaz, coordinadora de la campaña de Océanos de Greenpeace, México no protege a la totoaba, lo cual victimiza también a la vaquita marina. El uso de redes agalleras atrapa también a la marsopa. “En los últimos años su captura se ha incrementado muchísimo, lo que ha provocado el aumento de la muerte de la vaquita. Si no hay control adecuado de que estas especies no sean capturadas en alta mar, es un esfuerzo inútil. Entonces, se debe tener una vigilancia más intensiva”, señala la activista durante una entrevista con Apro. La Comisión Federal de Mejora Regulatoria publicó el 23 de diciembre y el 3 de febrero últimos dos acuerdos que vedan la pesca con redes de arrastre sólo por dos años en el Alto Golfo de California, en una zona de unos 5 mil kilómetros cuadrados, donde habita la vaquita marina. Para compensar las pérdidas por dejar de pescar, las comunidades locales recibirían alrededor de 540 millones de pesos anualmente, iniciativas rechazadas por pescadores de la zona. Además, la ampliación del refugio de la vaquita está programada para entrar en vigor el próximo 1 de marzo con el propósito de impedir el avance de su extinción. Aunque ese hábitat existe desde 2005, el Grupo de Expertos en Cetáceos de UICN reveló en diciembre último imágenes satelitales que muestran unas 90 pangas pescando en la zona. Los decomisos realizados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y juicios procedidos en tribunales de Estados Unidos por contrabando de “buches” dan una idea de la magnitud del mercado clandestino. El 19 de diciembre último, el Departamento de Justicia de Estados Unidos demandó ante la Corte del Distrito Sur de California a Kam Wing Chan y su empresa Kaven Company Inc., con sede en San Francisco, acusados de importación y tráfico ilegal de vida silvestre y contrabando. En mayo de 2013, Kaven –que exportaba muebles y productos marinos mexicanos a Estados Unidos y de ahí a Asia-- aplicó por primera vez para un permiso de importación y exportación de mariscos ante el Servicio de Pesquerías y Vida Silvestre, que se lo concedió y renovó anualmente. Entre septiembre de 2009 y mayo de 2013, los acusados contrabandearon e introdujeron ilegalmente en Estados Unidos productos marinos, incluyendo vejigas de totoaba, de acuerdo con el pliego Caso 3:14-cr-03662-AJB, de 12 páginas, y consultado por Apro. Chan, de 61 años, viajó a México y adquirió unos 2 millones de dólares en mariscos, entre ellos totoaba. El acusado importó esos bienes a Estados Unidos y luego los exportó a Hong Kong, principalmente a empresas operadas por su hermana, y por lo cual recibió más de 3 millones 200 mil dólares. Hacia el 26 de febrero de 2013, Chan importó en San Diego unas 58 vejigas de totoaba provenientes de México. Chan libró la cárcel el 14 de enero bajo una fianza de 25 mil dólares y su próxima audiencia está programada para el 6 de marzo próximo ante el juez Anthony J. Battaglia. En marzo de 2014, la magistrada Marilyn L. Huff, de la Corte del Distrito Sur de California, condenó a Jason Jin Xie a un año de prisión y al pago de 500 mil dólares por el contrabando entre febrero y marzo de 2013 de 270 “buches”. Huff ordenó que ese monto se entregara a México para acciones de investigación, inspección y vigilancia sobre la especie. La querella contra Xie, aprehendido en marzo de 2013 en la garita de Caléxico (California), resalta que la variedad ha registrado escasa recuperación, a pesar de la protección existente, e indica que entre febrero y marzo de ese año se requisó el equivalente a más de 500 “buches” en ese paso fronterizo. A lo largo de 2013 al menos otros tres casos fueron entablados por la justicia estadunidense en tribunales californianos por contrabando de totoaba. En julio último, Profepa detuvo en Baja California a un grupo de traficantes de totoaba que transportaba un cargamento fresco con valor estimado entre 35 mil y 60 mil dólares. En octubre pasado esa instancia aprehendió a ocho pescadores en el Alto Golfo de California cuando pescaban ilegalmente la especie. En noviembre último la procuraduría decomisó 385 “buches” en las instalaciones de Correos de México ubicadas en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, provenientes de Mexicali y enrutados hacia China. Las autoridades mexicanas y estadunidenses no han podido llegar al origen de la cadena para detectar el inicio del tráfico del pescado. Entre 2005 y 2012 se incautaron 341 kilos de la variedad, mientras que entre 2013 y 2014 incautaron en total 18.2 toneladas, 53 veces más, según un análisis de las organizaciones ambientalistas Teyeliz y Defenders of Wildlife. El Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita Marina, integrado por destacados científicos, anunció en agosto último que este cetáceo desaparecerá si no se elimina la pesca ilegal, sobre todo de la totoaba. “Obviamente, tanto la captura incidental como las pesquerías de totoaba y vaquita pueden y deben derivar en sanciones”, enfatizó Cummings. CBD solicitó en septiembre último al gobierno de Obama la imposición de castigos comerciales a México, como el impedimento a la entrada de mariscos mexicanos a Estados Unidos y la pérdida de beneficios portuarios, para detener la pesca ilegal de totoaba, que acentúa el riesgo de extinción de esa especie, así como de la vaquita marina. “No se rastrea toda la cadena. Hay que trazar ésta de manera completa. Existen medidas que Estados Unidos puede tomar, pero confiamos en que el gobierno haga lo que tiene que hacer”, señaló Díaz.

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