WASHINGTON (apro).- El presidente electo estadunidense Donald Trump anunció la nominación del general James N. Mattis como secretario de Defensa. Durante una gira por Cincinnati, Ohio, para agradecer a los votantes su preferencia electoral, Trump oficializó la nominación de Mattis, quien de ser confirmado por la Cámara de Senadores será el primer militar desde 1951 en dirigir al Pentágono. “Es lo más cercano que tenemos al general George Patton”, equiparó Trump en Cincinnati al formalizar su propuesta para la Defensa. Con un historial de gran respeto entre las filas militares, Mattis tiene una gran experiencia en asuntos del Medio Oriente y de Asia. En 2003 comandó una brigada de la división de los Marines durante la invasión a Irak, y de 2010 a 2013 fue el jefe del Comando Central, encargado de la vigilancia y operación de la región del Medio Oriente y el suroeste de Asia. Con 66 años, el general Mattis es un aliado de Trump en términos de manifestarse en contra del acuerdo nuclear que firmó la comunidad internacional con Irán, para evitar que esta última nación desarrollara proyectos de armas nucleares. Como hombre de mano dura, Mattis prefiere las acciones bélicas antes que la diplomacia para resolver conflictos internacionales, y comparte la opinión de Trump de que en Siria se requiere una mayor presión militar acompañada de ataques efectivos y constantes para acabar con el grupo extremista Estado Islámico (EI). No obstante, Mattis difiere con el presidente electo en temas como el del uso de métodos de tortura para interrogar a “combatientes enemigos” o a presuntos integrantes de agrupaciones terroristas. En este mismo tenor, el nominado por Trump para ser secretario de Defensa no comulga con la ideología de quien será su jefe, en el sentido de que un mayor acercamiento con Rusia favorece a los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos. El general Mattis ha declarado en varias ocasiones que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, tiene ambiciones expansionistas y promueve actos de guerra en países donde puede ejercer influencia y manipular a sus gobiernos, como Siria y Ucrania. El último general que fungió como secretario de Defensa de Estados Unidos fue George Marshall, de 1950 a 1951.