La obesidad en niños y adolescentes se ha multiplicado por 10 en cuatro décadas, revela estudio

miércoles, 11 de octubre de 2017 · 14:51
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El número de niños y adolescentes de entre cinco y 19 años con obesidad en todo el mundo se ha multiplicado por 10 en las cuatro últimas décadas. De mantenerse esa tendencia, en 2022 habrá más población infantil y adolescente con obesidad que con insuficiencia ponderal (bajo peso) moderada o grave. En un estudio dirigido por el Imperial College de Londres y la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en la revista The Lancet previo al Día Mundial de la Obesidad (11 de octubre), se analizó la evolución del índice de masa corporal y la obesidad desde 1975 hasta 2016. Se trata del estudio epidemiológico con mayor número de casos, por lo que se requirió la participación de más de mil colaboradores, a fin de procesar información de peso y talla de cerca de 130 millones de individuos: 31.5 millones de entre cinco y 19 años y 97.4 millones de 20 años o más. Las tasas mundiales de obesidad infantil y adolescente aumentaron desde menos de 1% (5 millones de niñas y 6 millones de niños) en 1975, hasta casi 6% en las niñas (50 millones) y cerca de 8% en los niños (74 millones) en 2016. Es decir, el número de individuos obesos en ese rango de edad a nivel mundial pasó de 11 millones en 1975 a 124 millones en 2016. Además se informó que en este último año 213 millones presentaban sobrepeso, si bien no llegaban al umbral de la obesidad. El profesor Majid Ezzati, catedrático de la Facultad de Salud Pública del Imperial College de Londres y autor principal del estudio, señala: “En las últimas cuatro décadas, las tasas de obesidad en la población infantil y adolescente se han disparado en todo el mundo y continúan haciéndolo en los países de ingresos medianos y bajos. En los países de ingresos altos, estas tasas se han estancado en años recientes, pero se mantienen en niveles inaceptables”. Añade: “Estas preocupantes tendencias reflejan el impacto de las políticas y la comercialización de alimentos en todo el mundo, que han hecho que los alimentos saludables y nutritivos sean demasiado caros para las familias y las comunidades desfavorecidas. Si la tendencia actual no varía, toda una generación de niños y adolescentes crecerá con la carga de la obesidad y tendrá un riesgo más elevado de sufrir enfermedades, como la diabetes. “Es preciso encontrar soluciones para que, tanto en los hogares como en las escuelas, las familias y las comunidades desfavorecidas tengan acceso a alimentos saludables y nutritivos. Además, los países también deben establecer normas e impuestos para proteger a los niños de los alimentos malsanos”. Los autores afirman que, si se mantienen las tendencias observadas desde 2000, los niveles mundiales de obesidad en la población infantil y adolescente superarán en 2022 a los de la insuficiencia ponderal moderada o grave en el mismo grupo de edad. En 2016 había 75 millones de niñas y adolescentes y 117 millones de niños y adolescentes varones con bajo peso moderado o grave. Sin embargo, advierten que la insuficiencia ponderal en 2016 (75 millones de niñas y adolescentes 117 millones de niños y adolescentes varones) es un importante problema de salud pública, sobre todo en las regiones más pobres, y reflejan la amenaza que representa la malnutrición en todas sus formas, ya que en las mismas comunidades conviven niños y jóvenes con peso insuficiente con otros que presentan sobrepeso. En muchos países de ingresos medianos, por ejemplo en Asia oriental, América Latina y el Caribe, los niños y los adolescentes han pasado rápidamente de tener predominantemente un peso demasiado bajo a presentar sobrepeso. Según los autores, esto puede deberse al mayor consumo de alimentos de alto contenido calórico. “Estos datos nos recuerdan que el sobrepeso y la obesidad han causado una crisis sanitaria mundial que se agravará en los próximos años a menos que empecemos a tomar medidas drásticas”, dice al respecto la doctora Fiona Bull, coordinadora del programa de la OMS de vigilancia y prevención poblacionales de las enfermedades no transmisibles. En el mismo estudio, la OMS publica un resumen del plan de aplicación para acabar con la obesidad infantil, que se suma a sus directrices para que los trabajadores sanitarios de primera línea detecten y atiendan de forma activa a los niños con sobrepeso u obesidad. La doctora Bull señala: “Es preciso reducir el consumo de alimentos muy elaborados, baratos, con alto contenido calórico y bajo valor nutricional. Además, conviene que los niños dediquen menos tiempo de ocio a actividades sedentarias y que incluyen el uso de pantallas. Para ello, es necesario fomentar la actividad física mediante el deporte y la recreación activa».

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