Papa Francisco

El Papa exige que las nulidades matrimoniales sean "accesibles" a todos, "ágiles" y "gratuitas"

"A vuestro tribunal Apostólico, así como a los demás tribunales de la Iglesia, se le pide que "sean más accesibles, ágiles y posiblemente completamente gratuitos, los procedimientos de reconocimiento de casos de nulidad" matrimonial, pidió el Papa Francisco.
viernes, 29 de enero de 2021 · 10:53

ROMA (EUROPA PRESS).- El Papa instó a los jueces del Tribunal de la Rota Romana a agilizar los procesos legales para otorgar la nulidad matrimonial al tiempo que pidió que sean "accesibles" a todos y "gratuitas".

En la inauguración del año judicial con la tradicional audiencia al Tribunal de la Rota Romana y en un discurso en el que dejó en claro que el bien de los niños "víctimas inocentes de tantas situaciones de ruptura, divorcio o nuevas uniones civiles" debe primar, el Pontífice agregó:

"A vuestro tribunal Apostólico, así como a los demás tribunales de la Iglesia, se le pide que "sean más accesibles, ágiles y posiblemente completamente gratuitos, los procedimientos de reconocimiento de casos de nulidad".

El Papa llevó a cabo en 2015 una reforma del proceso de nulidad matrimonial que garantizaba resoluciones rápidas, eliminando por ejemplo la apelación automática. De hecho, desde entonces la Iglesia puede declarar no válida una unión en tan sólo un mes y medio. Sin embargo, el obispo de Roma ha denunciado "ciertas resistencias" que han aflorado en las diócesis de todo el mundo para aplicar esta reforma.

"Os confieso que, tras la promulgación, he recibido cartas, muchísimas, sobre todo de notarios que iban a perder la clientela. Y ahí está el problema del dinero. En España se dice 'por la plata baila el mono'. También he visto con dolor en algunas diócesis resistencia de algún vicario judicial que con esta reforma perdía poder porque se daba cuenta de que el juez no era él, sino el obispo", señaló.

Discurso sentado por la ciática

El Papa comenzó su discurso disculpándose porque iba a pronunciarlo sentado debido a "un huésped un poco molesto" en referencia a la ciática que le obligó a cancelar parte de su agenda.

También recordó a los jueces que lo que hay que buscar siempre es el bien de los niños: "¿Cómo explicar a los niños que -por ejemplo- su madre, abandonada por su padre y muchas veces reacia a establecer otro vínculo matrimonial, recibe la Eucaristía dominical con ellos, mientras que el padre, conviviendo o esperando la declaración de nulidad del matrimonio, no puede participar en la mesa eucarística?", se preguntó el Papa.

Asimismo. invitó a preguntarse qué será de los menores y de la parte que no acepte la declaración de nulidad.

En este sentido, recordó que, ante un matrimonio legalmente declarado nulo, la parte que no esté dispuesta a aceptar esta disposición es en todo caso un 'unum idem' con los hijos. "Hasta ahora todo parecía obvio, pero lamentablemente no lo es. Es necesario que las afirmaciones de principio vayan seguidas de adecuados propósitos de hecho", aseguró.

Por ello, llamó a los jueces a "identificar el camino que conduce a elecciones congruentes con los principios establecidos".

Y agregó:

"Todos somos conscientes de lo difícil que es la transición de los principios a los hechos. Cuando hablamos del bien integral de las personas, es necesario preguntarnos cómo puede suceder esto en las múltiples situaciones en las que se encuentran los niños".

El Papa insistió en que la declaración de nulidad matrimonial nunca debe ser "un acto frío de mera decisión jurídica".

Por ello, señaló que las sentencias del juez eclesiástico no pueden "ignorar el recuerdo, compuesto de luces y sombras, que marcó una vida, no solo de los dos cónyuges, sino también de los hijos".

Además, recalcó que "los cónyuges e hijos constituyen una comunidad de personas que siempre y ciertamente se identifica con el bien de la familia, incluso cuando se ha desmoronado".

Por último, aprovechó para instar a los obispos a "abrirse” cada vez más al desafío vinculado a este tema.

"Es muy urgente que los colaboradores del obispo, en particular el vicario judicial, los operadores de la pastoral familiar y, sobre todo, los párrocos, se esfuercen por ejercer esa protección, cuidado y acompañamiento del cónyuge abandonado y posiblemente de los hijos, que se someten a decisiones, aunque justas y legítimas, de nulidad matrimonial", concluyó.

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