El último mundo
El país como un inmenso tianguis en que millones de desempleados sobreviven malvendiendo la basura plástica que nos llega de China; el culto de la Santa Muerte como la nueva religión de un lugar que las viejas creencias han abandonado; la destrucción de los bosques y el envenenamiento de los ríos como amenaza creciente para la vida de todos.
En una serie de crónicas cortas esta brillante narradora nos entrega su visión de un México en peligro de extinción, sino es que ya extinto.
De la selva que rodea al sitio de Calakmul a los barrios del centro histórico de la Ciudad de México. Pacheco recuenta sus memorias de un país que se pierde cada vez más en la corrupción, la indiferencia, el desánimo y la desesperanza. Así también nos presenta la situación ecológica de diversos sitios en el país dándonos una imagen de una circunstancia de extrema gravedad pero no totalmente falta de esperanza.
Las enfermedades respiratorias, las alergias de ojos, pulmones y piel y los dolores intolerables de cabeza que miles de personas sufren en México.
Tepito: el barrio más bravo y uno de los más fascinantes de la Ciudad de México aquí puede encontrarse de todo, venderse de todo, perderse todo en especial la vida.
La autora cree fervientemente que aún hay tiempo si actuamos ahora. Desde descripciones de las relaciones personales con su padre y con su novio, la narradora nos ofrece una imagen del mundo que ella vivió y que ahora está transformándose en algo demasiado grande e incomprensible. Estos textos de alta factura literaria buscan otorgar sentido y coherencia a esta realidad en expansión.
El último mundo es contra la urgencia y aspereza de sus temas, una recuperación de la palabra escrita como placer y enseñanza de vida.