Visión con humor y suspenso

lunes, 30 de mayo de 2011 · 22:00
Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943) es uno de los escritores más populares en España. El año pasado recibió el premio Planeta de Novela por Riña de gatos. Madrid 1936 (Ed. Planeta Col. Autores Españoles e Iberoamericanos; México, 2010. 427 pp.). Además ha obtenido, entre otras, las siguientes distinciones: premio de la Crítica por La verdad sobre el caso Savolta (1975), premio Ciudad de Barcelona por La ciudad de los prodigios (1986), y premio al Mejor Libro Extranjero (1988) en París por Una comedia ligera.
Riña de gatos cuanta las peripecias de Anthony Whiteland durante la primavera de 1936. El protagonista es un estudioso de la pintura de Diego Velásquez que viaja a Madrid para acreditar y tasar un cuadro desconocido de este pintor, a petición de su propietario, un connotado aristócrata. La certificación le permitirá a éste venderlo y obtener recursos para apoyar la causa falangista. En ese proceso se ve inmerso en la conflictiva de ese año y se cruza con los indecisos militares (Franco, Queipo de Llano…), el presidente de la República Manuel Azaña, los republicanos, los anarquistas, los comunistas, los espías ingleses y un agente soviético. Todos ellos enfrentados por intereses que terminarán en una riña, cuyas consecuencias serán la pérdida de la libertad y de otros valores, tanto materiales como culturales. Esta novela nos recuerda las novelas de intriga de Graham Greene, y al igual que el inglés, Mendoza recurre a la farsa y el suspenso con los que estructura la historia. Así crea múltiples equívocos. Además borda a sus personajes con características extremas, los nombra de manera ingeniosa, como a los miembros de la embajada inglesa Harry Parker y lord Bumblebee, cual personajes de la saga de Harry Potter o los apellidos de los policías Marranón y Coscolluela. Para luego colocarlos en situaciones anormales y lograr una narración entretenida, chusca y diversa. En la narración destacan los datos sobre la vida de Velásquez que aporta Whitelands, en las conversaciones con otros personajes. Así, de manera escueta pero precisa, hace una relación biográfica del pintor sevillano y analiza varias de sus pinturas. Sobresale la interpretación del cuadro Venus del espejo. Así como la hipótesis ficticia que plantea sobre la posible existencia de otro cuadro similar, en donde los rasgos de la mujer no aparecen difuminados por el espejo, ya que el lienzo fue trazado por el artista para su personal disfrute, debido a una relación sentimental con la modelo. También es importante la caracterización que hace de los falangistas, como ese grupo de aristócratas, ricos, pequeños burgueses… ingenuos y contradictorios que abonaron con su exaltación y falta de sentido político un odio hacia la izquierda, así como la caída del gobierno republicano. Riña de gatos es una novela interesante que, con humor negro, muestra los inicios y sinsentidos de esa gran tragedia que fue la Guerra Civil Española.
 

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