Aspe y Madrazo, el regreso del salinismo

viernes, 28 de diciembre de 2001 · 01:00
México, D F- La repentina reaparición de Pedro Aspe en el equipo de Roberto Madrazo confirma que el proceso de elección de la presidencia nacional del PRI encubre la verdadera confrontación entre los grupos de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, a cuyos rencores y revanchas no es ajeno el gobierno de Vicente Fox Después de la Asamblea Nacional de ese partido, en la que Madrazo se perfilaba como inminente dirigente y virtual candidato presidencial en el 2006, sus adversarios se movilizaron para frenarlo mediante la postulación de la diputada Beatriz Paredes y, en respuesta, los robertistas se descararon Con la adhesión de Aspe, dada a conocer en Navidad mediante un boletín fantasma y confirmada por el exdiputado salinista Angel Aceves Saucedo, emerge el grupo que verdaderamente respalda a Madrazo, el de Salinas --de vacaciones estos días en Acapulco-- y sus siniestras formas de hacer política La maraña de relaciones del salinismo es en realidad la base de Madrazo para catapultarse a la presidencia del PRI El oscuro financiamiento para su precampaña en 1998, además del erario de Tabasco, proviene de empresarios favorecidos por Salinas, como Carlos Cabal Peniche, amigo de los dos Aunque al final del sexenio fue castigado por sus excesos delincuenciales, Cabal recibió de Aspe el banco BCH, que después rebautizó como Unión, y era el empresario prototipo de Salinas y, por tanto, acogido por Madrazo, quien fue recompensado con 13 millones de pesos para su campaña, en 1994, que costó 72 millones de dólares Para nadie es un secreto que Aspe y Zedillo mantuvieron, en el gabinete de Salinas, una agria relación, apenas disimulada cuando el segundo relevó por decisión de Salinas al asesinado Luis Donaldo Colosio, dada la imposibilidad de que el primero fuera el elegido por impedimento constitucional Ramas del mismo tronco priista, fanáticos de la ortodoxia neoliberal, convivían con disimulo, pero el colapso económico de diciembre de 1994 los distanció como grupo compacto y se produjo la ruptura que engendró rencores y revanchas Ambicioso por un futuro que preveía prometedor, Salinas se negó ?junto con Aspe-- a devaluar el peso antes de dejar el cargo y Zedillo se vio de pronto con una bomba que le estalló Salinas lo atribuyó a la impericia de su alumno --"el error de diciembre"--, y Zedillo se vengó encarcelando a Raúl, el mayor del clan Aspe se fue a la iniciativa privada Madrazo no era ajeno a esta reyerta Hecho diputado, senador y candidato al gobierno de Tabasco por Salinas, enfrentó a Zedillo, quien había pactado con el PRD y Andrés Manuel López Obrador elecciones extraordinarias, una vez que se acreditó el fraude en ese estado Los operadores de ese acuerdo fueron el secretario de Gobernación, Esteban Moctezuma, y la subsecretaria Beatriz Paredes, quienes finalmente se doblaron, a pesar de que López Obrador aportó documentos que demostraban el despilfarro Madrazo aprovechó que parte de estos recursos beneficiaron al propio Zedillo Ambos mantuvieron, durante sus respectivos gobiernos, una relación fundada en la complicidad, hasta que la revancha de Zedillo se produjo en 1999 Desafiante, Madrazo quiso ser candidato presidencial y fue aplastado por órdenes presidenciales Derrotado Labastida por Fox, la revancha le tocó ahora a Madrazo, estimulado por la cada vez más cotidiana presencia de Salinas, pero sobre todo por la red de complicidades, a las que Aspe no es ajeno Por ello, no es casual que Madrazo sume a Aspe a su elenco Es la mano de Salinas Ni tampoco que sea Beatriz Paredes --subsecretaria de Gobernación con Zedillo-- quien lo enfrente Así, la reaparición de Aspe --quien como secretario calificó de "mitos geniales" el desempleo y la pobreza-- representa la respuesta de Madrazo a la inminente postulación de Paredes, respaldada por casi todos los seguidores de Labastida, que no son pocos Sin desdeñar la importancia de los procesos partidistas del PAN y del PRD, el del PRI --a finales de febrero-- exigirá una particular atención del gobierno de Fox, porque podría impactar las condiciones de gobernabilidad y porque, ya se ha visto, los priistas suelen dirimir sus diferencias matándose El gobierno de Fox, quien obviamente no deberá intervenir en éste ni en los otros dos procesos internos, debe también tomar nota de la colisión de los dos grupos en el PRI, porque la reaparición de Aspe implicaría también un mensaje de los salinistas en el sentido de que si pretende ajustar cuentas con el pasado, particularmente en el ámbito de la corrupción, encontrará un grupo compacto dispuesto a hacerle frente27/12/01 Comentarios: delgado@procesocommx

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