Análisis Político: El presidencialismo

jueves, 18 de abril de 2002 · 01:00
México, D F (apro)- Durante el régimen priista, una de las frases que mejor representaban el autoritarismo presidencial era aquella de "Sí, señor presidente", que nos rememoraba la novela del escritor guatemalteco, Miguel Angel Asturias, en la cual retrata con gran maestría la figura de los dictadores latinoamericanos El presidencialismo es heredero directo de aquella tradición caudillista que los dictadores utilizaron para gobernar los pueblos latinoamericanos por decenas de años El caso de México lo tenemos bien representado con Porfirio Díaz, quien de héroe defensor en el intento de invasión de Francia a México, pasó a ser el mayor dictador de la historia nacional Una de las características, entonces, del presidencialismo es, como en el caso de los dictadores, el autoritarismo Esto es, la predominancia de su voluntad por encima de los demás poderes, e incluso de las leyes Esta hegemonía del poder la vivimos durante el régimen de poder del PRI durante 71 años de gobierno La voluntad presidencialista la veíamos reflejada en actos de nepotismo y despotismo; también en acciones de corrupción, en la manipulación de la justicia y del Poder Legislativo; o igual en la "línea" y el "dedazo" En fin, en fraudes, persecuciones y violaciones de derechos humanos Pero también en la ausencia de la división de poderes y, en consecuencia, en la falta de un diálogo republicano, necesario en cualquier régimen democrático Superar esta herencia es muy difícil y sobre todo tratar de hacerlo con la simple alternancia en el poder presidencial No es "borrón y cuenta nueva" ni tampoco "safín safado, es perdonado", como van a cambiar los usos y costumbres del presidencialismo Por eso no debe sorprendernos la actitud de Vicente Fox, quien al responder desmesuradamente cuando el Senado le dijo "No, señor presidente" y frenó el viaje que tenía programado para esta semana a Estados Unidos y Canadá, mostró esta faceta del presidencialismo que, a lo mejor, él mismo no había descubierto Antes que nada, esto debería provocarnos una mayor apertura de nuestra perspectiva para comprobar que con el cambio en la Presidencia de la República se hizo evidente una realidad: que actitudes que creíamos exclusivas del régimen priista, como el presidencialismo, es parte de la cultura política nacional Fox también es responsable de cargar con esos atavismos que tanto han dañado al país, como el presidencialismo, lo mismo que otros personajes políticos, como Cuauhtémoc Cárdenas Pero en el caso del presidente habría que tomarle la palabra para realizar una reforma del Estado en la cual se integraría una serie de cambios a la Constitución para acotar las facultades del Ejecutivo federal Un solo hombre no puede realizar los grandes cambios que necesita el país, para ello es necesaria la convergencia de todas las fuerzas políticas y representantes de los sectores sociales Esta idea parecería perogrullada, pero no es así, tiene que ver en el fondo con la propuesta de la reforma del Estado, de la cual se ha hablado desde hace 25 años La reforma del Estado implica la configuración de una nueva arquitectura del poder público, de una nueva constitucionalidad y un nuevo rumbo del país Se trata de llegar a un acuerdo nacional para realizar el verdadero cambio democrático que durante mucho tiempo ha sido utilizado como bandera de campaña o como eje de los discursos demagógicos La clara oportunidad que se presenta ahora para realizar una transformación de fondo a las formas de hacer política en el país quizá no se vuelva a repetir Las condiciones políticas, sociales, e incluso económicas, están dadas para realizar este tipo de cambios sin causar conflictos entre la población o entre los sectores productivos No hacerlo será una irresponsabilidad histórica que todos pagaremos Existen ya propuestas para efectuar dicha reforma, como la de Porfirio Muñoz Ledo que el mismo Fox pidió que se realizara y que hasta el momento no ha tomado en cuenta Sólo con reformas de fondo, con cambios estructurales a las instituciones de poder, podremos hablar de un verdadero gobierno del cambio o de una real transición a la democracia Es hora, incluso, de comenzar a cambiar las formas de expresión en los actos oficiales y en lugar de anunciar al "señor licenciado presidente de la República", presentar al jefe del Ejecutivo Federal, sin mayores cargos nobiliarios Comentarios jgolmos@procesocommx

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