Fox y la feudalización del poder político
México, D F (apro)-El gobierno de Vicente Fox se mantiene sin rumbo, sus principales operadores políticos dan golpes de timón, caen en dislates, y con ello provocan reacciones virulentas de los viejos caciques priistas, que no detenidos a tiempo y por un error de cálculo político, amenazan con paralizar el país
Hace dos años, un par de meses antes que Fox asumiera el poder, el equipo de transición que trabajaba ya en la Secretaría de Gobernación, le hizo un análisis sobre los grupos duros del PRI, de los cuales debía cuidarse, no dejar que emergieran, y la manera de combatirlos
En un documento de doce cuartillas, el equipo foxista presentó una serie de escenarios y una "agenda de riesgos a la gobernabilidad, así como un prontuario de amenazas a la seguridad nacional de un Estado democrático" Incluso, le advirtió de cuáles serían los ámbitos a vigilar, y entre ellos destacaba el grupo de viejos líderes sindicales, de caciques que podrían recurrir al sabotaje
Pero Vicente Fox, como en el caso del fallido aeropuerto alterno, no hizo caso a quienes le advertían de los riesgos, dio todo su apoyo a una parte de su gobierno, el secretario de la Contraloría, Francisco Barrio, quien en su ansia de dar pasos contra la corrupción, se desbocó, anunció peculado, posible lavado de dinero, complicidades, pero no elaboró correctamente los expedientes, provocando, al paso de los meses, un enorme problema para el país y poniendo en aprietos al gobierno de Vicente Fox
Es el caso del llamado Pemexgate, donde una de la figuras que desde el principio, y hoy con mayor fuerza, se encuentra en el banquillo de los acusados pero con la amenaza de paralizar al país, el viejo líder del sindicato petrolero, Carlos Romero Deschamps
Si bien existió, según la Auditoría Superior de la Federación, el desvío de fondos por más de 2 mil millones de pesos de la paraestatal Pemex al PRI a través del sindicato petrolero, las autoridades equivocaron el camino para hacer pagar a los culpables y recuperar el dinero
La negociación política para resolver el conflicto estaba en manos de Carlos Abascal, quien había alejado el riesgo de una huelga --método de presión al que recurrió Romero Deschamps para atemperar las acusaciones en su contra--, sin embargo, el sector duro del gobierno foxista, encabezado por Francisco Barrio, Jorge Castañeda, Rafael Macedo de la Concha y Santiago Creel, provocó el rompimiento de las negociaciones, al tratar de enmendar sus primeros errores cometidos desde que se inició el conflicto
Al tratar de remontar sus fallas --como el mentir al gobierno norteamericano sobre la existencia de solicitud de órdenes de desafuero del diputado Romero Deschamps, secretario general del sindicato, y del senador Ricardo Aldana, tesorero, para recuperar 42 millones de dólares que el STPRM tiene en Nueva York--, demandaron ahora sí el desafuero, sin calcular los tiempos laborales en que se encuentra el sindicato petrolero y que son un arma para sus dirigentes, pues amenazan con irse a la huelga
En este caso, por tratarse de instalaciones de seguridad nacional y por la magnitud de las plantas, el gobierno federal no cuenta con personal capacitado ni suficiente para sustituir al sindicato en caso de una huelga, lo que pondría en aprietos al país entero
Pero la falta de consenso entre los operadores foxistas, su faltas de visión, y la necedad de Vicente Fox de ignorar el análisis que el Cisen le presentó para evitar situaciones como las que vive hoy México, están poniendo en riesgo la estabilidad del país El PRI se encuentra "engallado", sabe de su poder; los líderes sindicales, hoy acusados, saben que pueden movilizar a un gran número de trabajadores y desquiciar al país, pero además, entienden que los recursos desviados no son nada comparados con los 8 mil millones de pesos que Pemex les debe por prestaciones no cumplidas
De seguir Vicente Fox por este camino, ocurrirá lo que sus asesores le advirtieron hace dos años: el regreso del dominio descarnado de los poderes fácticos, de las oligarquías locales, de los cacicazgos que apenas se distinguen del hampa y de la feudalización del poder público
La puerta para el "desgobierno" al que pueden llevar los viejos caciques del PRI, la está abriendo, sin duda, Vicente Fox, con su falta de visión política y con su lejanía de hombre de Estado